Después de cada entrevista con padres y madres, no dejo de preguntarme por qué los adultos a veces pensamos que los niños deben reaccionar de forma madura y objetiva. Definitivamente nos puede pasar a todas, sobre todo cuando hay pataletas y berrinches. ¿Te atreves a aprender algo distinto? Aquí te paso estas 10 estrategias.
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Imagen vía Corbis
Olvida la comodidad
¡Pero lo voy a malcriar! me dicen muchas madres llenas de miedo. Pero te digo con convicción profesional y comprobación como mamá, que éste es el primer paso para que funcione cualquier estrategia formativa en tus hijos. Ábrete a la idea de que esto será transitorio y será más fácil para ti.
Entiende por qué hace berrinche
Se lo desagradable que resulta una escena de gritos y llanto incontrolable, pero debes saber que entre los tres y seis años es totamente normal porque su cerebrito aún no está lo suficientemente maduro para lograr el autocontrol. “No es intencional, es una cuestión de desarrollo”.
Pregúntate para qué hacen berrinche
El objetivo es tomar el control porque están en una etapa en la que prueban las mieles de la independencia, por lo tanto la pataleta se convierte en una forma en la que sale la frustración para no dejarla en el interior.
No lo ignores
Durante la crisis del berrinche, el cortisol (hormona del estrés) aumenta y esto impide que se calme y logre expresarse, así que el afecto que le muestres lo puede calmar, ese es el primer objetivo.
Sitúate en su etapa
No quieras que tu pequeño se ponga en tus zapatos, eso solo se logra con experiencia y él aún no la tiene. Mejor aprende a ponerte tú en los suyos y conecta con la necesidad que tiene en el momento del berrinche. Está poniendo a prueba tus límites pero también tu acercamiento así que no te prestes a la lucha de poderes.
Conéctate con tu hijo
No lo rechaces, así lograrás que integre su cerebro instintivo con su cerebro racional y fomentas el desarrollo de su capacidad de autocontrol además de que te sentirá con él en las buenas y en las malas. Refléjale su emoción como un espejo diciendo: “Te veo muy enojado”, de esta manera sentirá tu sintonía.
No cedas
Por favor no confundas el contacto con la permisividad, el mensaje de que estás ahí consolándolo está relacionado “solo con la desesperación y la ansiedad” no con aquello que no pudo obtener de ti. Consolarlo no es darle lo que te pide, es darle tu apoyo. Los límites vendrán después de la crisis.
No intentes impartir una lección
No es momento de hacerlo entrar en razón porque ni siquiera está en condiciones de escucharte. Durante un berrinche solo está conectado su cerebro instintivo, mientras que el cerebro racional está desconectado, así que darle explicaciones o hacerle preguntas será infructuoso.
Haz contacto físico
Abrázalo por detrás, y contágialo de tu tranquilidad. Puede que esto tome unos minutos hasta que se calme pero el objetivo del abrazo es que genere las endorfinas que necesita para disminuir el estrés que siente además de que así sentirá tu latido y se conectará contigo.
Se genuina
No conviertas estas estrategias en una lista de pasos a seguir, la verdadera conexión se da a partir del vínculo que estableces desde la autenticidad y solo se logra si enfocas el objetivo de ver a tu hijo crecer sanamente. Ayúdate de una visualización en la que lo veas totalmente feliz y pleno.