Yo ni enterada, pero resulta que el semen de tu marido es mucho más saludable en el invierno y al principio de la primavera que en el verano. Según un reciente estudio, el semen creado en el invierno contiene muchos más espermatozoides, que se mueven más rápido y tienen menos anormalidades. Y aunque no se sabe muy bien por qué, se cree que tiene que ver con que a la esperma le va mejor en temperaturas frías que cálidas.
Así es que si estás pensando tener un hijo, este es el momento preciso para tratar.
Interesantemente, se cree que es por esta razón que se ve un aumento en nacimientos de bebés en el otoño.
Por suerte, yo ya no estoy buscando quedar embarazada –aunque a veces me da un poco de nostalgia al ver que, con sus 3 años y medio, mi hijo menor ya no es un bebé–. Curiosamente, las dos veces que he quedado embarazada ha sido en el invierno.
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Si tú llevas un tiempo tratando sin éxito, tal vez es buena idea que averigües más acerca de este nuevo estudio publicado en el American Journal of Obstetrics & Gynecology. Y es que, por sí no lo sabías, últimamente han salido muchos estudios diciendo que la cantidad de esperma a nivel mundial está bajando. Aunque no se sabe muy bien porque, creo que es importante prestarle atención a aquellas cosas que podrían aumentar nuestras posibilidades de quedar embarazadas.
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