Cuando uno los ve pequeñitos e indefensos, acostumbrándose, día a día, al mundo que los rodea, pensaría que aún les falta mucho por aprender. Pocos se imaginarían, que los bebés, aparentemente, llegan al mundo, con una especie de "brújula" que los hace distinguir el bien del mal, como señala un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Yale, dado a conocer, en el año 2007.
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Para llegar a tales conclusiones, se condujo un experimento entre muñecos -que representaban buenas y malas conductas- y un grupo de bebés –de entre 6 a 10 meses- que los observaban. Después, a los bebés, se les colocó enfrente, los muñecos que habían observado, para que eligieran uno. Y según esta investigación, citada en el portal Aol.com, la mayoría de los bebés se vieron atraídos por los muñequitos que habían actuado "amablemente".
No obstante, esta investigación no dejó muy convencidos, a un grupo de científicos de la Universidad de Nueva Zelandia de Otago, quienes manifestaron que presentaba algunas fallas, por lo que, a principios de este año, condujeron su propio estudio.
Así, descubrieron que la elección de los bebés, podría deberse a otros factores, no sólo a su habilidad de distinguir el "bien" del "mal", como señala un informe del Huffington Post. Y es que, la nueva investigación, modificó un poco, el experimento previamente realizado por los científicos de la Universidad de Yale, y descubrieron que los bebés, no elegían al muñeco "amable", cuando presentaban un escenario similar, como había sido comprobado anteriormente.
Pero, como era de esperarse, los autores del estudio de Yale, replicaron estos nuevos hallazgos, argumentando que el experimento de los de la Universidad de Nueva Zelandia, presentaba errores, porque no analizaron a los bebés utilizando las mismas situaciones sociales que ellos habían aplicado en su investigación. "De hecho, hemos hallado que los bebés son sensibles a los actos buenos y malos de diferentes tipos como ayudar a alguien a abrir una caja (bueno) o robar una pelota de alguien (malo)", señaló, Paul Bloom, uno de los investigadores del estudio de Yale.
Y la verdad es que, si tuviera que inclinarme por alguna de estas teorías, sin duda, me iría con la de la "moral innata de los bebés", pues aunque muchos crean que los valores, se forjan con el tiempo; estoy convencida de que los bebés, llegan a este mundo con un alma completamente pura y buena, que los hace discernir entre el bien y el mal. No por nada, sonríen cuando alguien se acerca a ellos hablándoles bonito y lloran cuando se sienten "vulnerables".
Imagen vía CBS