Confieso que cuando estaba en la escuela primaria me dio por comerme las uñas, pero justo en las vacaciones de verano antes de comenzar la secundaria, logré romper con ese mal hábito. Ahora, cuando estoy muy estresada, le doy mordisquitos a la uña de mi dedo pulgar derecho. No saben cuánto me avergüenza esta práctica pues me parece que pone en evidencia que a veces no logro controlar la ansiedad y de paso no tengo cara para pedirle a mi chiquito de ocho años que deje la manía de comerse las uñas.
Como sé que además la manía y el estrés que hacen que te comas las uñas puede traer consecuencias tan nefastas como baja autoestima y hasta infecciones (sin contar con que de verdad nos vemos horrorosas), comparto contigo seis trucos que te ayudarán a dejar de echarle diente a tus uñitas:
- Hazte una manicura profesional. Por cortas y feas que tengas las uñas, una vez que pagues una manicura, lo pensarás dos veces antes de morderlas. Además, tener las uñas con esmalte, ayudará a fortalecerlas y quien quita que hasta te crezcan y sólo por verte pulcra, dejes de comértelas para siempre.
- Pide ayuda. Tus amigas, tu pareja y hasta tus hijos pueden convertirse en tus mejores a la hora de ayudarte a erradicar este hábito. Como el acto de morderte las uñas suele ser inconsciente, pídeles a las personas que están cerca de ti que te envíen una señal para que pares.
- Mastica goma de mascar. Comer chicle te ayudará a mantener la boca ocupada. Cerciórate, eso sí, de que sea sin azúcar.
- Frótalas con ajo. Sé que esto parece medio radical y que tendrás olor a ajo en las manos, pero por lo menos los primeros días te puede ayudar: al sentir el olor a ajo cuando te llevas las uñas a la boca, recordarás que estás a punto de caer en el mal hábito.
- Frótalas con chile picante. Más radical aún, esta medida es sumamente eficiente. Puede que te piquen los labios la primera y la segunda vez, pero te aseguro que no habrá una tercera. Tienes que tener mucho cuidado, eso sí, de no frotarte los ojos.
- Usa esmalte amargo o picante. Este esmalte se consigue en las tiendas y sabe tan, pero tan mal, que te aseguro que después de la primera vez que lo saborees no habrá una segunda.
- Haz ejercicios. ¿Qué que tiene que ver esto con las uñas? Mucho. Haciendo ejercicio puedes drenar el estrés que hace que te muerdas las uñas.
- Prémiate. Siempre digo que cada vez que alcanzamos una meta o cosechamos un logro, debemos premiarnos nosotras mismas. A lo mejor te regalas una manicura, o te compras ese esmalte de moda que jamás soñaste usar cuando te comías las uñas.
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