“Ten cuidado”. Esta puede ser una de las frases que más repetimos en la maternidad, sobre todo cuando tenemos niños pequeños o demasiado aventureros. ¡Es que nos ponen los nervios de punta! Y nuestro instinto es pedirles que se cuiden porque sentimos que están al borde del peligro.
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Sin embargo, hay expertos que apuntan que esta frase, en lugar de ponerlos atentos en lo que hacen, les genera una sensación de miedo e inseguridad. Les indica que hay un peligro que, a veces, no está claro, aunque solemos acompañar la frase con un “te vas a caer”. E incluso les quita la concentración.
No queremos que nuestros hijos se hagan daño, pero no por eso podemos limitar todo lo que hacen y estar gritándoles y dándoles indicaciones con cada paso que dan. Se sugiere dejar al niño experimentar a su gusto, mientras no exista un riesgo real de que se haga daño. Y dejar la dichosa frase de “Ten cuidado” para cuando realmente exista un peligro inminente.
Pero si no digo: “Ten cuidado”, ¿qué puedo decir? La organización Child & Nature Alliance of Canada tiene una lista de frases que podemos utilizar para cada una de las seis instancias de juego riesgoso definidas por la educadora Ellen Sandseter y te las decimos a continuación.
Cuando juegue a grandes alturas puedes decirle:
Mantente concentrado en lo que estás haciendo. ¿Cuál es tu próximo movimiento? ¿Te sientes seguro allí? Tómate tu tiempo. ¿Esa rama se siente fuerte y estable? Estoy aquí si me necesitas.
Cuando juegue cerca de elementos peligrosos puedes decir:
Por favor, muévete despacio y cuidadosamente cerca del fuego o del agua. Por favor, tengan mucho espacio entre ustedes para que nadie sienta que necesita empujar o golpear por accidente. ¿Te sientes estable y equilibrado? ¿Necesitas más espacio?
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Cuando tenga juegos rudos y con caídas puedes decir:
Haz contacto visual antes de taclear a alguien, así sabe que vienes y puede preparar su cuerpo. Comuníquense unos con otros. Asegúrense de que todos la pasen bien. ¿Te gusta eso? ¿Te estás divirtiendo? Asegúrate de decir si algo no te gustó.
En juegos donde los niños pueden perderse usa frases como:
Si necesitas correr, encuéntrame en la siguiente parada del sendero. Revisemos este lugar para asegurarnos de que es seguro esconderse.
En juegos con altas velocidades puedes decir:
Encuentra un lugar seguro para el objeto que llevas en las manos mientras corres. Si vas a correr, debes observar a las demás personas y darles espacio porque es un lugar concurrido y podrías derribar a alguien. ¿Deberíamos mover este juego a un lugar con más espacio?
Cuando jueguen con elementos que podrían lastimar usa frases como:
Mira a tu alrededor, ¿tienes suficiente espacio para el objeto que tienes en las manos? ¡Las rocas necesitan espacio! Esa roca parece muy pesada, ¿puedes manejarla? Recuerda que hay rocas que pueden ser resbalosas. Antes de tirar esa piedra, ¿qué necesitas mirar?
Frases sobran, solo es cuestión de aplicarlas.
Como te puedes dar cuenta hay muchas frases que podrían ser mucho más claras y directas que un simple :“Ten cuidado”. Y lo mejor es que no implican la expresión abierta de tu miedo ante lo que hace tu hijo. Es importante que los niños tengan espacios seguros para explorar, ya que les ayudan a controlar su cuerpo, a medir los riesgos que pueden tomar y a desarrollar su curiosidad.
No se trata de dejar que los niños estén en situaciones de peligro, sino que es permitirles evaluar los riesgos en las actividades que realizan, sabiendo que estamos cerca de ellos para intervenir o ayudarles, que sepan que mamá está ahí si la llegaran a necesitar.