Con tanto que hay que hacer durante el día, ¿no crees que a veces es necesario un respiro que te ayude a desconectarte del mundo de la maternidad? Y es que, entre la casa, las compras, el trabajo, los hijos y demás responsabilidades, hace falta un momento que nos saque de la rutina y nos ayude a relajarnos. Por eso, es sumamente importante que te consientas de vez en cuando, que tengas ese momento tan anhelado a solas para leer, ver una serie o para hacer lo que tú quieras. Es por ello que en esta nueva edición de Mamás Sin Filtros te platicamos sobre lo importante que es darte tus espacios más allá de la maternidad y las ventajas de ponerte como prioridad de vez en cuando.
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Hay muchas motivaciones e intereses personales a los que también les debes poner atención. Sé que la frase favorita de muchas mamás es que “no tengo tiempo”, pero te aseguro que si tomas unos minutos o algunas horas para dedicártelas a ti, a la larga te lo agradecerás y tu familia también, ya que estarás de buen humor y relajada. Recuerda que una mujer feliz es una mamá feliz.
Por lo tanto, la felicidad que tus hijos vean en ti, la plenitud que miren a través de tus ojos y la realización que perciban a través de tu buen humor, los ayudará a tener una excelente actitud ante la vida.
Si te sientes saturada de actividades, desconéctate unos segundos para aclarar tus ideas.
Es importante tener tiempo libre con la única intención de no colapsar por el estrés y que esto no te lleve a explotar como una fiera. Disponer de un momento para reactivar tu energía o para relajarte es el mejor regalo que puedes darte a ti y a tu familia. Esto es porque tu estado de ánimo puede estar influenciado por el ambiente emocional que se perciba en casa.
No cambies tus planes y pide que se respete el espacio que necesitas haciéndoles saber que te lo mereces.
A veces el sentimiento de culpa te puede llevar a sacrificar el tiempo que tenías reservado para ti considerando un cambio de planes para complacer a tus hijos. Esto es un grave error, tienes que mostrarles que tu espacio es tan valioso como el de ellos. Es importante mantener una actitud democrática en casa y eso es algo que puedes enseñarles cuando pones límites.
No enfoques tu propósito del día y tu sentido de vida sólo en ser mamá.
Ser mamá es increíble, maravilloso y una experiencia inigualable, aunque es importante que no sea lo único que le dé sentido a tu vida. Por ello, ten metas personales, enfócate en otros proyectos que te motiven y que se sumen a tu crecimiento personal. No dejaré de mencionártelo, "si eres una mujer feliz, serás una mamá feliz", tenlo por seguro. No te olvides de ti misma y verás maravillosos resultados.
Ten cuidado, no te sientas egoísta por querer tener espacios personales.
El concepto de la madre abnegada y entregada es uno equivocado sobre la maternidad. La entrega a nuestros hijos nada tiene que ver con esta imagen de la madre que únicamente vive para estar a disposición de sus hijos o de las necesidades de la familia. Esto a la larga produce mucha amargura porque puede quitar el sentido propio. No importa la etapa que vivan tus hijos, tener momentos para ti es imprescindible para que te sientas completa, así que suelta cualquier sentimiento de culpa.
No pongas de pretexto la falta de tiempo y aprende a delegar.
Puedes pedirle apoyo a su papá, a algún familiar o amiga de toda tu confianza. No quieras abarcarlo todo, eso es lo que te puede llevar a sentirte saturada y agotada. Pide apoyo cuando así lo necesites y si tienes ganas de hacer algo, no pongas de pretexto la falta de tiempo o la imposibilidad de hacerlo debido a las actividades de tus hijos. Alguna amiga puede ayudarte o papá puede ejercer su labor cuidándolos también mientras tú descansas o haces lo que necesites.
Desconéctate de la rutina con la intención de entregar la mejor versión de ti.
Meditar, relajarte, caminar, correr, salir con una amiga o ir al spa. En fin, tú eliges con cuál actividad te sientes mejor. Estar bien contigo misma fomenta felicidad en tu interior y por lo tanto te ayuda a entregar a tus seres queridos la mejor versión de ti. También, de esta forma les enseñas que todo se puede combinar y que priorizarse a sí mismo no es egoísmo, al contrario, es amor propio.