Yo quiero un PTA con padres de familia como los de Francia. Eso es lo que yo necesito, porque el tema de las "tareas" con mi hija Juliana, quien apenas va en primer grado, me vuelve loca — así es que imagínense cuando vaya en 2º-.
En las escuelas primarias francesas las tareas están prohibidas desde 1956 (para los niños de 6 a 11 años) por el Ministerio de Educación, pero los profesores hacen caso omiso a ello y mandan diariamente tareas para los alumnos más pequeños. Y este pasado 26 de marzo, miles de padres franceses dijeron "ya basta".
La Federación de Padres de Familia de Francia convocó a una huelga para no hacer la tarea durante dos semanas como protesta contra los "trabajos forzosos" fuera del horario escolar.
Todos estos padres argumentan que la tarea no sirve para nada, que solamente causa tensiones en la familia pues obligan a los padres a ser "profesores" cosa que claramente, algunos no somos.
La asociación mayoritaria de padres y madres de alumnos en España también comparte muchas de estas ideas y decidió armar una protesta similar en su país.
Hay todo un abanico de tareas que los profesores mandan a los estudiantes para que hagan en casa, en nuestro caso son de vocabulario, lectura de libros y ejercicios de matemáticas. Y el debate sobre si dichas tareas tienen efectos positivos o negativos, es algo que se viene discutiendo desde hace muchos años, en sistemas educativos de todo el mundo, incluyendo por supuesto a Estados Unidos.
Hay una controversia científica que no deja del todo claro, hasta qué punto sirven las tareas para mejorar el rendimiento de los alumnos, pero muchos padres consideran que simple y llanamente deberían desaparecer, al menos de la escuela primaria.
Hay un libro The case against homework y una de sus autoras es Sara Bennett, una madre estadounidense que emprendió esta lucha hace ya algún tiempo, ella asegura que hay muy poca evidencia que relacione la tarea con un mejor desempeño durante los primeros años de primaria, pues cuando los niños son pequeños, son incapaces de hacer la tarea solos, con lo que al final lo que realmente sucede es que aprenden a depender de sus padres y a motivarse sólo a base de negociaciones y castigos.
Este es mi caso. Sadly.
La asociación de padres españoles dice que la escuela sobrecarga a los niños de tareas que además provocan desigualdades sociales, pues mientras unos padres pueden ayudar a sus hijos (pues Dios les otorgó el regalo de la paciencia), otros tienen que recurrir a clases particulares (si es que pueden pagarlas) y el resto tiene que buscarse una forma de solucionar el problema, y ahí es donde entro yo.
Estos padres de familia españoles, lo único que piden, es que las tareas sean de lectura o que sean sencillas y se puedan hacer sin la ayuda de un adulto.
Aquí la queja más grande en general, es que los papás no somos maestros y nuestras limitaciones o si quieren llamarlas "incapacidades", crean tensiones innecesarias con nuestros hijos, pues lo que ellos realmente quieren — obviamente como niños que son — es irse a jugar y olvidarse por un rato de la escuela.
Y a esto se refiere la profesora de Ravitch de la Universidad de Nueva York cuando dice: *"*Las tareas no deben ser excesivas. Los niños necesitan tiempo para jugar y socializar con los amigos. Para los niños en los primeros cursos, no más de 10 minutos al día. En ningún caso debe exceder las dos horas diarias al final de la primaria"
Además ya muchos psicólogos nos alertan que hay un aumento de estrés entre los niños con la agenda saturada por las tareas y las actividades extraescolares.
Y es verdad que estamos viviendo en la cultura del estrés y la competencia, por ello yo también me pongo del lado de los padres que piden a las escuelas, que ellas hagan su trabajo, para que nosotros hagamos mejor el nuestro.
Pues como dice la sabia de mi mamá, ¿acaso nosotros les pedimos a los maestros que les hagan de comer a nuestros hijos, que los vistan, que recen con ellos, que los acuesten, que se aseguren de que coman sus vegetales…?
¡No, claro que no!.
Zapatero a tus zapatos, eso es lo que digo yo.
Imagen vía Ronsel/flickr