Uno de los retos más importantes para nuestros niños en este mundo tecnológico es el ser bilingües. Y es que hablar dos o más idiomas no solo se ha convertido en una herramienta para el éxito, sino que es algo necesario ya que acerca culturas y enfrenta a nuestros hijos a nuevos retos que los llevarán a ser líderes. Además, lo mejor de todo es que ser bilingües llena de salud a su cerebro porque muchas de sus capacidades aumentan. Nuestro cerebro es una "máquina" maravillosa. Míralo lo de este modo, somos los únicos seres vivos que utilizamos nuestro cerebro para entenderlo mejor. Así que aquí te comparto algunas ventajas cuando los niños son bilingües.
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Muchas investigaciones dicen que es mucho mejor aprender un segundo idioma a edades muy tempranas. Específicamente desde los 4 meses de edad, debido a que el cerebro de los pequeños está muy receptivo para desarrollar nuevas habilidades. Es un hecho que el aprendizaje de un segundo idioma siempre fortalecerá la inteligencia de tus hijos por lo que en esta nota te digo cuáles son los beneficios que tendrán en su desarrollo cerebral y las habilidades que fortalecen, para que pongas manos a la obra.
Escucha este episodio de nuestro podcast Mamá Dice con 10 consejos para criar hijos bilingües:
Cuando tus pequeños aprenden un segundo idioma su cerebro está en constante estimulación y creando nuevas conexiones interneuronales permanentes que hacen desarrolle muchas habilidades sociales, de contacto e incluso de inteligencia emocional. Esto es debido a que puede comunicarse de distintas formas y con diferentes grupos, lo cual le genera autoconfianza.
Ejercita su memoria y capacidad de escuchar.
La focalización, atención y concentración son indispensables para el aprendizaje de otro idioma. La mejor forma de aprender para los niños es el juego y las estrategias pedagógicas basadas en la creatividad. Cuando los pequeños son bilingües necesitan hacer uso de su capacidad de atención y concentración, por lo tanto fomentan y ejercitan dichas habilidades. Además, la memoria está en acción todo el tiempo así como escuchar debido a que necesitan diferenciar los sonidos, las formas de articulación y pronunciación.
Previene el desarrollo futuro de enfermedades degenerativas.
Aunque no es una norma porque esto depende de muchos factores, si puede ser una herramienta preventiva para la salud cerebral futura de tus pequeños. Esto es así porque cuando son bilingües a edades tempranas hay más materia gris en su cerebro y esto les permite tener mucha más capacidad para que se regeneren las conexiones de sus neuronas y surge lo que muchos expertos en el tema llaman flexibilidad cognitiva, lo cual implica que tienen la capacidad de desarrollar muchas habilidades de lenguaje.
Aumenta la capacidad de comprender los textos.
Es importante que sepamos que el cerebro de los niños recién nacidos no cuenta con áreas neuronales dedicadas a la lectura, por lo que leer es el resultado de la creación de nuevas conexiones. Así que cuando su cerebro se vuelve lector de dos idiomas, están fortaleciendo las formas de comprensión, es decir, captan el sentido de la lectura mucho más rápido y entienden una historia sin tener que leerla muchas veces.
Pueden memorizar una gran cantidad de información.
Esto es porque al ser bilingües aprenden e incorporan un mayor número de palabras y acomodan constantemente las formas de comprensión de cada idioma. Por lo tanto, su cerebro se está súper dotando de conexiones que expanden su capacidad para almacenar información. Recuerda que el cerebro de los niños es muy plástico porque se adapta a las demandas del entorno. Si el entorno le requiere almacenar palabras, aumentará su capacidad para lograrlo. Así que acceder a los archivos de la memoria será un proceso muy rápido y sencillo porque su cerebro estará preparado para ello.
Su capacidad creativa se expande.
El hecho de aprender otro idioma genera que el cerebro se prepare y se entrene para la creación debido a la gran cantidad de redes neurológicas que se crean cuando se integra otro lenguaje. Un cerebro creativo requiere capacidad de solución, capacidad de adaptación al cambio, búsqueda de caminos ante un reto. Todo esto se fortalece debido a la incorporación del segundo idioma. Así que pueden solucionar problemas más rápido, con mayor eficacia y de una forma rápida.
Tienen una mejor capacidad para gestionar sus impulsos.
Al desarrollar procesos de concentración y atención debido al aprendizaje del idioma, su cerebro está preparado para responder adecuadamente porque está capacitado para decidir. Por lo tanto, pueden ser impulsivos aunque lo controlarán de una mejor forma ya que será una decisión más pensada. Por lo tanto pueden tener mayor tolerancia a la frustración.
Tienen mejor control atencional descartando lo irrelevante del entorno.
Esto es porque al aprender simbolismos de dos idiomas desarrollan la capacidad de filtrar lo importante de lo que no lo es. Además, es difícil que se distraigan con los estímulos del entorno, lo cual implica que pueden decidir en qué enfocarse y mantenerse ahí. Es una excelente forma de entrenar a su cerebro a mantener la atención en donde el niño elija. Esto significa que los pequeños pueden adquirir la capacidad de pasar de una acción a otra con el mismo nivel de concentración.
Tienen muy buena capacidad de planeación.
Esto significa que su cerebro también se capacita para el pensamiento crítico, pueden imaginar distintos escenarios y elegir desde la creatividad qué les favorece para lo que desean resolver o hacer. Esto les permite planear de manera adecuada midiendo las posibles consecuencias de sus decisiones y dándose la oportunidad de elegir el panorama más optimo desde una adecuada planeación y organización mental.
Mejoran la capacidad para el cálculo mental.
Debido a la capacidad de almacenamiento temporal de información con la que los niños entrenan su cerebro al incorporar una segunda lengua, pueden procesar mucho mejor los mecanismos que intervienen en las áreas cerebrales encargadas del cálculo mental. De esta forma los aspectos matemáticos son más sencillos sin necesidad de que tengan que usar una calculadora o lápiz y papel.
*Karina Suárez Fernández es psicóloga clínica, psicoterapeuta y mamá de dos adolescentes. *