A los seres humanos en general nos cuesta muchísimo trabajo reconocer nuestros defectos. Es mucho más fácil ver en otros o juzgar en otros lo que muchas veces es un espejo de lo que tú tienes. Hay un dicho por ahí que dice que lo que ‘te choca te checa’, así que un buen comienzo para detectar tus niveles de toxicidad es verte a través de los demás. Sobretodo cuando sientes una especie de rechazo muy fuerte hacia ciertas conductas que no toleras ver en otros.
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Primero reconoce que a veces nos es muy difícil aceptar los errores. Así que se necesita madurez y disposición para aceptar que no eres perfecta. Cometes equivocaciones pero tienes la capacidad de cambiar y el potencial de transformarte para bien de tu vida y de los que te rodean.
Respira profundo, abre tu mente, analízate objetivamente y toma nota de aquello con lo que te identificas para poner manos a la obra haciendo el esfuerzo que te toca. A continuación te paso algunas manifestaciones de conductas tóxicas y algunos tips para hacer pequeñas modificaciones en tus hábitos en pro del equilibrio de tu salud emocional, así que revisa con atención.
Señal: Estás a la defensiva y tomas todo personal.
Todo comienza con un pensamiento seguido de una interpretación. Enfocas el mundo de manera que crees que todos están en tu contra y que cada cosa la hacen pensando en molestarte. Esto no te permite estar tranquila porque le das mucho peso a las opiniones del entorno. Además, tienes una postura defensiva que te impide relacionarte adecuadamente y por lo tanto puedes parecer insoportable para muchos. Evitarán estar cerca de ti con tal de no buscarse problemas contigo.
Tip: Se objetiva, pon un filtro a tus reacciones.
No todas las personas se despiertan por la mañana pensando de que forma molestarte o agredirte. Si lo ves así es porque tienes egocentrismo exacerbado y cierta paranoia al pensar que conspiran en tu contra. Lo mejor que puedes hacer es dudar un poco de tu pensamiento de persecución, hacer una pausa y volverte a cuestionar a manera de filtro, si en realidad todo tu entorno tiene la finalidad de agredirte. Esto entrenará tu objetividad y poco a poco notarás que no es una percepción real sino más bien producto de tu estado defensivo, así que baja la guardia.
Señal: Eres intolerante a la frustración y quieres todo a tu manera.
No aceptas opiniones contrarias a las tuyas, quieres resultados inmediatos y eso hace que seas impulsiva. Además, puedes entrar en angustia si las cosas no son bajo tus términos y explotar de forma inmediata cuando no tienes el control total de la situación. Es posible que a veces te busques problemas con las personas que están a tu alrededor debido a que no tomas en cuenta sus sugerencias y los descalificas directa o sutilmente invalidando sus puntos de vista.
Tip: Practica la paciencia con pequeñas respiraciones.
Tú mejor que nadie te conoces y sabes cuando estás a punto de tomar una decisión impulsiva y sin pensarla lo suficiente. Antes de llevar a cabo alguna acción o de reaccionar de forma inmediata hazte el hábito de tomar cinco o diez minutos para pensarlo. Antes de decir “no estoy de acuerdo”, respira, escucha, escúchate, mide pros y contras de lo que escuchas y sé paciente con los resultados y con los que te rodean. Por ello, ten el propósito de anteponer la frase: ‘Lo pensaré’
Señal: Justificas todo lo que haces y no aceptas tus errores.
Te sientes agredida e incluso ofendida cuando alguien te señala algún error. En lugar de reparar, asumir o aceptarlo, te justificas de inmediato y das argumentos con los que quieres quitarte la responsabilidad de los actos o decisiones llevadas a cabo. Puedes desconectarte de la realidad y pensar que todos se equivocan menos tú. Por ello te eximes directa o indirectamente de la responsabilidad.
Tip: Se humilde y haz una pausa antes de justificarte.
Una de las respuestas más comunes cuando las personas no asumen su error es la que va antecedida de un “si, pero lo hice por…” y después viene la explicación o justificación. Para poder transformar este mal hábito, es necesario aprender a reconocer los propios errores con humildad. Tu no te puedes auto engañar, así que, cuando te observes y notes que estás saliendo por la tangente, haz una pausa, escúchate y rectifica, pedir una disculpa no te hace débil, al contrario, es una manifestación de tu fortaleza interna.
Señal: Tienes una postura de derrotismo todo el tiempo.
Eres quejumbrosa, pesimista y das una apariencia de falta de energía o fastidio ante la vida. Esto puede ser desde que amanece hasta que anochece y por supuesto que las personas te perciben como una especie de vampiro energético. Con tus constantes quejas generas un ambiente de tensión y la inconformidad ante la vida puede provocar que nadie quiera estar cerca de ti porque se sienten consumidos por tu mala actitud.
Tip: Utiliza un diario de gratitud.
