Llevo más de 20 años viviendo lejos de mi natal México y pese a que estoy feliz en el extranjero y me siento como en casa la familia es algo que siempre me ha faltado. Cuando me convertí en mamá fue cuando realmente entendí la importancia que tienen los abuelos en la vida de los niños y me sentí muy triste al entender que mis hijos no podían convivir con sus abuelitos.
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En Mamás Sin Filtros hoy te cuento las dificultades que he tenido por tener a los abuelos de mis hijos tanto paternos como maternos a cientos de millas de distancia y qué estrategias he implementado para que entre ellos exista un vínculo súper fuerte a pesar de que no podemos verlos cada día. Es importante crear las condiciones para que el amor por los abuelitos crezca y que ellos estén presentes de alguna forma en cada etapa importante de mis chicos.
Llevo mucho tiempo viviendo fuera de mi país.
Cuando era muy jovencita decidí dejar mi país para estudiar en el extranjero y así terminé viviendo muchos años en Madrid y ya casada me mudé con mi familia a Nueva York. Estar lejos de mis seres queridos siempre ha sido bastante difícil y más cuando me convertí en mamá.
Es muy difícil tener a los abuelos lejos.
Fue justamente el nacimiento de mis hijos lo que puso de manifiesto la importancia que tienen los abuelitos en la vida de los niños y de la familia y una de las cosas que más me duele es no poder estar cerca de mi papá y de mi mamá cada día.
Yo también crecí lejos de mi querida abuelita.
Mi abuelita materna, que es mi gran adoración, vive en California y yo crecí en México extrañándola mucho y deseando tenerla cerquita, como otras amiguitas tenían a sus abuelitas. Sé lo que significa crecer lejos de los abuelos y es algo que no deseaba para mis niños.
Hacemos todo lo posible para que los abuelitos nos acompañen en las fechas especiales.
Intentamos planificar con mucha antelación los viajes de los abuelitos para que puedan estar con nosotros en esas fechas importantes como los cumpleaños. Aquí lucimos felices pues la "auela", como le dice Matteo, pudo venir a celebrarlo en su cumpleaños número 2.
Aprovechamos cuando los tenemos cerquita para construir hermosas memorias con ellos.
Nosotros no somos de los que podemos decir los domingos "vamos a comer a casa de los abuelos", pero sí podemos presumir de que tenemos una excelente relación con ellos gracias a que cuando nos vemos disfrutamos de tiempo de calidad. Cuando no están con nosotros buscamos maneras de estrechar nuestros lazos y gracias a la tecnología hoy es más fácil.
Los abuelitos son el más grande tesoro que tienen mis niños.
Aunque solo podemos verlos unos días al año, especialmente durante ocasiones especiales, los abuelitos viven en el corazón de mis hijos pues han estado presentes a la distancia a través de videollamadas, con las fotos que tenemos de ellos en casa y con las historias que yo les cuento de ellos. No importa qué tan lejos se encuentren, pues siempre están en nuestros pensamientos.