Celebrar a nuestras hijas tiene un simbolismo muy importante, ya que demarca la importancia de romper los estereotipos de género como una forma de recordar los derechos de las niñas. Por otro lado, también es una forma de resaltar la gran labor que han hecho esas madres al inculcar en sus niñas la fuerza, el coraje, la motivación y la capacidad de enfrentar los retos de ser mujeres. Empoderar a nuestras hijas es un proceso que debe darse desde que son pequeñas, de esta forma, las impulsamos a creer en ellas, a confiar en sus talentos, a buscar y encontrar por sí mismas las soluciones ante los desafíos de la vida y, sobre todo, hacerles saber que nuestro amor de madre es incondicional.
Más en MamásLatinas: Consejos para motivar a las niñas a interesarse por la ciencia
Realidades como la carga excesiva de tareas doméstica, hasta cuestiones donde se ve lastimada su dignidad —como la mutilación genital femenina o los matrimonios forzados aún siendo una niña—, forman una cadena de experiencias que, independientemente de la cultura y sus costumbres, no dejan de atentar contra la condición humana. Si vamos comprendiendo que la educación que reciben nuestras hijas, marcará su futuro y el futuro de sus propias hijas, tomaremos conciencia del nivel de importancia que tiene nuestro papel como madres para mejorar su posición en el mundo.
En casa, mamá y papá deben ser equitativos en la repartición de labores.
Tu hija debe sentir que papá puede hacer de todo y esto depende mucho de la dinámica de trabajo en equipo en casa. Para que tu hija normalice la participación de todos en casa,independientemente de los roles de género y de las actividades que socialmente se dice que "son de mujeres o de hombres", necesita convivir con un padre que sea colaborativo en las labores del hogar y que practique el respeto en el trato hacia mamá. Es por ello que la unión familiar y los acuerdos en función del bienestar de las hijas, no deben faltar.
Jamás olvides que tú eres su modelo a seguir.
Es importante predicar con el ejemplo. Si quieres empoderar a tu pequeña, es importante que seas congruente y que aquello que quieres fomentar en ella como la seguridad y la autoconfianza, la perciba de ti misma.
Lean libros o vean películas sobre mujeres líderes que le demuestren lo lejos que puede llegar.
Puedes contarle la historia de Hellen Keller y Anne Sullivan (su maestra) o pueden ver juntas la película, o la historia de María Curie, quien ganó dos veces el Premio Nobel de física en una época donde la opresión a las féminas era excesiva. Existen muchos ejemplos de mujeres líderes que tuvieron que enfrentar sus miedos y a la sociedad misma para poder hacer lo que le apasionaba aún a pesar de las críticas y prejuicios.
Enseña a tus hijas la importancia de la sororidad y evita la crianza basada en la competencia con otras niñas.
Evita comentarios como: “tú eres mejor que esa niña, o, tú eres más bonita o más inteligente”. No propicies comparaciones. Es muy importante que el empoderamiento femenino también esté basado en enseñarle a tus hijas que el apoyo entre mujeres es muy importante en la lucha para lograr la equidad de género. Enséñales a no juzgar a otras mujeres y a respetar la elección que cada niña o fémina tiene sobre su propia vida, sus decisiones y su cuerpo. Esto debes inculcárselo desde pequeña.
Cuenta a tu hija un poco sobre las luchas históricas por los derechos de la mujer.
Es muy importante que, aunque tu hija sea pequeña, tenga conocimiento de las luchas históricas que muchas mujeres han llevado a cabo y que es gracias a ellas y al esfuerzo por buscar la equidad que hoy en día se han abierto las puertas a las féminas en muchos sentidos. Cuéntale que las mujeres antes no tenían derecho al voto o a estudiar, que durante mucho tiempo fuimos víctimas de la exclusión y que es por ello que ella siempre debe tener muy claros sus derechos y no agacharse ante nada.
Platica con tu hija sobre las consecuencias sociales debido a la falta de empoderamiento femenino.
