Estoy super convencida de que la felicidad es un estado de la mente, tiene mucho que ver con el enfoque y la percepción que tenemos ante los eventos que vivimos día a día por lo que se convierte en una decisión que va más allá de las circunstancias. Esto significa que tu actitud ante los desafíos determinará en gran medida la felicidad que sientas porque tu eliges si el vaso esta medio lleno o medio vacío. Entonces, la felicidad viene de adentro, sobre todo si cambias estas actitudes con las que te impides sentirla, por eso toma nota y pon en práctica esto que te comparto.
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Algo muy importante es que no debemos confundir la experiencia de ser felices con el placer de la gratificación inmediata. Si bien es cierto que la alegría, el goce y la diversión forman parte de dicha experiencia, vivir felices no limita la vivecia de las demás emociones ya que podemos experimentarlas todas y aún así decidir el camino de vivir encontrando un sano sentido de la vida.
Mira aquí un poco de lo que tienes que eliminar de tu repertorio de actitudes negativas con la intención de que puedas experimentar la verdadera dicha, plenitud y felicidad a pesar de los obstaculos naturales de la vida misma.
Ahora puedes escuchar el contenido de MamásLatinas donde quiera que estés, a través de nuestro podcast Mamá Dice. Cada episodio contiene tips prácticos enfocados en la crianza positiva y saludable. Escúchanos en tu plataforma de podcast favorita.
Cuando dejas todo para después.
Esa frase de “luego lo hago” es una de las formas más comunes de ponerte el pie para no alcanzar una meta e irla procrastinando hasta que te sientes estresada e incluso angustiada. Cuando dejas todo para después lo que haces es impedirte sentir la plenitud y felicidad de llegar a tu meta y en el fondo puedes estar actuando así por que sientes que no te lo mereces. Haz una calendarización de tus pendientes y pase lo que pase llevalos acabo deacuerdo a lo planeado en tu calendario.
Cuando esperas el momento perfecto para dar un paso.
No existe el momento perfecto, siempre es un buen momento para dar pasos pensados y no sobre analizados ya que el hecho de darle tantas vueltas en tu cabeza esperando el momento indicado, puede generar que se te vayan muchas oportunidades y te impides el éxito o la experiencia de enseñanza ante cada paso que quieras dar. Dice el dicho que el que no arriesga no gana así que si quieres hacer algo, hazlo ya que el momento perfecto es cuando la idea ya está en tu mente porque eso significa que estás lista para llevarlo a cabo.
Cuando quieres controlarlo todo.
Si hay algo que brinda felicidad en esta vida es hacer tu mejor esfuerzo al mismo tiempo de dejar que las cosa fluyan. Mientras no comprendas que no lo puedes controlar todo, vivirás agobiada porque tu pensamiento estará enfocado en las cosas que no quieres que pasen en lugar de enfocarte en las cosas que si quieres que pasen. Deja tu lado controlador para cuando sea necesario pero cuando te estorbe , date el permiso de soltar y fluir con las circunstancias. Ten la sabiduría para aceptar lo que no puedes cambiar.
Tienes pensamientos bastante catastróficos.
Puede que sea tu personalidad previsoria pero eso de pensar siempre en lo peor y además visualizando los peores escenarios, se puede convertir en un muy mal habito emocional que solo te frena para vivir la felicidad de cada momento. Pensar en que va a pasar lo peor te impide disfrutar y conectarte con vivencias irrepetibles ya que cuando tu pensamiento está totalmenta abarcado por el miedo, no puedes ser capaz de enfocar el lado de aprendizaje o la experiencia de plenitud.
Crees que ser feliz es solo sentir alegría.
Nada más alejado de la realidad que creer que la felicidad es un estado de permanente alegría, diversión o placer. Como te lo comenté en un inicio, la felicidad es un estado de la mente y es una decisión que no exhime a las demás emociones ya que puedes ser una mujer feliz y al mismo tiempo darte la oportunidad de tocar con tu tristeza o ser una mujer feliz y darte la oportunidad de vivir tu frustración. En el hecho de saber gestionar adecuadamente tus emociones, también encontraras la felicidad. Así que no necesitas una sonrisa permanente para ser feliz.
Te quejas por todo y todo te molesta.
Tu actitud pesimista siempre reforzará tus pensamientos pesimistas y estos a su vez se veran reflejados en tu rechazo a todo, desde tu forma de hablar, hasta tu forma de lenguaje corporal. Si todo el tiempo usas la frase: "Si, pero…" es porque tienes un radar interno con el que quieres encontrar el lado de incomodidad o el lado negativo de las cosas. Aprende a ver la otra cara de la moneda y date la oportunidad de relajarte un poco encontrando las ventajas o lo mejor de cada situación.
Le das demasiado peso a los estereotipos de éxito.
