Esto lo escribo con una rabia inmensa. No puedo creer que una madre sean tan, pero tan desgraciada como para matar a su bebé de hambre. Pero como lo oyes: hay gente sin corazón que es capaz de eso y más. Y habiendo tantas parejas que no pueden tener hijos y que hubieran dado lo que no tienen por cuidar del pequeño Khaiden Hockett, una criaturita de apenas 4 meses que murió pesando sólo 6 libras porque sus padres no lo alimentaron.
Amiga, esto que te estoy contando no ocurrió en un país en guerra, ni pobre. Ocurrió en Richmond, Indiana, el año pasado y al bebé de meses de nacido lo encontraron sin vida en el cuarto de atrás de una casa donde había comida podrida, platos sucios, heces fecales y montañas de ropa sucia. En otras palabras a este bebé lo abandonaron a su suerte y quienes debieron cuidarlo no lo hicieron. Prefirieron matarlo.
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La mala madre que lo parió, Amy Hockett, fue encontrada culpable de homicidio: mató a su hijo de hambre y engañó al padre de la criatura, Joseph Pierson de 25 años, un hombre que sufre de retardo mental "medio", a quien le hizo creer, lo mismo que al resto de la familia, que ella estaba llevando al bebé al pediatra y que le estaban haciendo exámenes para descartar anemia, leucemia, piedras en los riñones y hasta males menores como reflujo gástrico.
La verdad es que no entiendo como alguien puede ser tan desalmado. Llevaba rato que no lloraba cuando escribía. Pero confieso que no puedo con tanta rabia y dolor. Este bebecito nació pesando 8 libras y 7 onzas ¿cómo te explicas que muriera 4 meses más tarde habiendo perdido 25% de su peso, cuando a esa edad los bebé lo que hacen es crecer y engordar?
Ya el jurado encontró culpable a esta mujer que será sentenciada el 7 de marzo. Espero en Dios que todo el peso de la justicia caiga sobre ella. Por lo pronto enfrenta de 45 a 65 años en la cárcel por homicidio y de 20 a 50 años por la negligencia hacia su hijito que resultó en su muerte. El papá también enfrentará de 20 a 50 años por negligencia.
Imagen vía Jason Pratt/flickr
