No importa si eres la mayor o la menor de tus hermanas porque lo mejor de tenerse entre sí es la alianza que pueden lograr al ser confidentes, al comprenderse como mujeres, al apoyarse como cómplices y al defenderse como nadie lo haría. No solo es el lazo de sangre, también es la oportunidad que tienen de vivir varias experiencias juntas a lo largo de la vida y que siempre van a dejar una huella muy bonita en el álbum de los recuerdos del corazón. Nosotras como madres podemos enseñar muchas cosas a nuestras hijas y entre ellas a agradecerse el hecho de tenerse la una a la otra. Es por eso que aquí te comparto algunas razones por las que debes agradecer si tienes una hermana.
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Este primer domingo de agosto, se celebra el Día Nacional de la Hermana y puede ser un lindo momento de oportunidades para reafirmar el amor y el cariño que tienes con ella, hacer de este un día lleno de recuerdos lindos que pueden rememorar con la intención de reír y de atesorar los mejores momentos que han tenido a lo largo de los años.
También puede ser un gran momento para agradecerse mutuamente lo que han aprendido la una de la otra y para tener en mente que el lazo de hermanas es único e irrompible si lo saben cuidar. Existen muchos motivos por los cuales quienes tenemos hermanas debemos estar agradecidas con la vida y en esta nota te hablo de algunos de ellos.
Ahora puedes escuchar el contenido de MamásLatinas donde quiera que estés, a través de nuestro podcast Mamá Dice. Cada episodio contiene tips prácticos enfocados en la crianza positiva y saludable. Escúchanos en tu plataforma de podcast favorita.
Porque puede ser la persona más leal en tu vida.
No importa si tienen un desacuerdo o diferencia de opiniones, no importa si discuten por algo que no lograron empatar porque más allá de estos pequeños desencuentros de formas de pensar, una hermana puede ser leal al saber hacer a un lado dichas diferencias y apoyarte en lo que necesites estando ahí para ti. Es muy posible que si tu hermana está en medio de situaciones donde se ponga en juego tu integridad ella saldrá a defenderte a capa y espada, no importa que tan disgustadas estén.
Porque las hermanas son empáticas.
No importa si tienen personalidades diferentes, las hermanas tienen un sexto sentido que les indica cuando estás pasando por un mal momento y se acercan a ti de cualquier modo para hacerte sentir su apoyo de diferentes formas. Puede ser a través de una broma, de un abrazo, de un plan para pasar juntas la tarde o simplemente desde la pregunta: ¿Estás bien? Es un nivel de comprensión distinto porque pueden identificar lo que sientes al ponerse en tus zapatos y acercarse para darte el soporte emocional que necesites.
Porque siempre tendrás con quien platicar.
A las hermanas nunca se les acaba la conversación. Una tarde de plática de hermanas puede ser tan entretenida que las horas parecieran no pasar, son momentos donde fluyen las risas, las carcajadas, las bromas, incluso un poco de chisme divertido también. Tienen la capacidad de pasar de un tema a otro, de preguntar sobre todo tipo de cosas, desde lo más superficial hasta lo más profundo o serio y pareciera que siempre tienen algo que compartir y aprender la una de la otra.
Porque siempre te hablarán honestamente.
Si quieres recibir un buen consejo, una opinión objetiva o una sugerencia fidedigna, clara y concisa, puedes acercarte a tu hermana y tener la certeza de que siempre te hablará con la verdad. El lazo está tan fortalecido que aunque sepan que algunos comentarios pueden ser muy rudos o directos, el amor de hermanas les hace ver que son necesarios y muchos parten de la frase: “Te lo digo porque soy tu herma y te quiero aunque no te guste lo que estás escuchando”.
Porque te cuida las espaldas.
Como veras, tener una hermana es un tema de lealtad y también de protección mutua. El que puedan acompañarse y estar juntas compartiendo muchos momentos, las hace desarrollar esa intuición de saber cuando se están poniendo en riesgo y así entrar en acción para no permitir que nada malo pase, sobretodo cuando comparten experiencias de juventud en la cual pueden ser guardaespaldas la una de la otra.
Es tu mejor confidente.
Se convierte en tu mejor amiga porque, aunque a veces no estén de acuerdo en ciertas cosas, ella no te juzga, te dice las cosas de frente, pero te acepta incondicionalmente. Al conocerte de toda la vida sabe cuales son tus cualidades y cuales son tus defectos, pero no por ello deja de amarte tal cual eres. Ella sabe respetar cuando solo quieres que te escuche y también está dispuesta a ayudarte en lo que necesites ante aquello que le confíes. Es una dinámica mutua que difícilmente podrán tener con una amiga y que solo un lazo de hermanas sabe sostenerte.
Porque tu hermana puede interceder por ti.
