Además de ser una actividad que conecta a nuestros hijos con la naturaleza, el senderismo es una experiencia de retos, de convivencia y de exploración. Como verás, esta actividad tiene una gran cantidad de beneficios para el desarrollo de habilidades físicas, emocionales y psicológicas ya que es algo que impulsa el movimiento del cuerpo y lo ejercita, invita a la exploración del entorno, es decir a ir más allá de los límites y además, representa desafíos que los niños pueden enfrentar para así fortalecer su capacidad de autoconfianza y seguridad. Aquí te hablamos de algunos de los beneficios para que consideres esta experiencia como parte de algo que tus hijos deben probar e intentar algún día.
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Todo entorno al aire libre invitará a tus hijos a tener una conexión especial con la naturaleza en todas sus formas, el oxígeno puro, el color verde de la vida y la relajación que produce el sonido de fondo se conjugan para hacer de esta experiencia algo inigualable para ellos.
Está comprobado que los espacios abiertos estimulan el cerebro de los niños y adolescentes y por lo tanto favorecen su creatividad ante el juego. De este y otros beneficios más te hablamos en esta nota que hoy te compartimos.
Escucha este episodio de nuestro pódcast 'Mamá Dice' sobre los beneficios del senderismo para los niños y adolescentes:
El contacto en la naturaleza mejora la atención.
Hoy en día que nuestros hijos están rodeados de un sinfín de estímulos tecnológicos, es necesario que entrenen su capacidad de enfoque y concentración para el desarollo cognitivo ya que tantas distracciones pueden tener impacto en su forma de procesar la información que reciben. El senderismo ayuda a que tus pequeños y adolescentes recarguen la energía de los circuitos cerebrales asociados a la fatiga mental. Se ha comprobado que la atención y el autocontrol mejoran cuando se tiene contactos con espacios verdes.
Mejora por mucho el estado de ánimo y los relaja.
La tensión y el estrés acumulado pueden ser factor de problemas de sueño, irritabilidad e incluso problemas de memoria. Cuando tus hijos respiran el aire puro de la naturaleza y salen de la rutina al estar en un entorno diferente, pueden sentirse mucho más cómodos y relajados por lo que se desintoxicación con el aire puro y la descarga de la carga alostática del organismo que produce el estrés cotidiano y la tensión del día a día desaparecen en instantes.
Ayuda a desarrollar las habilidades motoras.
El movimiento es imprescindible para el sano desarrollo de nuestros hijos. Es importante que la motricidad gruesa, es decir, la habilidad para realizar movimientos generales desde brazos y piernas, sustente a la motricidad fina ya que es desde los movimientos del cuerpo y su coordinación que podrán adquirir habilidades finas que requiere la escritura por ejemplo.
Es una experiencia muy motivante y enriquecedora.
A pesar del posible agotamiento físico derivado de las caminatas y la exploración, es una actividad que realizan con entusiasmo ya que todo lo que representa movimiento y descubrimiento, los lleva a un compromiso de aprender desde lo vivencial. Aprenden de la naturaleza, conviven con todo lo que representa vida y esto es porque abren todos sus canales sensoriales. De ahí que en muchas escuelas se sugieran paseos a la naturaleza e incluso clases al aire libre.
Fortalece su sistema inmunitario.
Está comprobado que esta práctica mejora la circulación sanguínea, disminuye los triglicéridos y el colesterol y el oxígeno puro ayuda a una mejor respiración que a la par descontamina los pulmones. Debido a que es una actividad relajante a pesar del esfuerzo, los niveles de la hormona del estrés (cortisol) se reducen al máximo y eso permite que el sistema de defensas del cuerpo esté alerta ante cualquier virus o bacteria oportunista.
Estimula el interés por conocer más sobre la naturaleza.
Es muy común que los niños se asombren ante los pequeños insectos o animales con los que conviven en esta experiencia. Pueden observar la vida en acción y conocer las formas en las que se desenvuelven en ese hábitat. No es lo mismo aprenderlo de un libro que verlo en vivo y a todo color. Esto les genera una especie de comunión con los seres vivos, con las plantas, con los animales, con los vegetales. Su curiosidad crece y su respeto hacia ello también.
