A todas en algún momento nos han dado ganas de salir corriendo y eso no te hace mala madre. El agotamiento es y siempre será muy mal consejero. Por eso es importante no permitirnos llegar hasta esos extremos donde el cansancio te coloca en un estado de mal humor y a veces de fatiga crónica. Cuando llegamos a esto por la cantidad de energía que invertimos en nuestra labor de maternidad, es natural que busquemos un descanso, una huida imaginaria, una fantasía de desaparición de la realidad para fugarnos a un lugar de soledad, de paz y de silencio. Claro, aunque sea solo un escenario idealizado. Esto significa que no debes sentirte mal por querer huir ya quea todas nos pasa, así que cuando vuelvas de esa fantasía, haz uso de estos recordatorios que te ayudarán a ver una luz en el camino.
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Todas sabemos que ser una madre responsable no es nada fácil y tiene sus complicaciones. Esto no es queja sino una realidad, algo que necesitamos afrontar como parte del compromiso de la maternidad y que de ninguna manera le quita el lado satisfactorio al hecho de ser mamá.
Sin embargo, tampoco podemos decir que todo es color de rosa y que se vive feliz todo el tiempo porque tanto tú como yo sabemos que las preocupaciones y las ocupaciones para hacer las cosas entregando nuestra mejor versión, requieren tiempo, energía y disposición. A veces no hay ni tiempo, ni energía que alcance para fortalecer esa disposición. Ante esto y siendo totalmente realista, te comparto algunos recordatorios que debes hacerte para cargar la pila y seguir esforzándote en dar lo mejor de ti.
Ahora puedes escuchar el contenido de MamásLatinas donde quiera que estés, a través de nuestro podcast Mamá Dice. Cada episodio contiene tips para la mujer y consejos prácticos enfocados en la crianza positiva y saludable. Escúchanos en tu plataforma de podcast favorita.
Soy una mujer de carne y hueso, tengo derecho a equivocarme y rectificar.
Yo te podría decir que prácticamente este es el primer mandamiento para nosotras que somos madres y que vamos aprendiendo a serlo sobre la marcha también. No es una justificación para cometer errores, es sólo un recordatorio necesario para deshacernos de la pesada carga que pueden generar los sentimientos de culpa y la necesidad de perfección. Para las madres responsables es importante la reafirmación de que hacemos lo mejor que podemos y que el amor siempre será lo que abandere cada decisión que tomamos con respecto a nuestros hijos. Si te equivocas, haz algo para resolverlo. Sigue preparándote como madre, informándote, pero sobretodo amándote para que sea ese amor propio el que impere en lo que muestras de ti a tus hijos.
Puedo sentirme al límite de mi paciencia, puedo aislarme para no colapsar y no por ello estoy siendo mala mamá.
La tolerancia, paciencia y buena cara no siempre estarán disponibles en tu repertorio de emociones del día. A veces hay cosas y situaciones estresantes que hacen que tu día se complique. Es natural que sientas un desequilibrio interno y más natural aún que necesites un espacio para reacomodar tus emociones, para asimilar las soluciones ante cualquier conflicto y para sentirte en condiciones que te permitan ser objetiva. Si quieres estar todo el tiempo con una sonrisa, estarás fingiendo. Puedes decir a tus hijos cuando no estás disponible emocionalmente, puedes ser honesta con ello y sin necesidad de explotar, tomarte el espacio que necesitas para digerir y reencontrarte contigo misma.
Puedo y “debo“pedir ayuda cuando la necesito, puedo aceptar cuando las responsabilidades me sobrepasan.
Este es el permiso que va de la mano con el punto anterior, definitivamente cuando necesitas hacer un tiempo fuera debes acudir a tu pareja o a alguien de mucha confianza para que tome el mando en el momento de la retirada. Ojo que con esto no estás abandonando a tus hijos. Repito: No estás abandonando a tus hijos. Al contrario, estás buscando tu equilibrio precisamente para que la desorientación emocional que vives no tenga efectos en tu relación o en la forma en como te comunicas con ellos.
