Todas sabemos que vivimos en una sociedad donde adquirir cosas que no necesitamos es una práctica muy común. El problema es que cuando nuestros hijos comienzan a formar parte de este sistema pueden volverse intolerantes a la frustración e incluso adictos al consumo cuando no se les pone un freno. Lo principal es el ejemplo que tienen en casa, así que si tú te consideras una mamá que tiende a las compras obsesivas o al consumo exagerado, debes tener cuidado ya que tus hijos tarde o temprano te podrían imitar.
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Te sugiero estar atenta a las señales que tus hijos lanzan cuando están perdiendo el balance y solo compran cosas por comprar, ya que corres el riesgo de que se vuelva un hábito insaciable en ellos. Las decisiones de tus hijos para adquirir lo que quieren tiene que pasar por tu filtro. No hay otra forma ya que son menores y necesitan de ti. Entonces eres tú quien debe guiarlos y poner el freno necesario cuando notas que el consumo se está convirtiendo en un acto impulsivo. Así que toma nota de estos consejos que te comparto.
Ahora puedes escuchar el contenido de MamásLatinas donde quiera que estés, a través de nuestro podcast Mamá Dice. Cada episodio contiene tips prácticos enfocados en la crianza positiva y saludable. Escúchanos en tu plataforma de podcast favorita.
Ayúdalos a reconocer la diferencia entre un deseo y una necesidad básica.
Cuando tus hijos comprenden que hay compras necesarias para la supervivencia como la comida, el techo donde viven y la educación, sabrán distinguir entre lo indispensable y lo que no lo es. Es un intercambio entre lo que se da y lo que se recibe para tener lo básico. Por ello, son necesidades que forman parte de la subsistencia e incluso de las formas de cohabitar sanamente con otros. No es lo mismo desear agua para saciar la sed, que desear la marca de determinada agua embotellada para saciar el sentido de pertenencia o definirse desde un estatus. Esto ya sería un deseo.
No compenses las carencias de tu infancia comprándoles todo lo que piden.
Esto es un grave error porque cuando los llenas de obsequios, asomas los propios vacíos no resueltos en tu infancia porque te recuerdas a ti cuando eras niña a través de ellos . Si tus hijos han tenido mejores oportunidades que las que tú tuviste, no intentes reparar en ellos lo que te toca reparar emocionalmente en ti. Podrías caer en la sobreprotección e incitarlos al consumo compulsivo como resultado de tus propias carencias del pasado, queriendo resolver el presente por el camino equivocado para ellos.
No te enganches en berrinches y manipulaciones.
Las manipulaciones típicas de los niños se dan cuando no obtienen lo que quieren y hacen un berrinche para que les compres lo que te piden. No es capricho, es baja tolerancia a la frustración ya que quieren obtener el juguete u objeto de manera inmediata para saciar la ansiedad que les provoca el esperar un poco. Tus hijos necesitan desarrollar paciencia y calma. Incluso lo mejor es que aprendan a invertir un poco de sus ahorros en aquello que te están pidiendo. Si tú no te dejas manipular y tienes la suficiente calma a pesar de los berrinches, estarás entrenándolos en algo imprescindible que es saber esperar y hacer compras inteligentes.
Pon límites claros.
Cuando salgas con tus hijos a los centros comerciales debes dejarles claro que sólo vas a comprar lo que tienes escrito en tu lista porque son cosas indispensables o necesarias para la familia durante el transcurso de la semana. Hazles saber que no comprarás nada que se salga de dicha lista. Ellos deben estar conscientes que a pesar de que te supliquen que les compres lo que desean, no cederás.
No des regalos a cambio de las buenas acciones.
Si acostumbras a tus hijos a recibir obsequios a cambio de favores o de su buen comportamiento, estarás fomentando el consumismo sin sentido y basado en el intercambio mal encaminado. Evita que desarrollen la falsa idea de que deben ser premiados por su conducta ya que se convertirá en un hábito de hacer las cosas bien solo si hay algo a cambio. Si quieres educarlos en valores, es importante que no relacionen la buena conducta con un intercambio material, ya que sentirán que sus comportamientos esperados tienen un costo que te cobrarán en cada momento.
Hazles saber que comprendes su frustración ante una negativa de tu parte.
Cuando pones límites claros y eres congruente al decirles “no, no te voy a comprar nada esta vez", puedes observar en ellos ciertas reacciones como la frustración, la baja tolerancia e incluso mucho enojo explosivo. Más allá de regañarlos por lo que están sintiendo, te sugiero que les digas que tú en su lugar te sentirías igual, aunque no por eso vas a comprar lo que no es necesario. Dales oportunidad de que se calmen y después pídeles que reflexionen sobre por qué y para qué te están pidiendo la compra. Ellos pueden entender que al no ser algo necesario les tocará esperar a su cumpleaños o fechas especiales en la que podrán pedirlo.
Enséñales el valor del reciclaje.