Cuando tu necesitas alguien que de la cara por ti ante algún conflicto o que te ayude a resolver algún lio, es muy probable que si se lo pides, sea ella la persona indicada una hermana que te apoye y se comprometa a ayudarte en aquello en lo que necesites acompañamiento o comprensión o incluso resolución. Puede estar al pendiente de ti para saber que estas cumpliendo con lo pactado porque se interesa por tu crecimiento personal y confía plenamente en que no se defraudarán mutuamente porque el lazo de hermanas es el que sella dicho compromiso.
Pueden tener muchos temas en común.
Te repito que a pesar de que tengan personalidades distintas, el crecer juntas puede darles la oportunidad de tener experiencias similares o compartir el mismo círculo de amistades o simplemente de apoyarse cuando están en medio de conflictos familiares o compartir gustos en muchos sentidos. El saber que recorren el mismo camino les da seguridad a ambas de saber que se tienen la una a la otra porque se entienden en un lenguaje común y especial que solo se da entre hermanas.
Porque son compartidas.
Desde el hecho de prestarse ropa, zapatos o cualquier tipo de pertenencia, hasta compartirse inclusive órganos del cuerpo cuando es necesario para la salud. Yo conozco muchas hermanas que han decidido donar su riñón para salvarse la vida. El amor fraterno es infinito e incondicional y puede llegar a expresarse de formas que nadie más llevaría a cabo. Compartir entre hermanas es una forma de demostrarse que no hay sentimientos de egoísmo que las separen si saben mantenerlo así toda la vida.
Porque juntas resisten mejor las situaciones de estrés.
La vida puede estar llena de momentos complicados o de crisis que pueden debilitarlas emocionalmente y cuando se saben acompañar aún en la distancia, ese apoyo mutuo las hace más resilientes ante los retos y desafíos del camino, pero sobretodo ninguna se siente sola. El vivir un momento difícil y atravesarlo juntas les da la fuerza para hacerlo con seguridad, confianza y entereza porque una anima a la otra y así sucesivamente.
Porque limpia tus lágrimas cuando estás triste.
Una hermana al ser empática tiene la capacidad de acompañarte en silencio en tus momentos más difíciles y al mismo tiempo de decirte sin necesidad de palabras que ella te va a proteger cuando comienza a limpiar tus lágrimas. Comprende el dolor que sientes y sin decir nada, su contacto amoroso te hace sentir cobijada ante el sufrimiento que percibe que estás sintiendo. Así que cuando seca tus lágrimas esa acción tiene un gran significado.
Porque ella estará presente en tus logros y caídas.
Su apoyo emocional en los momentos de éxitos o de fracasos siempre será el mismo, estará ahí para aplaudirte o para ayudarte y alentarte a levantarte, sobretodo cuando vea que necesitas un impulso. Ella reconoce tus talentos y los valida, así como reconoce tus momentos bajos y te motiva. Saber que es alguien que apoyará tu camino en las buenas y en las malas y con todo el amor del mundo es uno de los mejores regalos de tener una hermana.
Porque tienen un nivel de confianza diferente.
Cuando la relación entre hermanas esta afianzada por el amor, la lealtad y la incondicionalidad, el nivel de confianza es muy distinto, incluso con el que podrías tener con tu mejor amiga. El hecho de que tu hermana y tu haya compartido experiencias de todo un recorrido de vida hace que conozcan absolutamente todo la una de la otra, han estado juntas en muchos procesos y en muchas etapas distintas de su desarrollo en la vida, desde ser unas niñas, luego adolecentes, luego en su juventud y ahora en su adultez. Esto ha tejido un nivel de confianza mayúsculo por la cantidad de tiempo que han pasado juntas.
Porque se levantan la autoestima.
Aunque esto suene muy básico y aparentemente superficial, el hecho de que compartan sus secretos de belleza, de que tengan una tarde de spa juntas e incluso de que prueben diferentes estilos de ropa y peinado, son momentos que no se olvidan, sobretodo porque están llenos de diversión y de conversaciones que fomentan el auto concepto, la autoimagen y por supuesto la autoestima. Tu hermana te dirá cuales son las combinaciones que te quedan mejor o que colores favorecen a tu rostro y de la misma forma lo harás tu con ella, Todo, basado en un genuino interés de que luzcan bonitas para la ocasión.
Porque nunca juzgará tus emociones.
Tu hermana puede ser un buen amortiguador con quien te puedas desahogar ante cualquier emoción dificil que estés experimentando. Puede escucharte cuando estás enojada o abrazarte cuando estés triste o puede ayudarte a elaborar un plan de acción cuando te sientas con frustración ante algo o puede aportarte ideas cuando sientes que el mundo se te cierra. Además, busca resolver contigo cualquier laberinto emocional en el que te encuentres atrapada y nunca te suelta.