
A Jennifer Cahill, una madre de familia de Inglaterra le costó la vida dar a luz a su bebé, Agnes Lily, en su hogar. Algo que también acabó irremediablemente en tragedia para la recién nacida. La mujer de 34 años no quiso tener un parto asistido en una clínica, debido a que tres años antes se había sentido desprotegida por las parteras de un hospital cuando fue madre primeriza de su hijo varón, Rudy.
El periódico Daily Mail señala que en junio de 2025, tanto la señora Cahill, una gerente de exportaciones internacionales, como su recién nacida, murieron por complicaciones del parto, el cual se realizó en su residencia en presencia de su esposo Rob y de dos matronas. El tabloide agrega que durante las contracciones ella se sintió "fatigada" debido a que se le terminó la medicina analgésica aplicada para reducir las molestias y que finalmente enfermó de gravedad durante el proceso.
El padre solicitó ayuda urgente tras el parto.
A las 6:45 am nació Agnes, la bebé del matrimonio, quien requirió de atención de emergencia ya que no se encontraba bien. La pequeña fue trasladada en ambulancia al Hospital General del Norte de Manchester, donde permaneció en compañía de su padre. Aunque la atención médica la recibió de una manera rápida y urgente, la recién nacida falleció tres días después.
Durante su estancia en el hospital, Rob tuvo una llamada donde le informaban que su esposa, a la cual había dejado en su casa de Prestwich, Gran Manchester, estaba muy enferma. Posteriormente Jennifer llegó en ambulancia al mismo centro asistencial, donde más tarde fue solo pudieron confirman su fallecimiento.
Los médicos le advirtieron que sería más seguro ir al hospital.

Aún cuando muchas familias tienen partos en casa con éxito, salió a la luz durante una audiencia del señor Cahill, que el nacimiento de su hijo Rudy en un hospital en 2021 resultó "muy estresante". Una hemorragia puso en peligro la integridad de Jennifer Cahill y del niño en aquel momento, en medio de un cuadro que se complicó debido a que la madre contrajo una infección por estreptococo B.
Todo ello derivó en que para el siguiente parto (pese a las recomendaciones de que tuvieran a su hija en un centro hospitalario) eligiesen que naciera en casa. Lo determinaron así sin imaginar siquiera las consecuencias fatales que tendría esta opción asistida por matronas.
Rob Cahill, completamente devastado, le dijo a la forense Joanne Kearsley lo que atravesó durante la tragedia familiar. "Agnes vivió poco menos de cuatro días, pero pudo conocer a mi familia y yo pude presentársela. La abracé y le conté historias sobre su madre, que nunca pudo abrazarla ni despedirse de ella ni de Rudy" lamentó. "Ya no se puede hacer nada para revertir estos terribles hechos", agregó muy triste por todo lo que ha tenido que vivir su familia.