Esto significa que tu valía depende mucho de los estándares que otros han colocado sobre la experiencia de felicidad y éxito. Recuerda que cada quien tiene sus formas de experimentar las mieles de un logro o los progresos para alcanzar una meta y celebrarlo tiene que ver con celebrarte a tí no con buscar llenarle el ojo a otros para que te reconozcan como una mujer exitosa. El éxito se vive día con día hasta en los más mínimos detalles, así que si te descubres queriendo escalar en la pirámide que otros han construido, no estás tocando con tu propia felicidad sino con lo que otros te dijeron que era.
Tienes poco sentido de la gratitud.
Cuando te gana la soberbia o el ego inflado, puedes ser incapaz de ser feliz ya que la amargura estará presente debido a que sufres, lamentas o maldices cada situación en tu vida que no se ajusta a lo que tu esperas. En lugar de tener una postura de agradecimiento por lo que sí tienes, vives lamentando o enojada con la vida por lo que no tienes y esto se transforma en la amargura de la que te hablaba. Si eres agradecida aun con los obstáculos , comenzarás a abrirte caminos para la abundancia y la felicidad.
Vives envidiando lo que otros tienen.
Si te descubres pensando en que los demás tienen lo que tienen porque la vida los dotó de suerte, estas por el camino equivocado. Cada quien es o tiene lo que se da derecho y merecimiento de tener o ser. Esto significa que todos y todas tenemos el potencial para lograr lo que queramos ya que con constancia y buena actitud, podemos construir eslabón por eslabon aquello que queremos alcanzar. Deja de enfocarte en los demás y enfócate en tí y en sentir que mereces ser feliz.
Nunca terminas lo que empiezas.
Te aburres con facilidad y se te hace muy facil dejar las cosas a la mitad. Por lo tanto, no concluyes tus proyectos buscando resultados inmediatos porque te quieres saltar el proceso que con lleva a logro de un objetivo. No es que tengas que avanzar a costa de sangre, sudor y lágrimas pero no le das en tiempo suficiente a los proyectos para que puedan madurar y comenzar a dar frutos. Esto puede frustrarte mucho y te vuelves poco paciente y poco tolerante por lo que no disfrutas el proceso y no eres feliz en el camino.
Siempre haces más de lo mismo.
Este es uno de los errores más comunes que cometemos los seres humanos ya que a pesar de que sabermos cuáles serán los resultados, insistimos en querer hacer las cosas de la misma forma sabiendo que no va a funcionar. Puede que estés intentando un cambio en tu vida, pero quieres llevarlo a cabo desde la soluciones acostumbradas y cuando insistes en recorrer el camino que siempre te llevará al mismo lugar, te daras por vencida o te decepcionarás. Debes atreverte a hacer algo diferente e incluso puedes atreverte a tomar un camino diferente y veras como haciendo "menos de lo mismo” tendrás mejores resultados.
Dejas tu felicidad en manos de otros.
"Si no fuera por el, ella, ello o los otros… yo no sería así". Esto es terrible porque cuando no asumes la responsabilidad sobre tu vida, puedes vivir totalmente estacionada en el resentimiento aferrándote al pasado o a las heridas de tu vida y por lo tanto no miras para adelante. Esto te impide crecer y encontrar el lado resiliente que has alcanzado con las adversidades. Tu enfoque es de lamentación y de enojo hacia el entorno, mismo que te impide ser feliz.
Todo te lo tomas personal.
Sientes que los demás están tan pedientes de tí que interpretas cada cosa que hacen como si fuera un acto planeado en tu contra. Esto significa que tu nivel de egocentrismo es muy elevado y por lo tanto sientes que todos y todo gira alrededor de tí, incluyendo las críticas. Esto te pone en una actitud muy defensiva ante la vida e incluso con cierto toque de paranoia en donde no te permites fluir feliz sintiendo que todo el mundo está en tu contra.
Vives en el hubiera y en el arrepentimiento.
Cuando cargas con algunos sentimientos de culpa por las decisiones que tomaste en alguna etapa de tu vida o por las acciones que llevaste acabo y en las que fallaste de alguna forma, te estas autocastigando puesto que vives instalada en el arrepentimiento o en la fantasía de los escenarios que hubieran podido ser. Puedes pensar: “Mi vida sería tan diferente sin tan solo yo hubiera…” necesitas situarte en el presente y aceptar que lo que no fue, no fue y lo que es , es y esto es lo que tienes para ser feliz, lo tomas o lo dejas.
Estás muy pendiente del qué dirán.
Te preocupan demasiado las apariencias y por lo tanto no estás conectada con ser tu misma por lo que puedes sentirte esclavizada por las posibles críticas que puedas recibir de los demás. Esto no te permite ser feliz ya que tu foco de atención está puesto en complacer a otros con tal de no ser juzgada o con tal de no ser señalada. Te vuelves poco genuina y poco auténtica ya que estás supeditada a ser y hacer lo que los demás esperan.
*Karina Suárez Fernández es psicóloga clínica , psicoterapeuta y mamá de dos adoelscentes.