Todas hemos dedicado tiempo al chisme sobre la vida de otros. Y, por supuesto, también hay quienes lo han hecho con la nuestra. Es un pasatiempo que, aunque a veces no es el mejor, por algo lo hacemos. Acá te cuento por qué chismeamos.
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Imagen vía Corbis
El alivio del "yo estoy bien y tú estás mal"

El chisme te pone el disfraz de juez ante una situación. Te hace sentir el beneficio indirecto de creer que tu postura es la correcta. Así, te reafirmas que vas por el camino indicado, y te relajas después de medir tus conductas cuando las comparas con las de alguien más.
El consuelo de la comparación

Compararnos ayuda de manera inconsciente a reafirmar nuestra identidad. Además, te calma al sentir que alguien está peor que tú. Es una manera indirecta de supervivencia emocional, en la que buscas estar en ventaja.
El efecto espejo

¡Ojo! Lo que dices puede ser una proyección de lo que no quieres ver en ti. Por ahí dicen que "lo que te choca, te checa". Así que, cuando uses el chisme, primero obsérvate, pues quizá estés criticando lo que no toleras en ti.
La consecuencia del poder

Tu amiga te dice: "Te tengo un superchisme, y nadie más lo sabe". Y tú, le respondes: "¡Cuéntamelo!". Tienes la información, y eso te deleita porque te da un estatus de poder.
El alivio de la aceptación

Todo ser humano le huye al rechazo, y el chisme es un factor central de aceptación. Este permite saber si estás en el grupo correcto o no. Sin embargo, podrías poner autoestima en juego al tener que escoger lados.
El placer del intercambio

El chisme puede a veces funcionarte como una moneda muy valiosa, en donde el intercambio de información resulta ser como un "regalito" para ampliar el placer de la conversación.
Aprendemos de él

Al calificar o descalificar una situación o conducta, aprendes a lidiar con tus propias situaciones conflictivas. Esto te lleva a un ensayo imaginario de lo que crees que debes hacer o no.
Fortalece la inclusión

"¿Cuándo te veo? Tengo mucho que contarte". Esta frase puede ser el detonante para planificar un encuentro. La curiosidad que genera el estar al tanto de lo último en la vida de tus allegados, puede darte la seguridad de sentirte incluida.