El primer bebé es la máxima bendición de una pareja pues es el inicio de una maravillosa familia. Pero los cambios son tan abruptos que pueden provocar una crisis. Aquí te cuento los riesgos y te sugiero que antes de que te tomen por sorpresa, los platiquen y enfrenten todo con calma, amor y comprensión.
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Crecen las responsabilidades
El primer bebé los confronta a su primera vez en todo lo que implica cuidados y protección de una criaturita. La carga de angustia puede generar discusiones así que hagan tiempo fuera para después escuchar sus miedos y buscar soluciones juntos.
La relación de pareja pasa a segundo plano
Antes de la llegada del bebé, enfocaban su atención el uno en el otro. Ahora, se desvía la energía tanto física, como mental y emocional a los cuidados del bebé. Aunque no puedan tener el mismo tiempo solos, traten de asignar un día de la semana sólo para los dos.
El mal humor por no dormir lo suficiente
La falta de sueño siempre tiene efectos en el estado de ánimo. El cansancio acumulado puede generar desacuerdos basados en la repartición de responsabilidades con respecto al bebé. Tengan turnos en la noche y pídele a él que cuide del bebé cuando necesites dormir.
Sentimientos de culpa por no disfrutarlo
Introducir nuevas rutinas no siempre es sencillo y aquello que imaginabas que solo sería felicidad, no lo es tanto. El no disfrutarlo puede generarte remordimientos así que habla de tus sentimientos reales con él sin sentirte mal por sentir lo que sientes, él te comprenderá.
Papá puede rivalizar por la atención
Los celos pueden hacer su aparición triunfal y aunque tu pareja no sea consciente de ello y no lo haga con intención, es posible que se sienta desplazado por el bebé y que de alguna forma rivalice por ganar nuevamente tu atención. Sólo hablen de que esto será transitorio.
Te sientes poco atractiva para él
Esas libras de más y la sensación de que tu cuerpo se ha transformado, pueden bajar un poco tu autoestima. Esto te lleva a cerrarte un poco en el contacto físico e íntimo por temor a que él deje de verte tan atractiva como antes. No te alejes, acércate y háblale de lo que sientes.
Tu vida social casi desaparece
Los distractores que antes tenían para desestresarse de una semana complicada dejan de ser opción, Si antes podían salir con frecuencia, ahora hay pocas alternativas. Hagan cosas en casa como ver películas juntos o una serie de comedia mientras el bebé duerme.
Tu casa se convierte en un campo de batalla
Ropa, trastes, biberones. La falta de tiempo para organizar tu casa te puede generar que tu ambiente hogareño desaparezca por un tiempo. Eso es campo fértil para las discusiones por la sensación de falta de apoyo, así que hagan acuerdos y repartan equitativamente las responsabilidades.
Disminuye tu libido
El cansancio acumulado, los desvelos, la desorientación y el desequilibrio hormonal disminuyen tu apetito sexual y es posible que él lo sienta como un rechazo. Háblale de cómo te sientes y platíquenlo con el ginecologo para que le explique tus cambios hormonales.
Puedes sentirte sola en la batalla
Si sientes que tu vida se ha transformado totalmente y que has tenido que sacrificar mucho más que él, es posible que te sientas muy molesta por la situación y la sientas injusta. Si es el caso, lo mejor es que le hables de tus sentimientos y busquen el punto justo para ambos.