¿Qué debo hacer si no me gusta mi pediatra?

Una amiga me acaba de llamar para contarme que en la última cita con la pediatra de su bebé de 6 meses, la doctora  se comportó de manera totalmente insensible. Le sugirió que su bebé estaba un poquito atrasado en los supuestos parámetros para la edad y que todo eso era probablemente culpa de ella. Al final le sugirió que debía "tratar con más fuerza".

No es que la profesional de la salud hiciera algo qué éticamente o profesionalmente fuera incorrecto. Sólo se comportó con una frialdad mecanizada y no escuchó los argumentos de la madre. Podríamos pensar que no lo hizo con mala intención – para ella tal vez era el infante número 30 del día – pero para cada mamá su hijo es único y el pediatra debe ser una persona en la que se pueda confiar.

En todo caso, lo que le pasó a mi amiga no es un caso aislado. Con las miles de dudas que asaltan la cabeza de una mamá -sobre todo si es primeriza-, el pediatra no debe ser solamente una persona con capacidades técnicas, sino también una ficha de confianza que sepa escuchar y sobre todo que respete las preocupaciones (no importa si reales o imaginarias) de las madres.   Lamentablemente, todo el sistema de salud parece que toma esto cada vez menos en cuenta.

Volviendo a la llamada de mi amiga, la primera reacción que tuve  fue decirle que se buscara otro pediatra, pero me contuve y le dije que la próxima cita pidiera algunos minutos para conversar sobre su posición o incluso podría enviar una carta en tono respetuoso sugiriendo cambios. Si nada mejoraba, era hora de emprender el vuelo.

¿Como saber cuando debo buscar otro pediatra?

La mayoría de los libros de embarazo te recomiendan que al escoger un pediatra revises su formación profesional; sobre cuales son sus políticas con respecto a las emergencias o si ha sido demandado por algún paciente. Yo creo que todo esto es válido, pero agregaría algunas claves para saber cuando es hora de salir corriendo:

No te apoya en decisiones claves: Por ejemplo si aún sabiendo que has escogido lactancia exclusiva, te sugiere el uso de fórmula  y de hecho te regala muestras gratis.

Tiene un solo punto de vista: Cada niño y cada circunstancia es diferente. Si tu pediatra sólo se guía por lo que dicen los libros en vez de analizar todo el contexto familiar, esta fallando en su papel de guía.

No se parece a tu estilo de vida. Es difícil explicarle a alguien que en casa son vegetarianos o que se hablan tres idiomas. Es más fácil encontrar uno que te comprenda y respete las diferencias culturales.

Se la sabe todas: Por supuesto que los médicos son los expertos, pero la madre es quien mejor conoce a su hijo y ella puede captar cosas que ni el más sagaz de los intelectos puede. Si el médico no escucha, es hora de decir: "¡Hasta la vista, baby!" –Alejandra Escobar Ryan.

¿Quieres encontrar a otras mamás como tú? ¡Sigue a MamásLatinas en Facebook!

Imagen vía Thinkstock