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Imagen vía Corbis
Acelera el envejecimiento

Aferrarte al rencor hace que se acelere el proceso de envejecimiento de las células, lo que lleva a que las temidas canas y arrugas aparezcan prematuramente.
Afecta la salud

Guardar rencor puede generar síntomas físicos menores como dolores de cabeza o espalda, hasta enfermedades más graves como la úlcera o las migrañas.
Impide que seas feliz

Si tu mente vive en el pasado, concentrada en el daño que te causaron, no habrá espacio para disfrutar el ahora y las cosas positivas que existen en tu vida.
Te hace poco atractiva

El rencor hace que te sientas y te veas insegura. Recuerda que la seguridad es uno de los mayores atractivos que puedes tener.
Incrementa el estrés

El gran enemigo de nuestros tiempos es el estrés, guardar rencor en tu interior es uno de sus mayores detonantes.
Te mantiene en el pasado

El único momento en el que tienes influencia es el presente, el pasado con sus cosas lindas y las que no lo fueron tanto ya pasó. Lo mejor que puedes hacer es asumir las vivencias como lecciones de vida y continuar adelante.
Afecta tu relaciones

Por ejemplo si alguien en el pasado te fue infiel y tu no has sido capaz de perdonar su acción, no podrás tener una relación sana y segura en el presente porque vivirás llena de duda y sospecha.
Te llena de miedo

El miedo a ser herida o decepcionada de nuevo hace que no te animes a vivir nuevas experiencias, conocer nuevas personas o seguir tus sueños porque estarás congelada en el miedo.
Opaca tu energía

El rencor hace que tu brillo personal se opaque y pierdas parte de la energía maravillosa que llevas por dentro.
Te vuelve resentida

El rencor hace que dudes, sientas miedo, juzgues y te cierres la puerta a nuevas experiencias.