¿Sabías que muchos especialistas de la salud mental aseguran que dedicar media hora al cuidado de las plantas reduce significativamente el estrés, ayuda a neutralizar los instintos destructivos del ser humano y además brindan estabilidad emocional? Las plantas son maravillosas y tienen efectos sanadores, así que no te sientas extraña cuando te dan ganas de platicar con ellas o de darles todo el amor que se merecen cuidándolas, hablándoles con cariño o hasta cantándoles lindas canciones. Esto es una forma de agradecerles por todo que nos aportan y por todo lo que hacen por el planeta. además de que es muy probable que con ello también les ayudes a fortalecerse y a crecer saludables.
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Las plantas son vida y dan vida y aunque la ciencia aún no determina con claridad si nuestras hermosas, verdes y frondosas compañeras de casa y jardín nos escuchan o sienten nuestro afecto a través de la voz, muchos investigadores siguen observando su comportamiento intentando descubrir si reaccionan ante nuestra comunicación. Tu qué piensas, ¿Las plantas nos escuchan y reaccionan? ¿Mito o realidad? Aquí te contamos un poquito de lo que dice la ciencia al respecto.
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¿Cuál es el propósito de hablar o cantarle a las plantas?
Para muchos seres humanos el propósito es evitar la soledad, sentirse en compañía y, lo más importante, es algo que pone en marcha la capacidad de proteger a otro ser vivo, lo que podría darle un profundo sentido de vida a la persona que lo hace, pero también a la planta misma. Al darle el amor que inspira, esta plantita puede crecer mucho más, estar vital y saludable durante mucho tiempo, todo, como resultado de los cuidados afectivos que se le dan. Sin embargo, la ciencia actual aún no lo considera un hecho comprobado y aunque hay muchas investigaciones que comienzan a abrir camino en estas demostraciones, todavía no es algo totalmente aceptado por la comunidad científica.
Hablar a las plantas con amor resulta un tipo de meditación activa.
Aunque no está comprobado que las plantas comprendan, desde una especie de conciencia propia lo que les dices, es un hecho que pueden favorecer nuestra salud emocional y mental en gran medida. Un estudio realizado en Texas con personas de la tercera edad determinó que los niveles de optimismo y satisfacción con su vida aumentaban considerablemente. Por otro lado, reduce la hormona de cortisol, liberando al organismo de los efectos del estrés y ayudando a las personas a sentirse mucho más relajadas y en paz.
¿Las plantas son capaces de escuchar?
Te cuento que, de acuerdo con los planteamientos de la biología, las plantas tienen la capacidad de respirar a través de diversas bocas que también son llamadas stomatas y esta parte de la planta es la que puede responder a la música. Tonos altos o el cantar de un pájaro parecen causar vibraciones en las plantas y abrir dicho stomata. Al parecer es una forma de responder al estímulo de la música, aunque la ciencia aún no lo ha determinando así.
La biacústica vegetal hoy es un campo de investigaciones serias.
La biacústica vegetal es la capacidad de las plantas de responder a vibraciones acústicas. Y como ejemplo de esta experiencia está la de Giancarlo Cignozzi, un conocido empresario italiano que decidió poner diariamente música de Mozart, con cincuenta altavoces distribuidos en su pequeño viñedo en la Toscana, con la convicción de que las uvas concentrarían el azúcar de mejor forma. Hoy exporta cientos de botellas de vino por todo el mundo y el asegura que es gracias al tratamiento con música que les ha dado.
Por otro lado, existen artículos que se publicaron, en 2004, respecto de un grupo de la Universidad de Arizona que describía un incremento de la germinación en las semillas de quimbombó y calabacín cuando eran expuestas a la música. También, en 2012 y en otra investigación publicada en la revista Trends Implante Science, se descubrió un crecimiento diferencial de raíces de maíz en un plantío que también fue expuesto a frecuencias acústicas.
¿Las plantas perciben las emociones de sus cuidadores?
El psicólogo experimental Gustav Fechner propuso, en 1848m que las plantas pueden tener un crecimiento saludable si conversas con ellas. Incluso, de forma meramente empírica y todavía sin ninguna comprobación científica se ha visto que el estado de ánimo de los cuidadores de las plantas mejora mucho debido a dicha convivencia, en donde la cuida, pero también interactúa con ella desde la conversación. Esto implica un beneficio mutuo, la planta crece y el cuidador se siente feliz durante el resto del día.
Las plantas tienen mecanismos de respuesta al medio ambiente.
Hasta ahora la ciencia no ha comprobado nada al respecto de que perciban emociones. Es un mito, pero un mito que tiene muchas pruebas a la vista. Sin embargo, lo que la ciencia sí reafirma es que las plantas responden al medio ambiente y reaccionen ante ello. Incluso, paladean el suelo en busca de los mejores nutrientes y minerales, pero ahora solo se han topado con respuestas de adaptación y ninguna relacionada con la comprobación de la percepción de emociones.
La ciencia dice que las plantas perciben las agresiones.
No es que sientan el dolor como tal, puesto que no tienen un Sistema Nervioso como nosotros los humanos. Sin embargo, son capaces de percibir lesiones o peligros potenciales. Por ejemplo, si un insecto es amigable y no la morderá o si es un depredador y la lesionará, así que cuando la planta lo detecta, envía una alerta a todo su sistema ante la posible amenaza, lo que hace que la planta secrete glutamato para protegerse.
Conclusión: Las plantas son mucho más que naturaleza decorativa.
Dar y recibir es uno de los balances que encontramos en el equilibrio del planeta. Y si bien es cierto que hoy en día no hay conclusiones científicas certeras con respecto a que las plantas sienten las emociones de sus cuidadores, es un hecho que tienen inteligencia propia, aunque no tengan un cerebro como el nuestro o una conciencia como la nuestra. Las plantas hacen mucho por salud de los seres humanos, los árboles nos dan oxígeno, las flores nos dan alegría y el reino vegetal es necesario como parte del equilibrio del planeta. No subestimemos sus capacidades y veamos más a las plantas como seres vivos que merecen todo nuestro respeto, amor y admiración.
Karina Suárez Fernández en psicologa clínica, psicoterapeuta familiar y mamá de dos adolescentes.
