La gratitud es un hábito que debemos fomentar en nosotras mismas y en nuestros hijos, es un valor importantísimo que nos enseña a apreciar la vida y todo lo bueno que hay en ella, es una forma de colocar el foco en lo que sí tenemos, en lo que sí somos y en lo que sí logramos. Lo que hay que tomar en cuenta es que nuestros hijos, deben desarrollar este hábito por convicción y no por obligación porque el hecho de decir ‘gracias’ no debe confundirse con un requisito del libro de los buenos modales ya que de esa forma no funcionaría. Cuando tu hijo es agradecido, está siendo empático y por lo tanto valida los esfuerzos de otros y también reconoce los regalos de la vida.
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Con el paso del tiempo y la práctica continua de la gratitud, tus hijos pueden interiorizar esta habilidad como una sensación permanente. Entenderán que todo alrededor tiene un punto que se puede agradecer y aprenderán a dar el enfoque adecuado a cada cosa que vivan, incluyendo las experiencias no tan agradables. Cuando tus hijos aprenden a afrontar la vida con una actitud positiva aun frente a las adversidades, estarán practicando la gratitud, ya que encontrarán el aprendizaje en cada experiencia vivida. Así que vale la pena enseñarles este camino, ¿no crees?
Escucha estos consejos para enseñar a tus hijos a ser agradecidos en este episodio de nuestro pódcast 'Mamá Dice':
Que vean tu forma de ser agradecida con la vida y con la gente y explícales porque lo haces.
No sólo se trata de que te vean pronunciar la palabra ‘gracias’ sino de explicarles porque y para qué lo haces, ellos pueden imitar la conducta, pero también es importante que comprendan el objetivo de la acción. Así que si te ven diciendo las gracias a una amiga por el hecho de que te llevó un postre a casa, o si te ven darle las gracias al repartidor de comida o te observan dar las gracias a la persona que te ayuda con tu despensa, es importante que les expliques el significado de la acción.
Enséñale a valorar lo que tiene y a ser agradecidos inculcándole la cultura del esfuerzo.
Para que tus hijos comprendan el porque deben agradecer los esfuerzos de otros hacia ellos, es importante que vivan el concepto de manera experiencial. Las cosas tienen un valor cuando se hace un esfuerzo por conseguirlas así que es básico que no les des absolutamente todo sin que hagan un pequeño esfuerzo para obtenerlo. Muchas veces en nuestro afán de darles lo mejor, evitamos que hagan lo que está en sus manos para conseguirlo.
Es importante que sean recíprocos, es una forma diferente de decir gracias con una acción.
Cuando tu niño es recíproco es porque está atento a sus necesidades y sabe pedir aquello que requiere, pero está consciente también a las necesidades de los que lo rodean y sabe apoyar en lo que otros necesitan. No se trata de devolver un favor, se trata de interiorizar la idea de que todos necesitamos de todos y que una manera de ser agradecido es ser capaz de entender y apoyar a los que en algún momento lo entendieron y lo apoyaron, es parte de sus habilidades sociales.
Enseña a tus hijos a valorar las cosas que dan por sentadas como parte de la vida.
Es importante que sea un diálogo constructivo que conlleve a una verdadera reflexión y esto puedes lograrlo a través de un cuento, una historia verídica o una película que retrate casos de situaciones o personajes que carecen de aquello que él si tiene, cuestiones cotidianas que podría no tener si estuviera en otras circunstancias como el tener un techo, el tener agua y alimento o incluso electricidad o internet y que podría no tener. De esta forma al verlo reflejado en una historia, podría imaginarse cómo se sentiría si estuviera en esa situación.
Hagan un recuento durante la cena, de todas las cosas buenas que les ocurrieron en el día.
Hablar de cosas buenas no siempre implica de hablar de cosas que proveen comodidad o que invitan a una zona de confort. Pueden platicar de los aprendizajes del día que muchas veces fueron producto de momentos incómodos pero que trajeron como resultado una enseñanza. También pueden platicar de las cosas lindas que ocurrieron como el haber visto a alguien muy querido o haberse divertido mucho en alguna actividad.
Ten detalles de gratitud para con ellos, así sabrán que valoras sus esfuerzos y aprenderán a valorar los tuyos.
Puedes escribir una notita pequeña y ponerla debajo del plato junto con su desayuno, o puedes dejarle un pequeño chocolate de vez en cuando en su almohada, envuelto en un mensajito de gratitud, o puedes escribirles algo lindo en sus colores escolares. Lo importante es que cada mensaje sea de agradecimiento, por ejemplo: gracias por hacerme sonreír, o gracias por la ayuda que me diste con…, o gracias por que siempre me apoyas en…
Hazles saber los momentos en que es importante que digan ‘gracias’ y explícales por qué.