Es una manera diferente de convivir en familia.
Salir de las formas cotidianas de entretenimiento de fin de semana y hacerlo en contacto con la naturaleza, saca totalmente a la familia de los estímulos condicionados a la tecnología, a los videojuegos o a las prácticas consumistas. La naturaleza ayuda a que se desconecten de los móviles, a que se concentren en el presente y a que estén en convivencia total con la familia sin ningún distractor que les impida estar en conexión con cada uno, escuchándose, mirándose, cantando o jugando.
Es una actividad que invita a la cooperación.
El trabajo en equipo es fundamental, la práctica del senderismo en familia o en grupo de pares, requiere la repartición de actividades, la designación de líderes, el apoyo entre todos y la creatividad que todos puedan aportar también. Es una forma en la que tus hijos se sentirán útiles, escuchados y además tomados en cuenta en las aportaciones, sugerencias o actividades que lleven a cabo, desde cargar cosas, buscar agua, repartir comida, etc.
Los niños se sienten libres y responsables al mismo tiempo.
Al estar en un entorno natural, tienen la oportunidad de explorar con límites, ya que el seguimiento de instrucciones que dé el líder es básico para que mantengan su seguridad. El senderismo favorece el juego libre y sobretodo no hay normas rígidas con respecto a no ensuciarse o con respecto a ciertos modales, es parte de la exploración. Por otro lado, también son responsables de mantenerse a salvo y necesitan estar alerta, desarrollando capacidad de autocuidado y autoprotección.
Se utilizan todos los canales sensoriales.
Está comprobado que la mejor forma de aprender es a través de la experiencia vivencial. El senderismo implica el involucramiento de canal visual, auditivo, táctil, kinestésico o de movimiento y el sentido del gusto al momento de preparar la comida de campo. El cerebro está muy activo y se desarrollan muchas habilidades y conexiones neurológicas al mismo tiempo. Por lo tanto, es una actividad muy completa ya que favorece el trabajo sensorial, motriz y cognitivo.
Facilita el desarrollo de la creatividad.
Es una actividad en donde el niño sale de la típica observación pasiva y su labor es totalmente activa. La exploración requiere pensar en diferentes caminos, pensar en salidas e incluso en como sortear obstáculos. Esto los mantiene centrados en el presente desde una concentración enfocada, activa y divertida.
Favorece la inhibición de conductas impulsivas en los niños y adolescentes.
La atención, enfoque y concentración que se requiere, conlleva a los niños a esperar, a no buscar la gratificación inmediata, a tener paciencia, a ser cautelosos, a ir paso a paso, a probar sus habilidades con cuidado. Esto implica que están entrenando su capacidad de autocontrol y de ahí que sea una experiencia recomendada para los niños con déficit de atención e hiperactividad (TDH).
Permite el desarrollo de habilidades socioafectivas.
Cuando los niños y adolescentes van en grupo, cuando van en familia o cuando van con amigos, están poniendo en práctica la cooperación genuina, las ganas de ayudar, el apoyo entre pares y también la amistad. Es una actividad que refuerza lazos y que crea vínculos importantes a través de la solidaridad. Algo que es básico en el desarrollo social de nuestros hijos.
Crea un entorno de confianza.
Al ser un ambiente fuera de todo estímulo urbano, la mente está fuera de todo aquello a lo que está acostumbrada habitualmente. Es un entorno distinto que saca al cerebro de la zona conocida, es como estar fuera del espacio tiempo y ello favorece la comunicación desde formas distintas a las acostumbradas. Son momentos de confidencia, de historias, de cuentos, de juegos con amigos.
Mejora la autoestima y la autoconfianza.
Con cada reto que los niños y adolescentes van superando, van adquiriendo mayor seguridad en sí mismos, es una prueba en acción de que con esfuerzo, atención y enfoque pueden lograr un propósito, todo está en que no se rindan y el senderismo los invita a llegar a la meta con calma, sin presión interna pero con esfuerzo voluntario.
Karina Suárez Fernández es Psicóloga clínica, psicoterapeuta y mamá de dos adolescentes.
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