Un regalo de amor para poder concebir un hijo biológico. Eso precisamente fue lo que ocurrió en España cuando una mujer recibió por primera vez en ese país un trasplante de útero. El caso involucra a dos hermanas. La menor de ellas nació con el síndrome de Rokitansky, o sea, no tienía trompas de Falopio ni útero. Aunque esta no es la primera vez que ocurre este tipo de trasplante, sin embargo, cada vez que se realiza uno aumentan las esperanzas para muchas féminas que tienen dificultades para ser madres.
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El trasplante fue realizado con éxito el pasado 5 de octubre de 2020 en el Hospital Clinic de Barcelona luego de que la mujer expresara que quería ser madre biológica, informó la página web Bebés y más. Dos meses después de haberse sometido a la operación la mujer experimentó su primera menstruación por lo que el órgano se encuentra funcional. Sin embargo, tendrá que esperar un tiempo antes de que le puedan implantar un embrión y quede embarazada.
Complicada la operación de extraer el útero sano.
El doctor Francisco Carmona, jefe del Servicio de Ginecología del Hospital Clinic explicó que este tipo de operación es muy complicada, especialmente la parte de extraer el útero sano.“El éxito viene determinado por la viabilidad del órgano, que este funcione y que la mujer se queda embarazada”, agregó el galeno, según la página web.
El útero ya es funcional.
Dos meses después de recibir el trasplante la mujer experimentó su primera menstruación por lo que el órgano se encuentra funcional. Sin embargo, tendrá que esperar varios meses antes de que le puedan implantar un embrión y quede embarazada.
La operación involucró a más de 20 personas.
Un equipo de más de 20 personas fue el encargado de llevar a cabo la operación. Entre ellos se encontraban ginecólogos, cirujanos de trasplante, enfermeras, anestesistas y auxiliares de enfermería.
Tendrá que tomar medicamentos.
En el caso de que quede embarazada la mujer continuará tomando medicamentos inmunosupresores hasta que lleve a término un segundo embarazo. Sin embargo, una vez haya completado su deseo de ser madre se le retirará el útero por laparoscopia, si es que así ella lo desea.
El primer trasplante ocurrió en Suecia en 2014.
El primer trasplante de útero y posterior nacimiento de un bebé ocurrió en Suecia. La paciente fue una mujer de 35 años quien se convirtió en madre después de recibir un trasplante de útero. El pequeño vino al mundo por cesárea y la fertilización fue in vitro.
Las pacientes idóneas para esta operación deben tener el síndrome Rokitansky.
Para ser candidata a un trasplante de útero la página web de la Clínica Barcelona explica que la paciente debe padecer el síndrome de Rokitansky. Este es un trastorno congénito del aparato reproductor femenino que actualmente afecta a una de cada 5,000 mujeres en el mundo. Ellas nacen sin útero y sin trompas de Falopio.
En el pasado se había hecho el trasplante con una donante fallecida.
En 2019 una estadounidense se convirtió en la primera en dar a luz en el país tras haberse sometido a un trasplante de útero de una donante fallecida. La operacion fue realizada en Cleveland Clinic y el revolucionario proceso se llevó a cabo por un equipo de ginecólogos y cirujanos.
La mujer dio a luz un bebé sano y el embarazo no tuvo complicaciones.
La mamá fue una mujer de entre 30 y 40 años que prefirió mantener el anonimato, se informó en aquel momento. Ella dio a luz a una bebita tras un embarazo que según los doctores no fue excesivamente complicado. El nacimiento fue por cesárea y la madre pudo irse a casa con su hija en brazos tres días después del parto.
La mamá había nacido sin útero.
La paciente tuvo un embarazo sin muchas complicaciones debido a que su cuerpo no rechazó el útero, fue capaz de llegar a término y dar a luz a su hijita a través de una cesárea. Tras el parto, la madre decidió extraerse el útero, una decisión que según el médico no era obligatoria.
En 2017 se registró un caso similar en Brasil.
En 2017 una mujer en Brasil recibió un trasplante de útero de un cadáver, el embarazo llegó a término y pudo dar a luz. En ese caso, se trató de una mujer de 32 años que recibió un útero de una mujer de 45 que había fallecido de un infarto. Normalmente las donantes deben ser mujeres que no hayan alcanzado la manopausia, por lo que se suelen utilizar úteros de féminas entre los 18 y los 40 años de edad.
Múltiples los riesgos de esta operación.
El tratamiento involucra un proceso largo y complicado, que conlleva siete etapas. Desde el chequeo inicial, los exámenes médicos pertinentes, la fecundación de los óvulos con el esperma del padre, a inseminación in vitro, trasplante del útero, la fase de estabilización tras dicha operación y finalmente, si no falla nada, el parto. Todo este proceso tiene muchos riesgos que la mamá debe afrontar, desde el rechazo del útero hasta graves infecciones y la pérdida del bebé.
El primer intento de trasplante de este tipo ocurrió en Estados Unidos en 2016.
La clínica había intentado un proceso similar en 2016 cuando le transplantó el útero de una mujer fallecida a una paciente de 26 años. En ese caso los médico tuvieron que extraer el órgano debido a complicaciones médicas. Infecciones, trombosis y coágulos suelen ser los problemas que se pueden presentar en este tipo de operaciones.
Complicado rescatar el útero de un cadáver.
Extraer el útero de un cadáver es complicado, afirman los expertos. Cuando fallece una donante es prioridad la recolección de los órganos como el corazón, pulmones, riñones e hígado, ya que pueden ayudar a salvar vidas. Entonces, luego trabajan con el útero y ojos. Ahí está la complicación debido a que es difícil conseguir un útero en buen estado.
Escasas las donantes que están vivas.
Las donantes de útero que están vivas son escasas. Normalmente se trata de familiares o amigas cercanas a la persona que lo necesita. Sin embargo, como cualquier procedimiento médico esto representa riesgos para ambas personas.
Tal vez el futuro permita otras opciones.
“Quizá en un futuro los pacientes puedan recurrir a un banco de órganos en lugar de buscar voluntarios, y los donantes vivos podrían evitar complicaciones riesgosas como infecciones o hemorragias graves”, publicó The New York Times en un artículo sobre trasplantes. “Con el tiempo, los investigadores esperan disminuir los efectos secundarios y los costos mediante la reducción de la cantidad de medicamentos inmunosupresores que las receptoras deben tomar”, agrega la publicación.