Enero es el mes de los cambios, nuevos retos, resoluciones y decenas de cosas más las cuales nos empeñamos en realizar; no hay nada malo con eso. Las redes sociales siempre tienen su historia favorita del mes que ha sido la más comentada por todas y todos. En estos momentos, se trata del movimiento #Januhairy, el cual invita a todas las mujeres a renunciar a las rasuradoras y a los productos de depilación para dejar crecer sus vellos libremente. Lo más lindo de este movimiento es que tiene una causa muy noble.
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Este movimiento fue iniciado por una estudiante de drama de la Universidad de Exeter en Reino Unido, llamada Laura Jackson, con la intención de impulsar a las mujeres a dejarse crecer los vellos del cuerpo durante todo el mes de enero y recuadar fondos para la organización Body Gossip*.* La colectiva combina las artes y la educación para que tanto mujeres como hombres encuentren su propia versión, libre de estándares y prejuicios. La idea es vivir felices y empoderados en nuestra única y exclusiva piel.
Me atrevería a decir que para las mujeres latinas esto es un absoluto, ¡no, no, no! Sin embargo, la idea detrás de estos movimientos, los cuales en su mayoría se relacionan con el feminismo, es promover la aceptación y romper los estereotipos con los que hemos crecido. No se trata de avergonzar a las que disfrutan sus cuerpos sin un solo vello. Se trata de que las mujeres tienen la opción de disfrutar su cuerpo como les plasca.
Ella es Laura Jackson y es la líder del movimiento #Januhairy
Para Laura, el proceso de dejarse crecer los vellos comenzó en mayo de 2018 para interpretar un personaje. Ella cuenta que al principio se le hizo difícil lidiar con la opinión pública, hasta incluso con ella misma, pero poco a poco se fue sintiendo cómoda y rompió el tabú.
El movimiento motiva a dejar crecer los vellos de las piernas, axilas y áreas púbicas.
Por años, en comparación con la figura del hombre, a las mujeres nos han dicho exactamente cómo debemos lucir. Especialmente esa etapa en la cual esperábamos con ansias eliminar los vellos de nuestras piernas como símbolo de que ya nos convertíamos en mujer. En mi opinión, deberíamos normalizar cómo vemos los vellos del cuerpo. Siempre que tengo que afeitar mis piernas es puro sufrimiento… el ardor, picor, los pelitos enterrados y demás.
Afeitarse o dejarse crecer los vellos es una decisión estrictamente personal.
La publicidad, los certámenes de belleza y todo lo relacionado a la apariencia de la mujer, promueve un cuerpo libre de vellos. Este movimiento ha impulsado a muchísimas mujeres a no sentir vergüenza de compartir sus realidades. Hasta el momento, el hashtag tiene casi 4,000 publicaicones en Instagram.
No existe razón para sentirse avergonzada de algo completamente natural.
El reclamo de todas las mujeres que han tomado la decisión de no afeitarse es romper con la idea errónea de que tener vellos en ciertas partes de nuestro cuerpo es falta de higiene.
El movimiento ha ayudado a mujeres que padecen de enfermedades crónicas.
Hay mujeres que sufren ciertas enfermedades crónicas y, aunque en ocasiones deciden afeitarse, existen momentos en que no pueden hacerlo por los síntomas de su enfermedad. Esta chica de 22 años llamada Ruby, por ejemplo, sufre de una condición crónica y se siente muy bien sin afeitarse.
Celebridades latinas han lucido sus axilas velludas.

Penélope Cruz desafío los estándares de belleza al posar para la portada de la revista AÏE en el 2011.
Michelle Rodríguez también presumió los vellos en sus axilas.
La actriz compartió este selfie en su cuenta de Instagram en el 2015 y expresaba en el texto de la publicación que se había dejado crecer los vellos de sus axilas. Además, la cita de la coprotagonista de The Fast and Furious insinuó a sus seguidores que les encantaría su nuevo estilo.
En resumen, todo este movimiento se trata de elección y aceptar lo natural.
Lo importante es entender y aceptar que somos dueñas de nuestro de cuerpo y por tanto, es nuestra elección cómo decidimos que luzca. No se debe juzgar a la que decide expresarse libremente y abrazar su naturaleza dejando sus vellos al aire, ni tampoco a la que decide eliminarlos. En mi caso, me encantaría explorar cómo me siento al respecto, por lo que, consideraré unirme al movimiento. Y tú, ¿lo harías?