Dicen por ahí que "el que nada debe nada teme" pero la noticia de que Coca Cola y Pepsi cambiarán su fórmula para evitarse tener que advertir que sus productos causan cáncer, me da la impresión de que estas compañías, sí que estaban temerosas de que la verdad saliera al aire. Es más, la representante de Coca Cola, hasta intentó justificar este cambio, como una decisión tomada para evitar que sus productos "estuviesen sujetos a los requerimientos de una alerta científica sin fundamento".
¿Sin fundamento? ¿No te parece que si no hubieran tenido fundamento no habrían tenido que verse en la urgente necesidad de cambiar la fórmula del producto de un día para otro? Pues al parecer sí hubo razones de sobra, y el cambio lo tuvieron que hacer, luego de la presión que el Centro de la Ciencia por el Interés Público de Estados Unidos (un grupo no lucrativo de vigilancia de nutrición y seguridad de la comida) ejerció sobre la Dirección de Medicinas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) para revisar los químicos incluidos en este ingrediente, informó CNN en Español.
¿Qué fue precisamente lo que se halló en las gaseosas? Pues que el colorante color caramelo que se utiliza para darle ese tono marrón a la Coca Cola y la Pepsi, podría ser nada más y nada menos, que ¡cancerígeno para los humanos! Esto, debido a los peligrosos niveles de amoníaco y sulfito que tiene la fórmula. Y aunque lo anterior ha sido comprobado por el momento sólo en ratones –a quienes después de suministrarles esta sustancia les dio cáncer- ya nos imaginábamos que una bebida que comúnmente se utiliza en algunos hogares como remedio casero para destapar caños ¡no podía ser del todo saludable para el consumo humano!
A mí sinceramente, me da la impresión de que si nadie hubiera dicho nada, estas compañías habrían seguido vendiendo sus productos como si nada, aún sabiendo que podían ser dañinos para la salud de los consumidores. Y ahora que ya se sabe que la fórmula de la Coca Cola y la Pepsi contienen esta peligrosa sustancia, ambas compañías han decidido reemplazar este colorante, aunque por el momento sólo en el estado de California (ya que este estado puso la sustancia en su lista de sustancias cancerígenas)
En fin, creo que es tiempo de que como consumidores nos demos cuenta del poder que tenemos. Nosotros somos quienes decidimos, al final de cuentas, si queremos comprar un producto o no, y por lo tanto tenemos todo el derecho de exigir que los productos que nos venden, dejen de incluir sustancias que dañan gravemente nuestra salud. El amoniaco, el aspartame, el arsénico, entre otros químicos peligrosos; se encuentran en muchos de los alimentos que consumimos diariamente y créeme que ninguna compañía dejará de utilizarlos hasta que seamos los consumidores los que les pongamos un alto.
Imágenes vía Roxanne Cooke/flickr