Si eres de las que suele darle nalgadas, golpear, dar cachetadas o empujar a tus hijos para castigarlos es momento de que reconsideres si estás haciendo lo correcto. Las agresiones físicas no son la mejor forma de corregir a tus pequeños, lo demuestra un estudio que revela que quienes fueron castigados severamente en la infancia, tienen mayor tendencia a sufrir de obesidad, del corazón e incluso artritis. Descubre más hallazgos de este importante estudio para la educación de tus hijos.
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Los resultados, que acaban de ser publicados en la revista Pediatrics, no comprueban que el hecho de golpear físicamente a un niño pueda afectar su salud, en el largo plazo. Sin embargo, si es evidencia de que puede lastimarlos. Varios estudios han asociado los castigos físicos con un comportamiento agresivo y una salud emocional pobre.
Según Tracie Afifi, investigadora de la Universidad de Manitoba en Winnipeg, Canadá, los niños necesitan disciplina "pero no debe involucrar castigos físicos".
Otros hallazgos de la investigación tienen que ver con otros factores como el ingreso familiar y si los menores sufrieron un abuso muy severo. El resultado demostró que quienes sufrieron de castigos fuertes tuvieron un 28% más de tendencia a sufrir problemas de salud en la adultez.
El propósito de la investigación según Afifi no es juzgar a los padres o hacer que se sientan culpables sino que aprendan otros tipos de castigos diferentes al maltrato físico. Otros estudios han demostrado que un gran porcentaje de americanos sufrieron de maltrato físico cuando niños, por lo que los investigadores acotan que si una persona sufrió de violencia física en su niñez no significa que deba ser igual con sus hijos.
¿Qué hacer? Aunque establecer disciplina no es un proceso sencillo, los expertos recomiendan establecer una relación basada en amor y apoyo. Si no creas esta base, tu hijo no conocerá otra cosa diferente al miedo para mostrar su buen comportamiento. Es importante que refuerces los buenos comportamientos en ellos en lugar de utilizar el maltrato físico. Pon en marcha los time out de forma apropiada, quítales sus privilegios favoritos por un tiempo como las actividades deportivas o jugar con los amigos. Lo mejor en estos casos es llevarlos al pediatra para que recibas orientación.
La violencia física sólo trae mas violencia, confusión, mal humor, malos momentos, problemas, tristeza y cargos de conciencia. Es mejor usar la inteligencia y la sabiduría para educar niños sanos mental y emocionalmente.
Imagen vía Thinkstock