Vale la pena generar hábitos en mis hijos, aunque hagan berrinche, porque estos los acompañarán el resto de su vida.
A veces, ante los berrinches de los niños pequeños puedes preferir darte por vencida y abandonar la estrategia de los límites. Es todo un reto, lo sé. Sin embargo, a pesar de la energía y el esfuerzo que esto te demande, es importantísimo que recuerdes que por más agotada que estés, puedes tomarte un tiempo, pero no soltar los límites que necesitan tus hijos, ya que esto formará en ellos hábitos que muy probablemente los acompañarán durante su vida. Al principio tomará tiempo que se adapten, pero una vez que los aprendan, formarán parte de su rutina y para ti será un peso menos.
Fue un día difícil, pero nada como la satisfacción de haber escuchado las risas de mis hijos.
Si hay algo que alimenta de vida es tener presente la capacidad de disfrutar que tienen los niños. Si te conectas con esa capacidad de asombro, con su ingenuidad y su creatividad, te aseguro que nada de lo “malo” que haya ocurrido durante el día superará la sensación de gratitud. Si haces un recuento de tu día y colocas los reflectores en aquellas situaciones que iluminan tu sentido de vida notarás que la energía aumenta y que tu motivación también, aún con todo y el agotamiento físico o emocional que sientas.
Quiero disfrutar cada etapa que viven mis hijos, hay muchas cosas que no se repiten y que quiero vivir plenamente con ellos.
El paso del tiempo implica que tus hijos tendrán diversos momentos en su desarrollo y que invariablemente son irrepetibles. Esto significa que debes estar muy conectada con los momentos que sabes que pasarán y no volverán. Si tu pila está baja y quieres salir corriendo porque aún no saben caminar, recuerda que algún día ya no gatearán. Si quieres salir corriendo porque todo el tiempo quieren que los amamantes o que los cargues, recuerda que algún día ya no pasará. Así que cuando descubres que esto es algo que se acabará para pasar a otro ciclo, aprenderás a disfrutar cada etapa con cansancio, pero con gozo.
Puedo compartir responsabilidades con mi pareja, ambos somos sus padres por lo que no es necesario que acapare la crianza.
Este es un recordatorio básico que necesitas hacerte cuando te entra el síndrome de la mamá súper poderosa que cree que puede estar en cinco lados al mismo tiempo. Además de que esto entra dentro del punto de pedir ayuda, también le agregaré la importancia que tiene la corresponsabilidad de la crianza ya que papá también debe ser un participante activo que convierta esta labor en un trabajo en equipo. Para que esto pase, es importante que sueltes el control, que confíes en su capacidad y que te des a la tarea de ser flexible.
Las renuncias que estoy haciendo valen la pena (respira profundo), además esto es solo una renuncia temporal.
Por supuesto que en algún momento tendrás que hacer una pausa. Quizá se trate de reducir tu carga de trabajo, no ser tan activa en tu vida social como antes o incluso renunciar al sueño profundo. No te pido una actitud de resignación sino más bien una actitud de aceptación en la cual estés consiente de que estás viviendo solo una etapa que requiere de toda tu atención y concentración. Piensa en las ganancias más que en las pérdidas que representan las renuncias. Coloca los reflectores nuevamente en aquello que tú y tus hijos obtendrán y no en lo que crees que perderás.
Puedo divertirme cuando esté lejos de mis hijos y eso no me convierte en una madre irresponsable.
Las madres estamos tan bombardeadas de juicios del exterior que podemos caer en una falsa percepción y comprensión de lo que implica la práctica de la maternidad con responsabilidad sintiéndola como un peso. Sobretodo cuando estamos en la lupa de muchas que pueden señalarnos como madres que no tienen derechos. Es terrible cuando alguien critica a otra madre por el hecho de salir con amigas y dejar a sus hijos unas horas al cuidado de papá, la abuela o la nana. Deja de ponerle atención a eso y evita sentirte mal por el hecho de divertirte sin ellos. Es necesario un espacio personal de vez en cuando.