No todo es historia y no todo está en el pasado. Hoy día aún existen prácticas en el mundo que atentan contra los derechos de las niñas y de la mujer. En muchos de los casos son cuestiones culturales o religiosas. Sin embargo, es importante que conozcan un poco de lo que sigue ocurriendo en distintos países para que sepan que la lucha aún no termina y es algo que deben combatir.
No le enseñes que a este mundo vino a luchar contra los hombres, eso no es empoderar, es rivalizar.
El hecho de que busque su lugar en el mundo, no significa que viva una guerra constante con el género opuesto. Los valores que inculquemos y el desarrollo de su potencial no deben incluir una batalla, eduquemos seres humanos más allá de educar a niños y niñas.
Olvídate de los paradigmas que dictan que hay cosas de “niños" y cosas de "niñas”.
Frases como: “eso no es de niñas” o “pareces niño” son un claro ejemplo de la discriminación en cuanto a roles de género. Si tu hija o hijo quieren intentar actividades que aparentemente no le corresponden, dales la oportunidad de probar por caminos distintos y evita ese tipo de comentarios.
Deja que tu hija tome riesgos y que ponga en práctica sus habilidades para solucionar cualquier reto.
Evita relacionar su femineidad con la inmovilidad. Desgraciadamente se ha confundido la energía femenina con pasividad absoluta y, cuando una niña quiere explorar, se puede ver impedida a hacerlo porque tú no le permites tomar riesgos por temor a que se lastime.
Deja que se equivoque, olvídate de la falsa creencia de que las niñas deben ser perfectas.
Si le das la oportunidad de aprender de sus fracasos, sabrá ver sus errores como parte de su aprendizaje. Ante una equivocación pregúntale: ¿Qué te gustaría hacer la siguiente ocasión para que las cosas resulten como tú esperas? Guíala a la reflexión, jamás al sentimiento de culpa.
Tanto tú como papá deben darle la oportunidad de expresar su opinión y tomarla en cuenta.
Si ambos escuchan con atención sus sugerencias ante un desafío o simplemente papá le pregunta: ¿tú qué opinas? Tu pequeña sabrá que su contribución es importante y se sentirá validada. A veces de manera no consciente podrían descalificar sus comentarios, así que evítenlo.
Si es la princesa de papá, esto no implica que deba sobreprotegerla por ser niña.
A veces muchos padres dan un lugar especial a las aparentes debilidades de las niñas y comentarios como: “cuida a tu hermanita porque es niña” o “ayuda a tu hermanita porque tiene menos fuerza que tú”, pueden fomentar la desigualdad. Deja que tu hija lo intente primero.
Desde pequeña, hazle saber que se tiene a sí misma para lograr sus metas, fomenta su independencia.
La idea heredada por la cultura de que la mujer necesita un hombre a su lado para lograr sus proyectos, es inculcada desde la infancia. Sé muy reiterativa cuando tiene un logro alcanzado por ella misma, reafírmale su autonomía dejándola tomar pequeñas decisiones.
Enséñale a resolver retos sin ayuda, invítala a pensar y a reflexionar en las posibles soluciones.
No le des las soluciones de manera inmediata. Hazle preguntas que la inviten a pensar e incluso a dar opciones. Deja que ella misma llegue a las respuestas. Quizá te tome más tiempo, sin embargo, verás resultados muy importantes a largo plazo.
Fomenta la igualdad en casa, reparte las responsabilidades de colaboración de forma equitativa.
Tanto tus hijos como tus hijas deben tener responsabilidades en casa y todos deben aprender a trabajar en equipo. Es decir, en la medida que todos cooperen alternando las mismas actividades, podrán vivir en experiencia el concepto de igualdad.
Si tus hijos hacen comentarios discriminatorios o sexistas frénalos a tiempo.
No permitas comentarios excluyentes incluso aunque sean bromas. Hazle saber a tus hijos que todos merecemos ser respetados e incluso guíalos a la empatía para que de corazón sepan pedir una disculpa cuando es necesario.