
La sexualidad ha ido evolucionando con el pasar del tiempo, lo que nos ha llevado a experimentar nuevas cosas, a ser más abiertos y a escuchar más a nuestra pareja. Pero como en todo, existen los límites y es importante tenerlos en consideración para no incomodar a nuestra pareja, quien se pudiera sentir inhibida con algunos comentarios nuestros sobre ese tema y sobre todo cuando involucran su desempeño en la intimidad.
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Aunque es importante que en la pareja exista confianza y mucha comunicación, hay algunos temas que son tabú o que hay que buscar la manera correcta, y las palabras indicadas, para no afectar o dañar al otro con lo que decimos y pensamos. Por esto, a continuación compartimos un listado de las cosas que nunca le debes decir a tu pareja en la cama, salvo que quieras terminar esa noche en la sala y no con una sonrisa de oreja a oreja tras una noche de pasión.
Decirle el nombre de alguien más.

El estar con nuestra pareja en la intimidad es lo mejor que nos puede pasar tras una jornada de mucho estrés en el trabajo o en la universidad, por lo que no hay como recibir el consuelo de nuestro ser amado al llegar a casa.
Sin embargo, hay que tener mucho cuidado al momento de abrir la boca durante el acto, pues en una de esas se nos puede salir el nombre de alguien más y meternos en tremendo problema. Si bien puede ser que la otra persona no signifique nada en nuestras vidas, es un motivo más que suficiente para echar a perder su momento, por lo que te recomendamos evitar decir nombres y simplemente fluir.
No empieces a hablar del trabajo o de sus problemas.

El momento sexual es algo que deben disfrutar al máximo y que debe servirles como terapia para desconectarse de todo lo que sucedió en su día, por lo que es importante que dejen sus problemas fuera de la cama y buscar un mejor momento para hablar de ellos.
Creénos, si a ella o a él le gustan que le hablen en la cama, es en otro sentido y no para que en pleno acto le sueltes algo que te pasó en tu día y que te tiene con la cabeza en otro lado.
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No presiones con cosas que sabes que no le gustan hacer.

Durante el encuentro sexual es normal que nos vengan a la mente nuestras más bajas pasiones y nuestras más diversas fantasías, pero es importante que en todo momento respetemos la decisión o la opinión del otro sobre ciertos temas. Por más hot que estés, no presiones, ni trates de forzar escenarios que sabes que le incomodan y que en ese momento no los llevarán a ningún lado … bueno, sí, a un disgusto.
Si quieres hablar sobre ese tema, busca otro momento y espera a que nazca de él o ella hacerlo. Bomo bien dijeran: “a fuerza, ni los zapatos entran”.
Ni se te ocurra comparar su desempeño en la cama.

Aunque a veces nos resulte frustrante que la relación sexual con nuestra pareja no haya sido como la imaginamos, por nada del mundo hagas comparativos con los que tuviste con tus exparejas o con lo que te cuentan tus amistades sobre el tipo de encuentros que ellos tienen.
Recuerda que tú elegiste con quién estar y está en ustedes mejorar, pero siempre desde la empatía y nunca por medio de señalamientos. Esto lo único que podrían provocar es la pérdida de la confianza y golpear la autoestima de quien amas.
Tú tampoco te compares con alguien más.

Si no te gusta que tu pareja te compare con alguien más, tú tampoco busques compararte con los demás. Deja el ego a un lado y limítate a disfrutar el momento.
Nadie es mejor que el otro, por lo que debes evitar a toda costa decir que, seguramente, tu eres mejor que su expareja, que tú sabes hacerlo mejor o que contigo sí llega al clímax, no como con su ex. Sé humilde y disfruta.
Evita los comentarios fuera de lugar sobre su físico.

Sabemos que con el pasar de los años es normal que nuestro cuerpo y físico sufran diversos cambios. Por más que quieras, evita en esos momentos de pasión los comentarios fuera de lugar sobre el físico de tu pareja. No le digas “gorda” o “gordo”, ni tampoco le recuerdes el físico que tenía cuando llegó a tu vida.
Está de más decirlo, pero tanto tú, como él, eviten a toda costa expresarse o criticar las partes íntimas del otro y mejor disfruten lo que tienen y que tanto los enamoró en su momento.
Solo contesto un mensaje y seguimos.

Es normal que en estos tiempos, en el que hasta nuestras abuelitas están en las redes sociales, nos lleguen decenas de mensajes a todas horas. Te recomendamos poner en modo avión tu celular, regalarse unos minutos para ustedes y despreocuparse de lo que sucede al exterior.
Para nadie es grato estar en el acto y estar escuchando al fondo como tu pareja recibe cualquier cantidad de mensajes de WhatsApp. Ese sonidito puede arruinar su momento y más aún si se te ocurre decir que vas a ver quién es, que no vaya a ser una urgencia y que le vas a responder rápido para que dejen de molestar.
No vayas a decir que vas a ver si los niños siguen despiertos.

Esta y cualquier otra interrupción puede tirar por la borda el momento romántico que estaban por tener y apagar lo que estaban construyendo a base de caricias, besos y algo más.
Ya comenzada la seducción, no hay como dejarse llevar por el momento y olvidarse de lo que sucede al exterior. Así como hay tiempo para todo, también hay tiempo para ustedes y deben disfrutarlo al máximo cada que la ocasión se los permita.
¿Fingiste o todo fue real?

Por más que te mueras por hacer preguntas, nunca traspases los límites y piensa muy bien lo que vas a decir. Si bien es normal que queramos saber si nuestra pareja lo disfrutó tanto como nosotros, busca la manera correcta de expresarte y no seas pasivo agresivo.
Elige muy bien tus palabras y si no tienes nada bueno que decir, mejor quédatelo para ti. No eches a perder un momento mágico por querer alimentar el ego y tu capacidad para enloquecerlos o enloquecerlas en la cama.
Abrázalo/a, todos tenemos un mal día.

El que el encuentro sexual no haya sido como lo imaginaste, no te da derecho a arremeter o insinuárselo a tu pareja en la cara. Ya demasiada carga tiene él o ella al sentir que no nos cumplió para que todavía lleguemos nosotros y se lo reclamemos.
Busca la manera de conversar y de acercarte. Quizá solo tuvo un mal día y lo que menos necesita son ofensas tuyas o que le digas si ya no lo excitas. Abrácense, entiéndanse y busquen el mejor momento para volverse a entregar al otro desde el amor.