Hasta hace unos años, las diferencias entre los niveles de educación formal entre los estadounidenses podían ser fácilmente explicadas mirando al color de la piel u origen de la gente. Los blancos de ancestros europeos tenían los mayores y mejores niveles de escolaridad.
Esto era considerado como una verdad irrefutable hasta que nuevas investigaciones están revelando que el poder adquisitivo de las familias se ha convertido en un factor mucho más importante que el origen a la hora de dar una buena educación a los hijos.
__Lee más en ¿Qué más?: Las actividades extraescolares, ¿ayudan o perjudican el desempeño escolar?
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El profesor Sean F. Reardon, un sociólogo de la Universidad de Stanford, explicó que “hemos pasado de una sociedad en los años 50 y 60 en la que la raza era más determinante que la clase social a la hora de alcanzar el éxito educativo, a una [sociedad] en la que el ingreso de la familia es más importante que la raza”.
Reardon es el autor del estudio que descubrió que los resultados de los exámenes obligatorios muestran una brecha de un 40% entre los estudiantes de más y menos recursos.
No te sorprende, ¿verdad? A mí me parece que eso pasa en todas partes, pero la verdad es que no pasaba en Estados Unidos. A pesar de su base capitalista, este país está acostumbrado a pensar en colores de piel, no los ceros de la cuenta bancaria.
Desde un punto de vista, l__a nueva realidad muestra cómo se están desdibujando las líneas raciales que por tanto tiempo han marcado a Estados Unidos,__ pero el que la diferencia de los resultados educativos entre los estudiantes ricos y pobres sea tan, pero tan marcada me preocupa. __Es una señal de que esta sociedad se está polarizando cada vez más y eso erosiona a la clase medi__a, que ha sido el pilar principal del desarrollo del país.
¿Estás de acuerdo con los resultados de este estudio?
Imagen vía cybrarian77/flickr