Estamos súper felices de lanzar con este primer video nuestra serie Mamás Sin Filtros, un espacio donde madres como tú y como yo hablamos sin filtros ni tapujos sobre los retos de la maternidad, y lo bello y no tan bello que tiene ser mamá. Aquí platicaremos con el corazón en la mano, porque tener hijos es la bendición más grande que la vida nos ha dado, pero también es un desafío que llega sin instrucciones.
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En este primer video, te comparto que desde hace cuatro meses no duermo por las noches –quizá más si cuento los últimos meses del embarazo que ya no pegaba ojo. Cuatro meses son 120 días sin poder descansar en brazos de Morfeo. Hay veces que me dan ganas de llorar, que estoy súper vulnerable, que me pongo de pésimo humor y no tengo paciencia, y es que la falta de sueño es una tortura. Aún así, he encontrado equilibrio en mi vida y funciono como una zombie viviente feliz y te quiero compartir mi historia.
Te cuento la manera en la que he sobrevivido 4 meses sin dormir.
Llevo 4 meses siendo una verdadera zombie viviente y funcionar así no es fácil pero he puesto en práctica algunas estratégias que aunque parecen obvias a veces no recurrimos a ellas. Una de las cosas que estoy haciendo es pedir ayuda, cada vez que alguien se ofrece a darme una mano la acepto de mil amores, junto a mi esposo formé un gran equipo. Y lo más importante es que hago el ejercicio cada día de cuidarme por dentro y por fuera. En el video Matteo y yo te lo explicamos todo, sin filtros.
Matteo trajo muchísima alegría a nuestra vida.
Es hermoso tener un bebito nuevamente en casa, mis niños mayores tienen 10 y 12 años respectivamente y andan en otra onda totalmente. Matteo llego a traernos la ilusión de tener un angelito entre nosotros con su inocencia, su olorcito a bebé, sus balbuceos… pero el angelito por la noche no se cambia el pañal solo ni se alimenta solo y a la que le toca hacerlo es a mí, a su mamá.
¿Vemos el vaso medio lleno o medio vacío?
Mientras baby Matteo duerme plácidamente cada vez que tiene sueño yo trato ponerme al día en mis cosas –que son muchas las que se acumulan– y a veces también aprovecho y me duermo una siesta. Lo que más he aprendido en esta etapa es que es decisión de una encontrar el lado amable de la vida y disfrutársela al máximo –con todo y falta de sueño– o convertirse en víctima y pasarse quejando todo el tiempo por no poder dormir o por lo que aplique según la circunstancia. ¿Cuál es tu decisión?
