Tu niño llega corriendo a tu habitación, llorando y lleno de angustia, te dice que quiere dormir contigo porque tuvo una pesadilla, ¿cómo lo ayudas? Conforme nuestros hijos crecen, tienen mayor conciencia del peligro, es como si activaran su modo de supervivencia y, por lo tanto. el miedo toma un papel fundamental para afrontar experiencias. No olvidemos que la razón de esta emoción básica es salvar nuestras vidas cuando estamos en peligro. Así que, las pesadillas son parte de la forma en cómo procesan el mundo y sus riesgos. Por otro lado, la primera infancia es un momento de fantasía que distorsiona lo real, debido a su gran imaginación, y en este caso todos los fantasmas, los cuentos de terror y la oscuridad pueden causarles mucho temor. Las pesadillas pueden ser muy aterradoras para ellos, así que aquí te doy algunos tips de cómo ayudarlos.
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Las pesadillas son frecuentes en los niños preescolares y, la mayor parte de las veces, ocurren en la segunda mitad de la noche provocando que se despierten llorando y muy asustados. Son sueños terriblemente lúcidos, ya que, cuando te los cuentan, vuelven a sentir el mismo estrés y temor. Así que lo mejor que puedes hacer para consolarlos, después de la pesadilla, está en estos puntos que te comparto enseguida.
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Prevención: Evita que vean películas o lean cuentos de terror antes de dormir.
Aunque una pesadilla es solo un sueño, tu pequeño está en el proceso de distinguir la realidad de la fantasía. Incluso durante la pesadilla, su organismo vive el miedo, como si lo que soñó realmente estuviera ocurriendo, es decir, se agita, su corazón se acelera y vive todos los procesos neurofisiológicos y el estrés como si fuera real. Por lo tanto, es mejor evitar que esté expuesto a imagenes de terror, historias de miedo o cuentos que le provoquen pánico.
Prevención: Que duerma con su muñeco o almohada favorita.
Antes de dormir, tu pequeño puede acomodar el espacio de su cama de forma que se sienta seguro. Abrazar a su muñeco de peluche favorito puede ser muy favorecedor, también puede ser muy útil una prenda de mamá o de papá que lleve su perfume para que te sienta cerca a la hora de dormir. Incluso su manta favorita, aquella que carga para todos lados puede ser una gran compañía que lo haga sentir protegido. Lo importante es que tu pequeño se sienta cómodo, pero, sobretodo, seguro.
Prevención: Evita que cene de forma abundante y muy tarde.
Tu pequeño necesita el tiempo necesario para su proceso de digestión y cuando el proceso de metabolismo sigue llevándose a cabo durante el sueño, es un factor que puede provocar pesadillas, ya que el cerebro tiene mayor estimulación por la noche y, por lo tanto, existe la probabilidad de que tenga sueños extraños debido a dicha sobreestimulación. Así que lo mejor es que su cena sea ligera, evitando las carnes rojas o la comida picante y dársela en un horario pertinente que le permita metabolizar antes de la hora de dormir.
Prevención: Ayúdale a conciliar el sueño y ayúdalo a que se relaje.
Siempre recomiendo una buena dotación de cosquillas para antes de dormir o jugar con cosas que lo hagan reir, quizá puedes contarle un cuento con tíeres o contarle algunos chistes que lo ayuden a liberar la tensión del día, sobretodo si tu hijo tiende a estresarse. Otra forma de liberar la tensión es que tú y él griten muy fuerte, colocando una almohada en la cara, para que así descarguen las emociones reprimidas y después rían juntos a carcajadas.
Consejo: Escúchalo o déjalo llorar el tiempo que lo necesite.
Después de la pesadilla es muy probable que vaya a tu habitación o que grite para que vayas a la suya. Es importante que solamente le des contención emocional, no trates de razonar con él, ya que no es un momento oportuno para hacerlo y por más que le expliques lo que es una pesadilla, no es momento de reflexiones, sino de que pueda sentir confort contigo para descargar suds emociones. Si tiene miedo, abrázalo o si quiere platicarte el sueño, escúchalo y hazle enfasis en que está seguro y cobijado.
Consejo: Deja una pequeña luz encendida.
Después de la pesadilla, es posible que tu pequeño quiera que permanezcas unos minutos ahí y lo mejor es que lo hagas hasta que se duerma. Puedes tomar su mano y acariciar su cabello o puedes arrullarlo como cuando era más pequeño. Le dará mucha seguridad sentir que hay luz, ya que la oscuridad podría provocarle miedo.
Consejo: Al día siguiente explícale lo que es una pesadilla.
Es importante que le hables de su imaginación y de las fantasías, cuéntale que, a veces, tú también sueñas cosas, feas pero que en muchas ocasiones es porque cenaste mucho, o porque tienes mucho estrés, y que por eso es importante seguir una rutina antes de dormir para evitar los sueños extraños. Te sugiero que lo hagas hasta el día siguiente, ya que durante el momento del llanto y el miedo solo querrá sentir protección. Sin embargo, es importante que poco a poco vaya comprendiendo que una pesadilla es algo que no está pasando en la realidad.
Consejo: Dile que dibuje su pesadilla y al final rompan la hoja como símbolo de que la destruyen.
Es un ejercicio que le puede ayudar a que retome su sensación de seguridad y a que incremente su autoconfianza y poder personal. La mente no distingue realidades y si tu pequeño se siente fuerte y poderoso ante el monstruo que soñó o ante la situación que lo asustó en la pesadilla, su cerebro registrará la sensación última. Es decir que si el siente que ganó la pelea, que fue más fuerte o que venció al malo de su sueño, podrá sentirse ganador y, por lo tanto, mucho más seguro de sí mismo.
Karina Suárez Fernández es Psicóloga clínica, psicoterapeuta humanista de profesión y mamá de dos adolescentes.
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