Estudiantes de secundaria en Ohio escogen a una reina muy especial

Megan Ryan tiene 18 años y  ha dedicado gran parte de su vida a servir a otros, trabajando como voluntaria en el Hospital de Niños o ayudando en cocinas que sirven comida a personas sin hogar. Megan tiene Síndrome de Down y cuando nació los médicos tenían dudas de que ni siquiera fuera capaz de hablar o valerse por sí misma. Pero la noche del 4 de octubre, sus compañeros de clase de la escuela secundaria Hartley en Columbus, Ohio le dieron la sorpresa de su vida. Por ovación casi unánime la convirtieron en la reina del Homecomming 2012.

Hay muchas cosas que me emocionan y  me inspiran de esta noticia. Para empezar Megan es mi cuñada y desde el primer día que la conocí me recibió en la familia con los brazos abiertos y esa calidez humana que es privilegio de los que no tienen nada que esconder. Creo que más allá de los lazos que me unen a esta historia, se trata de una gran inspiración para todos las mamás y papás sobre el poder del amor y la gran diferencia que hace luchar por el futuro de nuestros hijos, sin ponerles etiquetas a pesar de que el mundo trate de limitarlos por cualquiera que sea  su condición.

La otra gran lección, la han dado sus compañeros de clase de está escuela católica. Con todas las noticias horribles que uno escucha cada día sobre intolerancia y "bullies" en centros educativos de todo el país, creo que estaba a punto de perder las esperanzas sobre la calidad humana de esta generación de adolescentes. Pero estos estudiantes de último año del liceo se levantaron sobre sus prejuicios y reconocieron con el honor de nombrarla reina,  la importancia del respeto a las diferencia y cuán primordial es para una persona con necesidades especiales sentirse integrada y querida por sus compañeros. ¡Bravo también por todos esos padres que le han enseñado el poder de la empatía a sus hijos!

Megan es la menor de 11 hijos y desde el principio sus padres estuvieron decididos a brindarle las mismas oportunidades educativas que tuvieron sus hermanos. Al inicio resultó un poco complicado, pero con el apoyo de directores y maestro ella comenzó hace 13 años su camino en una escuela regular, cuyas clases son complementadas ocasionalmente con tutorías personalizadas.  

Durante esos primeros años, sus padres notaron que otras familias estaban pasando por situaciones parecidas, por lo que decidieron conformar la fundación SPICE (Special People in Catholic Education, o personas especiales en educación católica) para ayudar a niños con necesidades especiales a integrarse a las escuelas católicas de sus comunidades. A la fecha esta institución sigue ayudando a cientos de alumnos, familias y maestros, otorgando hasta $50,000 para esta causa anualmente.

Sus compañeros de clase dicen que nadie es más sonriente y más dispuesta a ayudar que Megan por lo que no dudaron en nombrarla la reina de este, su último año de secundaria.  Ella estaba sorprendida y emociona de recibir la corona, sin sospechar siquiera que es ella quien con su esfuerzo, trabajo duro y dulzura, la que nos ha regalado a muchos el mejor de los obsequios: la certeza de que el amor y la constancias obran los verdaderos milagros.  ¡Felicidades Reina!

Imagen vía Familia Ryan