Además de ser un tema de educación en responsabilidad social como algo muy necesario para los tiempos que estamos viviendo, tus hijos descubrirán que cuando reciclan lo que tienen o le dan un uso funcional a las cosas, desarrollarán la creatividad para sacar el máximo provecho a las cosas. Sabrán que no es necesario sustituirlo todo, evitando el desecho de lo que todavía puede tener un uso. Todo lo que hagan a favor del planeta les será agradecido por las siguientes generaciones
Fomenta hábitos responsables de consumo.
Refuerza en tus hijos la idea de que las cosas más bellas como la amistad, el amor o la fraternidad, no se compran con dinero. Además, cada cosa que consuman o compren puede favorecer o dañar al planeta. Incluso, todos los hábitos sanos y de cuidado al medio ambiente que fomenten en su día a día dependen mucho del ejemplo que observen en ti. Tengan paseos en la naturaleza y evita que toda convivencia vaya de la mano con compras innecesarias. Haz hincapié en lo bien que la pasan y en la diversión que proporciona lo simple de una risa, de un juego o hasta de unas cosquillas.
El primer paso es que evalúes tus propios hábitos de consumo y que tanto podrían estar aprendiendo de ti.
El problema con el consumo excesivo o innecesario es que a veces se llenan ciertos vacíos a través de esta práctica y como te decía anteriormente, es algo que se normaliza bajo la creencia de que “todo mundo lo hace”. Si bien existen muchos elementos como la publicidad, el entorno social e incluso la sugestión de la que a veces puedes ser presa y que te lleva a comprar productos que no son básicos, es algo que observan tus hijos en ti. Ellos te miran, te escuchan y absorben tu conducta.
No enseñes a tus hijos que el estatus social se basa en lo que tienen y en los productos que compran.
El sentido de pertenencia es una de las causas que pueden llevar a tus hijos a consumir en exceso. Tener el mejor teléfono móvil, la mejor consola de video juegos, los mejores tenis y ropa de marca. En fin, si tú sobrevaloras estas cosas, tus hijos también lo harán. Es importante que experimenten la vida desde pertenecer por quienes son, por sus talentos, por su propio brillo y no por lo que tienen.
Aprende a decirles que no, aunque cuentes con los recursos para comprarles lo que te piden.
Decir que no es algo muy difícil porque los niños pueden sentir frustración por no tener la gratificación inmediata de la compra y pueden hacer un berrinche o chantajearte emocionalmente. Es aquí donde necesitas pensar en el bienestar que les estás regalando a largo plazo. Cuando tú dices “no” de forma asertiva y les explicas los motivos, quizá ellos no te entiendan e incluso te tachen de incomprensiva. Sin embargo, notarás que poco a poco desarrollarán la capacidad de espera e incluso su pensamiento crítico ante cualquier compra.
Ayúdalos a tomar decisiones pensadas con preguntas que los inviten a reflexionar sobre aquello que compran.
La toma de decisiones en cuanto al consumo es algo muy importante. Tus hijos pueden dejarse llevar por la ilusión del momento, por que quieren obtener lo mismo que su amigo de colegio o incluso porque quieren parecerse a la persona que admiran. Los motivos de compra pueden ser múltiples. Sin embargo, debes hacerle preguntas como: ¿Por qué te hace tanta ilusión comprar esto? ¿Qué es lo que harás con esto que quieres comprar? Esto ayudará a tus hijos a ver más allá de la gratificación inmediata y poco a poco aplicarán un criterio más objetivo cuando quieran comprar algo.
Deben utilizar una parte de sus ahorros para que aprendan el valor del dinero.
Esto ayudará a que hagan una búsqueda de lo que sea conveniente y sabrán esperar o encontrar la mejor oportunidad para adquirir aquello que quieren. Si ven que el esfuerzo de juntar un poco de dinero les toma un tiempo, sabrán que comprar algo sin sentido no será algo que le de el valor a lo que están invirtiendo. Estas formas de consumo racional las deben aprender de ti. Si ellos observan que buscas aquello que no te afecte financieramente, ellos harán lo mismo por imitación.
Hazles saber que detrás del consumo excesivo también están afectando al planeta.
Muchos pequeños y yo me atrevería a decir que muchos adultos también, no están conscientes de lo que implica para el medio ambiente el hábito del consumo ilimitado y de las compras innecesarias. Si tus hijos se dieran cuenta de que cada empaque de lo que compran, de que cada prenda de ropa que utilizan o de que cada artículo tecnológico que adquieren tiene efectos importantes en la salud del planeta.
Ayúdalos a crear una mentalidad de que menos es más en todos los sentidos.
Pensar de forma minimalista más que una moda es un estilo de vida que puede desarrollar en tus hijos la capacidad de encontrar la felicidad más allá de los aspectos materiales y que los ayudará a disfrutar los momentos valiosos de la vida. No tiene nada que ver con generar en ellos una mentalidad de carencia, al contrario, tiene que ver con mostrarles que muchas experiencias dejan huellas profundas en la vida, más allá del materialismo y el consumismo excesivo.
*Karina Suárez Fernández es Psicóloga clínica, psicoterapeuta y mamá de dos adolescentes. *
En este episodio de 'Mamá Dice', compartimos estos consejos para evitar que tus hijos sean consumistas excesivos.
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