Esto te ayuda a fomentar el hábito de enfocar las cosas positivas y lindas del día, en lugar de solo fijarte en lo malo. Un diario de gratitud consiste en tener un cuaderno de notas donde vas escribiendo cada noche los mejores momentos de tu día. Se sugiere que sean tres para que al hacer tu monitoreo mental aprendas a detectar que aún dentro de un día “aparentemente malo” puedes encontrar pequeños regalos de la vida. Situaciones que no se repetirán o aspectos que tienen que ver con aquello que te puede asombrar, como el despertar, ver el sol salir o escuchar el canto de un ave.
Señal: Vives con rencor y no perdonas.
Eres de las que nunca olvida y que todo el tiempo tiene el recuerdo en la cabeza. Esto te impide fluir con confianza y con plenitud ya que el rencor permanente puede provocarte amargura. Vivir del pasado puede ser una zona de confort incomoda, pero segura para ti. Es una conducta tóxica en la medida que todo el tiempo estás autorreforzando y reviviendo las escenas para permanecer enojada y con una aparente barrera que te da fuerza, aunque es una fuerza irreal.
Tip: Aprende a soltar lo que no te nutre en la vida.
Todo lo que nos ocurre tiene un propósito en la vida, nada sucede por casualidad y si tú usas tu capacidad de elección podrás decidir el camino del aprendizaje, de la resiliencia y la fuerza interna que se despierta ante las adversidades vistas y sentidas desde el plano constructivo, no autodestructivo. Si revives tu enojo, no encontrarás el mensaje de esa experiencia, que siempre será uno de crecimiento personal escondido entre cortinas de humo que debes quitar.
Señal: Eres súper criticona y nada te parece.
Es un hábito horrible porque estás enfocada todo el tiempo a encontrar el lado malo de las cosas que observas a tu alrededor, esto incluye personas o circunstancias. Es una conducta tóxica en la medida que te impide ver la luz entre tanta oscuridad porque cuando solo te enfocas en los defectos te estas perdiendo la maravilla de lo imperfecto, lo natural, lo simple. Esto te puede meter en un perfeccionismo absurdo que te lleva a tener problemas de convivencia en todas tus áreas de vida. A nadie le gusta que lo estén criticando todo el tiempo.
Tip: Aprende a reconocer las virtudes de otros.
Si tu emites reconocimientos, estás aprendiendo que todo tiene un lado bonito, una cara de la moneda distinta a la que acostumbras ver. Te sugiero que te apoyes de la empatía, que te pongas en los zapatos de las otras personas y que con lupa busques el lado especial de cada ser humano del que te rodeas. Si haces un reconocimiento a las virtudes estarás ayudándote a ser más constructiva y menos destructiva con tus comentarios y tu forma de ser. Practícalo como un ejercicio diario, todos tenemos virtudes.
Señal: Sientes envidia frecuente por los logros de otros.
Te has cachado en esta necesidad de competir por competir, de querer que los otros no tengan lo que tienen o que no sean como son. Esto es imposible, cada ser humano es único, individual e irrepetible. Competir de forma que quieres desplazar a otros de sus privilegios para tenerlos tú, de su potencial para copiarlo tú o de sus talentos para imitarlos tú, te estás desconectando de tu esencia y de tus propios talentos por estar tan concentrada en envidiar a los otros.
TIp: Se tu mejor versión compitiendo contigo misma.
La mejor competencia que puedes tener es contigo misma, buscando ser mejor que ayer, creciendo como ser humano y escalando así durante toda tu vida. Lo importante de concentrarte en ti es que te conectes con tu ser interior, con tus habilidades y talentos y que sepas que son únicos. Si no tienes una habilidad, puedes desarrollarla, pero no te desenfoques de lo que tu quieres y de quien eres.
Señal: Eres egocéntrica, quieres acaparar las conversaciones.
Es parte del egoísmo. Quieres que todo gire en torno a ti como si fueras una niña pequeña y cuando sientes que estás perdiendo posición como un centro de atención haces cosas como levantar más la voz, tener acciones exageradas o incluso fuera de lugar con tal de que te volteen a ver. Te gusta que te miren, que todo sea alrededor de ti y sientes que pierdes poder cuando no es así. Esto puede resultar muy molesto para la gente que está a tu alrededor y quizá se vayan alejando de ti poco a poco por lo mismo.
Tip: Practica la escucha activa, la presencia pasiva y no interrumpas.
Si tienes la madurez de aceptar tu egocentrismo practica la parte opuesta de la dinámica comunicacional. Mantente en silencio y ponte a prueba. Aprende a escuchar a otros desde el corazón, pon atención a lo que dicen y dale la importancia y validación a sus palabras y emociones. Esto te ayudará a ser menos egocéntrica y a aprender a conectarte con otros. Puedes estar en silencio, aunque te cueste trabajo y puedes estar presente sin interrumpir si así te lo propones. Si lo practicas, este será un ejercicio muy valioso para toda tu vida y para que desarrolles suficiente inteligencia emocional para ser exitosa en todas tus áreas de vida.
Karina Suárez Fernández es psicóloga clínica, psicoterapeuta y mamá de 2