Como te expliqué en puntos anteriores, hay muchas cosas que nuestros hijos dan por sentadas y que les cuesta trabajo reconocer que provienen de un esfuerzo. Por ejemplo, algo que les compres porque lo necesitan para el colegio, el hecho de que les ayudes a limpiar su habitación, o incluso los alimentos que los preparas. Puede convertirse en algo tan rutinario que olvidan decir la palabra mágica. Es importante que les expliques la importancia de hacerlo no como un recordatorio solo de la palabra sino como un recordatorio de que son acciones que realizas por ellos y para ellos.
Enséñales empatía y comunicación asertiva, sobre todo cuando reciben de alguien algo que no les gusta.
No quiere decir que tus hijos deban sobre adaptarse a una situación o aguantar cosas que los inconforman con tal de no hacer sentir mal a otros. Al contrario, es una forma de pedirles que siempre sean honestos consigo mismos y con los demás pero que lo hagan de una forma empática, y amable. Pueden decir cuando algo no les gusta siendo agradecidos. Por ejemplo: ‘Gracias por invitarme a escalar, me agrada que me tomes en cuenta, pero tengo miedo a las alturas y prefiero no ir’
Es importante que sean claros con lo que necesitan sin actuar como niños tiranos o déspotas.
Tus hijos pueden expresar cuando algo no les gusta o no les apetece y no necesitan aceptar algo que no les agrada o que les incomoda o temen solo por el hecho de quedar bien con otros. Sin embargo, eso no significa que sean groseros o cortantes en cuanto a lo que dicen o cómo lo dicen, pueden decir: Gracias por obsequiarme la paleta de fresa, pero no podré comerla porque la fresa me da alergia’ quizá podamos intercambiar el sabor.
Enséñales a decir gracias, aunque no reciban la misma actitud de la persona a la que están agradeciendo.
Es una manera de evitar el desarrollo de conductas revanchistas o incluso vengativas. Si tus hijos saben que, aunque no reciban la gratitud de otros, ellos no deben cambiar sus valores ni sus buenos hábitos sólo por entrar en una lucha de poderes. De esta forma sabrán que la gratitud nada tiene que ver con la actitud de otros y que es un valor que es inherente a ellos, aunque los otros no respondan de la misma forma.
Es importante que fomentes el hábito de las acciones altruistas.
Debes tener mucho cuidado de que no se convierta en una sensación de yo soy favorecido y tu no, porque eso los colocaría por encima de la persona que ayudan. La actitud debe provenir de una sensación de contacto humano con humano, de esta forma si regalan la ropa que ya no usan o hacen otro tipo de acto caritativo, sabrán que es una forma de agradecer a la vida y de apoyar a otros en una especie de intercambio, yo te ayudo y quizá algún día tú también me ayudarás.
Desarrolla en ellos la capacidad de disfrutar el presente, esa es una forma de agradecer a la vida.
Dar un paseo, ver el primer rayo del sol, conectarse con los sentidos, ver los colores, ayudarlos a conservar su capacidad de asombro, son muchas de las formas con las que puedes fomentar en tus hijos la conexión con el presente. Los niños tienen esa facilidad de disfrutar cada cosa que hacen, de jugar y sentirse libres de ser ellos mismos, pídeles que hagan una pausa y que se agradezcan o agradezcan a la vida la oportunidad de ver, sentir, olfatear y escuchar todo lo que está a su alrededor.
Hagan una carta de gratitud al mes.
Es un ejercicio muy bonito con el que tus hijos reforzarán mes con mes la importancia de ser agradecidos con los demás. Es importante que elijan a una persona a la que le quieren decir gracias por algo que hayan aprendido a través de él o ella o algo que quisieran reconocerle como admirable o quizá la compañía que les brindaron. Pueden ser muchos motivos y lo importante es que lo sepan plasmar con lápiz y papel haciendo un dibujo o un escrito donde le agradecen algo importante.
Hagan un collage familiar con fotos que representen todo aquello por lo que están agradecidos.
Este es un ejercicio para una tarde familiar en donde todos pueden elegir fotos o imágenes que representen los mejores momentos que han pasado como familia, con sus amigos e incluso en su vida personal, cada quien puede aportar las fotos que son representativas y explicar porque se sienten con esa gratitud.
Al menos una vez por semana, todos deben decirse un cumplido antes de cenar.
Esto es muy importante para fomentar la capacidad de reconocimiento hacia los otros y para desarrollar la empatía y la humildad. Si todos hablan de un cumplido que describa la parte positiva de cada uno pronunciando un gracias por ser… es algo que despertará en toda la capacidad de ver lo mejor de las personas en lugar de enfocarse solo en lo negativo.
Ahora puedes escuchar el contenido de MamásLatinas donde quiera que estés, a través de nuestro podcast Mamá Dice. Cada episodio contiene tips prácticos para la mujer y consejos enfocados en la crianza positiva y saludable. Escúchanos en tu plataforma de podcast favorita.