![featured-img-of-post-109728](https://mamaslatinas.com/wp-content/uploads/2024/10/featured-img-of-post-109728.jpg)
Detesto pesarme. Lo hago cuando estoy a dieta, y sólo cuando tengo absoluta certeza de que los números en la pesa revelarán que estoy, en efecto, perdiendo peso. Este instrumento bien podría ser mi mejor aliado para cuidar de mi salud física. Más sin embargo, cuando pienso en lo que el acto de pesarme puede hacer contra mi salud mental, doy cinco pasos para atrás y me alejo rápido de la pesa (cinco pasos que no es raro sean en dirección a la cocina).
Al parecer no soy la única que se siente así con respecto a pesarse. Según un estudio en Inglaterra, la mayoría de las mujeres preferirían mil veces ser descubiertas desnudas por un colega o que el novio rompa con ellas, que pararse en una pesa. Por fortuna, he encontrado las excusas perfectas para terminar de una vez y por todas con esta relación tortuosa que tengo con mi pesa. Sigue leyendo para que las conozcas…
Lee más en ¿Qué más? Evita estos 5 errores para que puedas adelgazar
1. La depresión de lo que te revela la pesa te puede llevar a comer más. Esto casi lo tengo comprobado por experiencia propia. Cuando te sientes triste, frustrada o deprimida, ¿no te dan ganas de ahogar tus penas en un gran ból de tu helado favorito?
2. Lo que te revela la pesa, es sólo parte de la realidad. Cualquier médico, nutricionista o entrenador físico te dirá que el cuadro total de tu condición física es el que cuenta. Por ejemplo: vas al gimnasio con regularidad, empiezas una dieta balanceada y a la hora de pesarte te sorprendes al darte cuenta de que has aumentado (no bajado) de peso. "¡¿Qué?!" Tu acondicionamiento físico con máquinas o pesas libres te está ayudando a fortalecer los músculos, algo que puede traducirse a peso muscular.
3. Esa obsesión por pesarte todos los días puede ser contraproducente. Pesarte todos los días no te da espacio para darte uno que otro gustito de vez en cuando. Cualquier dieta que no te permita comerte ese pedacito de chocolate o tomarte una copita de vino de vez en cuando, termina en fracaso. Si te pesas todos los días, acabarás estresándote más de la cuenta hasta el punto de evitar a toda costa algunos de los antojitos que en moderación seguro te ayudarán a seguir una dieta a largo plazo más exitosamente.
4. Tu peso no es un reflejo de tu salud. Enfocarte demasiado en llegar al 'peso perfecto' puede hacerte perder perspectiva de otras medidas que son más importantes para contar con una buena salud. Además, si por querer llegar a ese peso ideal terminas haciendo una dieta más extrema, no te sorprenda si al terminar esa dieta las libras que perdiste tan rápido más rápido las ganas (¡y multiplicadas!).
Imagen via Thinkstock