El sexo en la ducha no es tan placentero como lo pintan en las telenovelas y en las películas y aunque resulte tentador probarlo, es importante que si lo haces tomes en cuenta ciertas precauciones para evitar cualquier tipo de accidente o riesgo para tu salud. Acá te explico por qué y los riesgos que corres.
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Por más antojable que parezca, el sexo en la regadera puede resultar una experiencia muy incómoda y por lo tanto la capacidad de disfrutarlo se puede esfumar en cuestión de segundos. Si tomamos en cuenta que uno de los objetivos del sexo es el placer que éste puede regalarte, entonces sería muy contradictorio elegir una práctica que por de faul resultará poco placentera.
Sin embargo, cada quien puede elegir la experiencia que quiera probar, aunque no está por demás conocer las posibles desventajas para que así evites cualquier tipo de riesgo al que puedas estar expuesta. Solo tómalo en cuenta.
El medio húmedo puede favorecer a las enfermedades de transmisión sexual.
El agua a manera de ducha, puede barrer los lactobacilos que defienden la vagina y justo estos son los que la defienden de infecciones y si hay una lesión por la irritación provocada, el riesgo es mayor. La vagina debe estar protegida para evitar cualquier infección.
Al ser una superficie resbalosa, buscarás mantenerte a salvo por lo que la concentración en el acto puede verse disminuida.
El nivel de entrega que tengas en la relación también marca la calidad del encuentro íntimo. Si tu atención está dividida en salvaguardar tu seguridad y encontrar tu punto de placer, será difícil que lo logres al máximo ya que podrías desconectarte del momento.
Podrías quemarte o pasar mucho frío mientras te encuentras en pleno acto sexual.
El juego con la temperatura estando debajo del agua podría desequilibrar tu temperatura interna y externa e incluso podrías llegar a quemarte así que ten mucho cuidado.
Es posible que el contacto del agua en tus zonas íntimas, arruine toda tu lubricación.
El agua puede provocarte resequedad e irritación en la vagina, sobre todo por la fricción natural de momento íntimo con tu pareja. Entonces, es posible el sexo bajo el agua te provoque molestias posteriores y hasta posibles infecciones como consecuencia de la irritación.
El condón podría no funcionar debido al contacto con el agua.
Está por demás decirte, que si el condón no funciona, el momento puede verse arruinado ya que tu pareja y tu estarían acomodándolo, quizá tu estarías insegura de su protección total e incluso si nos vamos a los extremos hasta podrías tener un embarazo no deseado o contagiarte de una enfermedad.
Las caricias del preámbulo sexual pueden perder el toque de sensibilidad.
Debido al contacto con el agua, las sensaciones pueden modificarse y por lo tanto pueden resultar muy superficiales, esto complica el momento de juego previo para la excitación necesaria.
Las opciones que tienes en cuanto a posiciones placenteras son muy pocas para evitar una caida.
El punto es que o te cuidas de un resbalón fatal o pruebas posiciones diferentes. Creo que en este caso tu seguridad irá por delante así que la gama de opciones se reduce a una o dos que te permitan sostenerte firmemente para que ambos eviten una caída. De verdad ten cuidado con los resbalones que te pueden causar un fuerte golpe o hasta una fractura.
Puede que en medio de la pasión prefieras volver a la cama y cortes el momento.
Es natural que si la relación no está resultándote placentera, busques formas de encontrar la comodidad. Sin embargo salir de la ducha para pasarte a la cama con tu pareja puede cortar el momento y pierdan la secuencia de lo que ya venían haciendo.
