Siempre digo que la amistad en un preciado tesoro y que los amigos son la familia que uno escoge. La historia de hoy es la de una amistad verdadera, de la conexión espiritual entre dos seres humanos de distinta edades e incluso de mundos, y de cómo cada una de estas dos almas maravillosas impactó la vida del otro.
A mí me hizo llorar y también me reconcilió con la naturaleza humana. Esta es la historia de Adreian Payne, una de las estrellas del equipo de baloncesto Spartans de Michigan State University, y de una niña de 8 años, Lacey Holsworth, quien acaba de perder la batalla contra el cáncer.
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La triste noticia de la partida de la Princess Lacey (Princesa Lacey), como será siempre recordada esta niña, corrió como la pólvora luego de que hace unas horas en su cuenta de Instagram @missprincesslacey apareciera una foto de la adorable criatura con su peluca de cabellos rubios "soplando un beso", como en señal de despedida. A la foto la acompañaba este mensaje:
"Princess Lacey logró la victoria final. Ahora baila entre los ángeles… El mundo es un lugar mejor porque tú estuviste aquí. Nuestros corazones están destrozados. Te queremos muñeca. Baila toda la noche… Tu mamá y tu papá, Will, Mitchell, y Lucas #LoveLikeLacey".
Lacey había sido diagnosticada hace unos años con neuroblastoma, un tipo de cáncer sumamente agresivo que invade los tejidos nerviosos. La amistad entre la niña y el atleta de 6 pies y 10 pulgadas, que este año termina sus estudios de sociología, surgió en 2011 cuando los Spartans visitaron el hospital de niños donde Lacey estaba hospitalizada.
La conexión fue inmediata. Comenzaron a intercambiar mensajes de texto y hablar con frecuencia. Y es que si bien Lacey era una niña muy especial, Adreian también tiene lo suyo. De niño, él mismo fue diagnosticado con problemas de aprendizaje y cuando se esperaba que dejara la universidad para irse a la NBA, optó por graduarse y ser la primera persona en su familia en obtener un título universitario (el próximo mes de mayo).
Los lazos de amistad entre la niña y el atleta, hicieron que Adreian escogiera a Lacey como su acompañante en los eventos más importante de esta, su última temporada como estrella del baloncesto universitario, y a pesar de sus múltiples compromisos, la visitó tantas veces como pudo en el hospital.
En los días en que abatida por la enfermedad Lacey casi no podía sonreír, una visita de Adreian obraba el milagro. Para el atleta, Lacey era como su hermanita menor y quien le enseñó que "hay que luchar, y hacerlo siempre con una sonrisa en los labios". Estoy segura de que Lacey cuidará desde el cielo a este muchacho a quien no sólo le espera un futuro brillante, sino que además ya tiene el cielo ganado.
Imagen vía adorablelacey/Instagram