En esta semana tan hermosa en la cual Estados Unidos se prepara para celebrar el __Día de Acción de Gracia__s, el mundo entero tiene los ojos puestos en el conflicto y la violencia entre los Israel y Palestina. Desde hace días hemos visto la perdida de vidas humanas, la intensidad de las bombas y de nuevo la preocupación que nunca se acaba por una paz verdadera y duradera en el medio oriente.
Como líder espiritual, pido oración a todos; más allá de cualquier diferencia religiosa o credo. No olvidemos que Dios es uno solo y estoy convencido que Dios desea que la paz exista entre todos nosotros.
Pero creo que las diferencias raciales, culturales, religiosas y también los muchos desacuerdos que tienen siglos de existencia en el medio oriente, tienen una conexión irónica con lo que celebra Estados Unidos en este Día de Acción de Gracias. En ese primer "Thanksgiving" del 1621, se cuenta que los norteamericanos nativos y los ingleses se reunieron para una misa celebración de la cosecha. Ambos tenían esa celebración en sus respectivas culturas y creencias, pero esta vez se unieron con su diversidad a dar gracias por toda la creación al mismo y único Creador de todo.
Al acercarse las conversaciones de la paz en Medio Oriente, pidamos que en esta semana los distintos lados se puedan sentar en la misma mesa a negociar y a lograr la paz. Quizás no puedan de estar de acuerdo en todo; tampoco lo estuvieron en aquella celebración del siglo XVII, pero por lo menos se sentaron a misma mesa – y ese es el comienzo de la concordia.
Si realmente valoramos la paz y nos damos cuenta de la importancia que tiene la paz para nuestro futuro, hagamos una oración en nuestra cena de Acción de Gracias en la cual incluyamos una simple intención: Que la paz reine en nuestro mundo y que cada uno de nosotros seamos instrumentos de una paz verdadera y duradera. Amen.
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