La monotonía sexual es un tema con el que diariamente lidian millones de parejas a lo largo del mundo, quienes ya no saben qué hacer para encender la llama de la pasión y revivir su apagada vida sexual. Algunos optan por rendirse, otros tantos por hablarlo, mientras que otros más deciden ir a terapia. Pero también están los que hacen hasta lo imposible por buscar la manera de salir de la rutina y rescatar lo que algún día hubo entre ellos.
En ese último grupo están todos aquellos a los que les gusta experimentar cosas nuevas e intentar todo lo que esté a su alcance para rescatar su relación o matrimonio, como hacer el amor en lugares poco convencionales, pero muy excitantes.
¿Te imaginas escaparte con tu pareja al mar, a la playa o a una piscina y hacer ahí de las suyas en su fin de semana de reconciliación? Aunque el plan suena muy tentador y más que excitante, te contamos algunos de los riesgos con los que te podrías topar si llevas tu relación por debajo del agua o a la arena.
Las posiciones serán menos cómodas.
Sabemos que en la cama podemos llegar a caer en la rutina al realizar siempre las mismas posiciones sexuales. Pero la cama, contrario a lo que sucede con el mar o con la piscina, es un lugar sumamente cómodo.
Para hacer el amor bajo el agua te recomendamos usar la técnica del abrazo, al ser la más sencilla de todas y la más discreta, por ello de que te dé pena que alguien te esté viendo.
La arena es el peor de los males de este tipo de relaciones.
La arena es otro factor que se puede convertir en tu peor pesadilla al momento de llevar tu relación al mar. El roce de la arena con los genitales podría ocasionarte irritación, dolor y que el encuentro sea todo, menos placentero.
Se reduce la lubricación.
Cualquiera pensaría que la lubricación cuando se está bajo el agua es mayor que cuando se está afuera de ella, pero la realidad es muy distinta. No esperes que tu relación bajo el agua sea muy placentera.
Una buena solución es recurrir a los lubricantes, pero no aquellos hechos a base de agua, sino de silicona, los cuales permitirán que todo fluya como te lo imaginaste.
El preservativo podría perder su eficacia.
El estar bajo el agua podría provocar que el preservativo se rasgue, se rompa o se salga sin que nos demos cuenta. Por ello se recomienda ponérselo fuera del agua y así cerciorarse de que todo esté en orden y en su lugar, pero la experiencia no será para nada cómoda.
Existe riesgo de quedar embarazada.
La sexualidad está rodeada de mitos y uno de ellos está relacionado, precisamente, a tener relaciones bajo el agua sin protección, al creer que el riesgo de embarazarse es nulo. La verdad no es esa. “Todas estas ideas, unidas al hecho de que es más difícil utilizar el preservativo en el medio acuático, podrían relajar a los protagonistas del encuentro y aumentar las posibilidades de tener una relación de riesgo”, detalló la sexóloga Ana Rosa Jurado, miembro de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual
Puedes contraer alguna infección.
Otro de los motivos por los que deberías pensar muy bien las cosas antes de lanzarte al mar a disfrutar de tu pareja, es que bajo este entorno se incrementa la posibilidad de adquirir cualquier tipo de infección, en especial en la zona genital.
Las técnicas de cortejo se limitan.
El estar bajo el agua nos puede desencadenar en la pérdida de sensibilidad y que el cortejo no sea tan intenso como el que tenemos cuando estamos en casa o en un lugar privado.
El no sentir las caricias de tu pareja puede jugar en contra del momento y de lo que ambos están buscando, pues las técnicas para seducir a tu pareja se reducen drásticamente.
Puedes acabar con ardor de ojos y algo más.
La sal del mar o el cloro de la piscina te podría provocar un intenso dolor en los ojos, pero los malestares no paran ahí, pues también te podría entrar agua a los oídos y si llegas a tragar agua por accidente, en una de esas terminarás tu encuentro con un intenso malestar estomacal y directito al baño.
Olvídate del oral.
Como ya lo mencionamos, hacer el amor bajo el agua nos limita en extremo, pues no es un ambiente para el que hayamos nacido, ni al que estemos acostumbrados, por lo que toparás con pared cuando intentes complacer a tu pareja con un oral o cuando él quiera darte placer a ti de esa manera.
Miedo a que alguien los vea.
La fantasía de estar con nuestra pareja en un lugar público nos puede resultar muy excitante y provocativa, pero también es verdad que muchos o muchas se inhiben por temor a ser vistos o descubiertos por alguien más. Esto puede ocasionar que la experiencia no sea como la soñamos, sino todo lo contrario.
