Es importante que nuestros hijos adolescentes aprendan el valor de la colaboración y que estén conscientes de la importancia del trabajo en equipo. El hecho de que realicen labores en casa va más allá del apoyo o ayuda, tiene que ver con el desarrollo de una conciencia sobre la responsabilidad ante la vida. Además, de esta forma valorarán el trabajo y serán empáticos con el esfuerzo aportado por todos. Tus hijos necesitan sentirse competentes en su desarrollo y el hecho de ser tomados en cuenta como parte del equipo, a pesar de que a veces sean un poco resistentes a las obligaciones, les brinda la oportunidad de ser congruentes con su crecimiento, no sentirse niños pequeños disfrazados de adolescentes. Por ello, toma en cuenta estas labores de las cuales ya deben hacerse cargo.
Más en MamásLatinas: 10 hechos que debes aceptar para que dejes de pelear todo el día con tus hijos adolescentes.
A pesar de que nuestros hijos adolescentes pueden estar en una etapa de rebeldía, es el momento indicado para sentar las bases sólidas de la responsabilidad y el orden. Es todo un reto porque cada indicación debe llevar un estilo de comunicación asertiva que no suene a mandato pero que al mismo tiempo incite a que lo lleven a cabo.
En este sentido, evita sonar a sargento porque no tendrás éxito. Se trata de que vayan colaborando por convicción y no por condicionamiento. Fomentar la voluntad en ellos depende mucho de la forma en cómo les pidas su colaboración y en el establecimiento de acuerdos y propuestas donde la elección sea compartida y democrática.
Deben saber utilizar la aspiradora y hacer limpieza profunda en toda la casa.
Tus hijos deben utilizar la aspiradora como un medio de limpieza profunda para tener el hábito de hacerlo con profundidad y revisando cada rincón del espacio que están aseando. Esto los ayudará a ser cuidadosos y sobretodo a hacer las cosas con presición. La limpieza y el orden son un hábito en el cual necesitan encontrar un sentido personal y saber que cada rincón acumula polvo, mismo que deben sacudir para que no se acumule. Deben saber que los ácaros y todo lo que se acumula con el polvo puede ser causante de alergias y es importante que entre todos cuiden la salud familiar.
Pueden ayudarte con el jardín, cortando el pasto, regando las plantas e incluso dandole una linda vista.
El que estén en el jardín puede generarles un efecto relajante e incluso meditativo. Tener contacto con las plantas, con el cuidado de las mismas e incluso con el hecho de darle forma, ayuda a que despierten su creatividad, a que tengan un contacto necesario con la naturaleza y a que se preocupen por el cuidado de todo aquello a lo que le pueden dar vida y atención. Es por ello que regar las plantas también implica desarrollar el hábito de la protección a todo lo que tiene y da vida a través de una acción colaborativa en casa.
Pueden realizar todas las tareas así que evita dividirlas en tareas de mujeres y de varones.
Esta es la regla número uno porque aunque los tiempos ya han cambiado, yo todavía he escuchado de algunas mamás que proceden de educaciones muy tradicionalistas y por supuesto tendientes al machismo. Piensan que las labores domésticas sólo corresponden a las hijas adolescentes y los hijos tienen como asignación sólo las labores “masculinas” como lavar el coche o reparar cosas de casa. No caigas en esto, las responsabilidades de casa son de todos, evita encasillar roles.
Deben anotar las labores elegidas en una pizarra.
Esto también es una labor que los responsabiliza a manera de contrato impersonal. Si lo hacen por escrito, lo tienen más presente y podrán recurrir a su pizarra sin que tú tengas que hacerles el recordatorio para que lo hagan. De esta forma irán adquiriendo el hábito de checar sus asignaciones sin que caigan en discusiones innecesarias.
Es importante que comiencen por limpiar su habitación.
Aunque tu adolescente siempre defenderá de manera ferviente su espacio y te dirá que el encuentra un orden en su propio desorden, debe tener muy claro y preciso que la primera responsabilidad es tener su habitación limpia y ordenada. Si tu hijo aprende a doblar su ropa, a ponerla en su lugar y a tener su espacio libre de obstáculos, será algo que reproducirá en su vida desde tener una mente ordenada y libre de obstáculos también.
Puede lavar y guardar los trastes de la cocina.
Es algo que incluso pueden comenzar a hacer desde que tienen ocho o diez años, porque llegando a la adolescencia debe ser parte de la rutina de actividades correspondientes para la colaboración semanal en casa. Te sugiero que lo hagas como una repartición pero que cada uno de tus hijos se sienta con la libertad de elegir el día que le gustaría participar en ello.
Es importante que cuide y limpie todo lo correspondiente a sus mascotas.
