En este momento el mundo sufre una crisis global por la pandemia del coronavirus, y como si esto no fuera suficiente, hay quienes se aprovechan de la situación para obtener los datos personales con el fin de estafar a incautos, incluso utilizando el tema del Covid-19 como la principal excusa para engañar.
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Aunque cueste creer que esto esté pasando justo ahora, cuando más necesitamos estar unidos, hay que tomar conciencia para resguardarnos en todo sentido
Artículo realizado con la colaboración de Griseida Díaz.
Ponte alerta con los impostores.
Los estafadores se aprovechan de la época de emergencia sanitaria para hacerse pasar por alguien conocido, por lo que debes estar más alerta que nunca de no caer en su juego. Recuerda no confiar en cualquier llamada, mensaje de texto, WhatsApp o email que recibas de un supuesto amigo, familiar o incluso de las autoridades. Mucho menos si te piden dinero o ayuda, antes de verificar que realmente se trata de quien tú piensas. Por mucho que tu alma generosa quiera colaborar, no caigas por confiado y lo más importante, jamás proveas tu información personal ni cuentas bancarias. Más vale prevenir que lamentar.
Rechaza las llamadas de ventas automatizadas.
La pandemia por Covid-19, decretada por la Organización Mundial de la Salud, se presta para recibir llamadas automatizadas con la finalidad de ofrecerte productos como un kit de supuestas pruebas del coronavirus para el hogar. No creas en esto y recuerda que en general, las llamadas de robots para ofrecerte compras por teléfono son ilegales. Si recibes una llamada de este tipo cuelga de inmediato y repórtalo a la Comisión Federal de Comercio en donotcall.gov. Jamás sigas instrucciones ni esperes hablar con una persona que muy probablemente esté procurando estafarte.
No caigas en la oferta de intercambiar dinero por un cheque.
Si alguien te entrega un cheque para depositar y te pide a cambio que le transfieras dinero, no lo hagas. Podría ser un cheque falso y al final del día, serás tú quien tendrá que asumir esa responsabilidad y además, quien pierda un valioso dinero que jamás vas a poder recuperar.
Verifica la procedencia del correo electrónico.
Si recibes un correo electrónico sobre el coronavirus que presuntamente provenga de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de la Organización Mundial de la Salud, o de cualquier otra organización confiable, verifica que el correo sea realmente de sus cuentas oficiales. Si después del "@" aparece "@gmail.com", "@yahoo.com" o cuentas parecidas, debes percatarte que estás a punto de ser engañada y estafada.
Activa la alerta contra estafas.
Afortunadamente hay maneras de protegerse de las estafas. La Comisión Federal de Comercio ofrece el sitio ftc.gov/scams donde tienes la opción de suscribirte para enterarte de los intentos de estafas que han sido enviadas a tu correo electrónico. O si lo prefieres, visita su página Web y conoce las últimos movimientos de los estafadores o jackers relacionados al coronavirus.
Sé precavida antes de hacer click.
Si recibes un mensaje de texto de un desconocido con un link, evita hacer click. Puede tratarse de un virus que infecte tu PC o móvil, por lo que luego te arrepentirás. Los estafadores saben crear contenido que parezca legítimo para engañar a la mayor cantidad posible de personas, y algunas veces es muy fácil caer en el error de darle click.
Verifica antes de clickear en un enlace.
Al recibir un mensaje de texto o correo electrónico de una fuente que crees confiable, pero no estás completamente segura, opta por verificar en los servicios gratuitos que se ofrecen con este fin. Tales como Norton SafeWeb, Google Transparency Report o URLVoid. Así te evitarás un mal rato.
El identificador de llamadas puede mentir.
Algunos estafadores son tan astutos que saben cómo hacer que el número y nombre que aparecen en el identificador de llamadas sea falso. Para estar segura de dónde provino esa llamada que recibiste, marca el número y confírmalo por ti misma. Aún así, ten mucho cuidado.
No compartas tu usuario y contraseña.
Por ningún motivo, nadie debería solicitarte que le des tu nombre de usuario y contraseña para alguna de tus cuentas. Esta es una información privada y como tal, debes resguardarla como un tesoro. Sencillamente, niégate a compartirlos y serás una víctima menos de los amigos de lo ajeno.
Esto debes hacer si ya cometiste el error de dar tu usuario y contraseña.
Tan pronto te des cuenta de haber cometido este grave error, cambia todas las claves y nombres de usuario de tus cuentas más importantes como las bancarias y tarjetas de crédito. Ponte alerta a cualquier consumo que aparezca en tus estados bancarios que no hayas hecho tú, para que puedas reportarlos a la brevedad posible.
Contribuye de la manera más segura posible.
Si has decidido pagar o hacer una donación después de verificar que el destinatario sea confiable, intenta usar los métodos financieros más seguros para ti. La mayoría de las tarjetas de crédito ofrecen métodos de protección contra el fraude, algo que no sucede con las transferencias, dinero en efectivo e incluso cheques. Por lo que te aconsejamos planificar bien antes de exponerte a perder dinero.
No te sientas presionada a hacer nada que no quieras.
No dejes que te presionen cuando te pidan dinero o tus datos personales. Recuerda que nadie tiene ese poder sobre ti y que aún en momentos de emergencia, como la actual propagación del Covid-19, tienes todo el derecho a tomarte tu tiempo para decidir. Apresurarte te puede conducir a cometer errores, por lo que es preferible verificar quién te lo pide y tomar conciencia de los riesgos.