Familia de Rubby Pérez lanza poderosa advertencia a quienes difundieron imágenes de su cadáver

A un mes de la tragedia que sacudió al mundo del espectáculo en República Dominicana, la familia del icónico merenguero Rubby Pérez rompió el silencio con un mensaje claro, directo y contundente. Esta vez quisieron marcarle un alto a quienes excedieron los límites.

A través de un comunicado difundido en redes sociales el 9 de mayo de 2025, exigen a medios de comunicación, portales digitales y usuarios que eliminen en un plazo máximo de 48 horas cualquier imagen del cuerpo sin vida del artista que haya sido publicada o compartida.

La familia no está dispuesta a tolerar tal falta grave de respeto.

La familia de Rubby no se pudo contener y el comunicado no deja espacio a la interpretación: “Compartir ese tipo de contenido no solo es una invasión a la privacidad, sino una violación directa a la dignidad humana y al legado de un hombre que hizo historia en la música. Además, advierten que cualquier uso no autorizado del nombre, imagen o contenido vinculado a Rubby Pérez —incluyendo publicaciones falsas o manipuladas— será perseguido legalmente, sin excepción.

Hicieron un llamado a la conciencia.

“Rubby Pérez no es contenido: es un legado”, enfatiza la familia en su mensaje. Con esas palabras, hacen un llamado a la conciencia colectiva. No se trata solo de proteger la memoria de un artista, sino de recordar que detrás de cada imagen hay una familia en duelo, un país aún conmocionado y un ídolo que merece ser recordado con respeto.

Los recuerdos de la tragedia.

Hoy, las ruinas de la discoteca Jet Set, aquel lugar que fue escenario de música y fiesta, se han convertido en un altar silencioso. Flores marchitas, velones apagados y pancartas que claman justicia adornan lo que queda del local. Allí, el 8 de abril de 2025, el techo colapsó durante una presentación en vivo, dejando un saldo devastador: 232 vidas perdidas y más de 150 heridos. Rubby Pérez estaba entre ellos.

A un mes del colapso del techo en el Jet Set.

La escena fue de horror. Ambulancias que no daban abasto, sirenas a todo volumen, gente corriendo, llorando, buscando respuestas en medio del caos. Familiares esperaban con el alma rota, rogando que su ser querido saliera con vida de entre los escombros. Cada media hora, un nuevo boletín de las autoridades actualizaba cifras que nadie quería escuchar, mientras el país entero se aferraba a la esperanza. El dolor no solo fue dominicano, fue de todos nosotros los latinos en toda parte del mundo.