Mi casa puede estar en desorden de vez en cuando y eso no me convierte en una madre desordenada.
Si es por falta de organización en tu agenda puedes hacer los cambios pertinentes para lograr mantener en orden tu casa. Sin embargo, cuando hay niños jugando dentro es una utopía querer tenerla reluciente y brillante todo el tiempo. Las etapas de exploración de tus hijos a veces transformarán el hogar en un campo de juegos, en un salón de clases, en un campamento de fin de semana, en fin, el espacio del hogar puede tomar muchas formas que van más allá del orden y la limpieza perfecta. Así que libera tu necesidad de perfección y permite (con límites) que usen el espacio para divertirse. Después enséñalos a recoger el desorden ya que deben hacerlo contigo.
El que tenga que renunciar a ciertas actividades no me hace menos productiva.
Otro recordatorio importante que debes reiterarte, sobretodo cuando sientas que te estás estancando en algún área de tu vida. Generalmente esto es un espejismo ya que cuando tu maternidad requiere que estés más presente en ello y menos presente en otras áreas de tu vida, puedes sentir que te estás quedando atrás, pero no es así. Se trata solo de un replanteamiento de tus prioridades en el aquí y en el ahora. Además, cuando te sientas en condiciones de retomar lo pausado, sin duda que lo harás y lo harás muy bien.
Puedo “no tener todo bajo control” y eso no me convierte en una madre ineficiente.
Recuerda el primer punto, las madres somos seres humanos de carne y hueso y nadie dijo que nuestro contrato con la maternidad incluía la perfección o el hecho de siempre tener todo bajo control. Como todo, hay cosas que nos toman por sorpresa y hacemos lo mejor que podemos con lo que sabemos y con lo que está en nuestras manos. Ser una madre eficiente va mucho más allá de ser una madre que calcula todo y que es tan provisoria que nunca falla. La vida real no es así, fluye y cuando las cosas se salgan de control busca una manera de adaptarte a los nuevos cambios.
Puedo tener descuidos repentinos y eso no me convierte en una madre negligente.
A veces el cansancio, el hecho de querer tener todo perfectamente funcionando en casa o todo perfectamente calculado, hace que pongas atención en algunas cosas y que quites tu atención de otras. Si rectificas y te das cuenta que no estás balanceando adecuadamente tu concentración en lo concerniente a tus responsabilidades maternas, solo tienes que equilibrar la balanza y ya está. Evita culparte si olvidaste el suéter de tus hijos en casa, es un descuido que no provocará nada grave.
No estoy compitiendo con nadie, soy una mamá autentica y genuina con mis hijos.
La maternidad no admite comparaciones ni puntos de referencia. Puedes informarte, tomar algún curso para comunicarte mejor con tus hijos y leer un libro de crianza, pero eso no significa de ninguna manera que no te permitas ser tú misma. Es tu esencia y amor genuino lo que nutrirá a tus hijos. Es la calidad del vínculo que crees con ellos lo que les ayudará a forma confianza y seguridad en el mundo. Confía siempre en tu intuición de madre, que esa no falla.
No estoy sola en esto, siempre hay alguien que me apoya.
Puede ser una amiga, tu familia, tu pareja, en fin, entre todos los que te rodean siempre encontrarás una opción con quien cobijarte, desahogarte o incluso quejarte de como te sientes. Así que no te sientas sola en este camino y cuando quieras salir corriendo, hazle caso a lo que necesites y busca la solución de compañía, descarga o tranquilidad en alguien que pueda ser tu hombro para llorar, tu brazo derecho para resolver y aclarar tu mente.
Escucha estas frases para manejar tus emociones en nuestro podcast 'Mamá Dice'.
Mamá Dice es el podcast de consejitos de maternidad de MamásLatinas. Escúchanos de lunes a viernes en tu plataforma de podcasts favorita. Son cortos y se adaptan al estilo de vida de cualquier mamá.