Es el principio fundamental de brindar amor a otros y no sólo a ellos mismos. El adolescente puede ser un poco egocéntrico debido a la etapa que vive por lo que generar empatía es imprescindible en esta etapa. El cuidado a su mascota implica la práctica de la responsabilidad, pero también desarrollará los sentimientos de protección hacia otros y por supuesto la empatía.
Pueden hacer una tarde de cocina preparando un delicioso platillo o postre.
Esto es a manera de propuesta para la convivencia familiar, recuerda que no debe sonar a imposición. Cocinar es algo que puede despertar su creatividad porque se trata de complacer el paladar de la familia y recibir un reconocimiento, por ello puede favorecer mucho su autoconcepto. Además, es una forma de hacerlos responsables de preparar la comida de una forma que se sale de lo tradicional o tedioso.
Es importante que al menos cada seis meses hagan limpieza general de los objetos que no usan.
Es una forma de enseñarles a no acumular, de esta forma trabajas en ellos de manera indirecta los apegos y al mismo tiempo van eligiendo lo que donarán o desecharán. Reordenar documentos, deshacerse de lo que sólo ocupa un espacio sin tener una función productiva les enseña a hacer buenos filtros en su vida y a quedarse con aquello que les suma en su vida.
Lavar su ropa o turnarse dicha responsabilidad con los demás miembros de la familia.
Lavar la ropa es una actividad sencilla que no requiere de mucho tiempo o esfuerzo porque solo se trata de programar la lavadora y la secadora. Doblar la ropa o guardarla le enseñará a no postergar y a hacer las cosas de manera inmediata para que todo quede en el lugar preciso en donde debe estar.
Limpiar el espacio antes y después de una fiesta o reunión que organice con sus amigos.
De esta forma vivirá la experiencia desde lo que disfruta, pero también desde las responsabilidades que eso implica. Notará que todo representa un esfuerzo y que debe estar al pendiente de cuidar los detalles de su reunión. Puedes ayudarlo, pero deja que él planee todo para recibir a sus invitados y que haga todas las gestiones pertinentes, de esta forma aprenderá a planear y a organizar.
Es importante que también ordenen otros espacios olvidados de la casa de vez en cuando.
Quizá una vez al mes tocará limpiar el refrigerador, otro mes tocará ordenar el almacén de alimentos, otro mes tocará limpiar lo anaqueles y así, ir por espacios para que no sólo se enfoquen en lo suyo, sino que también contribuyan al orden general de casa. Aquí también puedes aplicar la estrategia de brindar opciones o alternativas a elegir por mes.
Hacer la lista de supermercado para que también estén pendientes de lo que se requiere en casa.
Pueden asignarse esta tarea entre todos los miembros de la familia, lo importante es que estén al tanto de revisar lo que se necesita comprar para que se involucren en los detalles que requiere el hogar. Es una forma de trabajar en equipo haciendo revisiones con paciencia y preguntando a cada miembro lo que desean agregar a la lista. Esto ayuda a que desarrollen habilidades de comunicación en casa.
Que coloquen los suministros del super mercado en su lugar.
Quizá te tocó comprar la mercancía en el supermercado a ti, así que ellos podrían guardar las compras, ir colocando cada cosa en el lugar correspondiente. Es una forma de repartir la labor de manera equitativa para que ellos también se involucren de forma indirecta en el orden de las cosas que se compran para todos. Es parte de desarrollar la actitud colaborativa porque las cosas que almacenan son de todos.
Si en el proceso de guardar, lavar y acomodar, rompen algo, es importante que se hagan cargo de repararlo.
Quizá de repente hagan mal uso de los electrodomésticos o al lavar un plato o vaso lo rompan. Lo importante es que vayan aprendiendo a hacer las cosas con paciencia, orden y tolerancia. Esto implica que tendrán que asumir el fallo resolviendo o reparando ya sea de manera personal o tomando una parte de su mesada o incluso buscando quien lo repare.
Deben hacerse cargo de su baño y dejarlo totalmente limpio
Puede que tengas a alguien que te ayude en casa con las labores domésticas, sin embargo, esto no exime a tus hijos de hacerse cargo de dejar limpio su baño, de secarlo o limpiarlo todos los días. Es un espacio que requiere mucha higiene y ellos deben estar conscientes de que es una labor necesaria.
Pueden hacer pequeñas gestiones de pagos bancarios.
Lo importante es que se enfrenten a preguntar y a resolver algo para que vayan adquiriendo seguridad en sí mismos. Las pequeñas gestiones son ensayos para romper barreras de contacto al igual que para comenzar en su camino hacia la autonomía y la capacidad de resolución. Además de apoyarte con ello, también están aprendiendo.