El sol está a todo dar y en estos días de calor nada es más atractivo que meternos en una alberca refrescante o en el mar, pero esas jornadas de playa o piscina pueden ser terrible para la piel de toda la familia. Por eso es esencial aprender a diferenciar la verdad de los mitos que rodean a los protectores solares y los bronceadores.
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Con toda la locura del día a día es fácil olvidar que la piel es el órgano más grande del cuerpo y hay que cuidarlo tanto como el corazón, los riñones, el estómago y los ojos. También cuesta aceptar que el sol, que es la fuente de la vida, puede hacernos mucho daño.
Sin embargo, con un poquito de información podemos evitar quemaduras, manchas y hasta el temible cáncer de piel. Aquí tienes aclaraciones esenciales sobre cuáles son los mitos y las realidades de los protectores o bloqueadores solares y los bronceadores.
Los protectores solares y los bronceadores son cosas diferentes.
Los bronceadores aceleran el proceso de oscurecer la piel del cuerpo. Los protectores como bien dice su nombre te protegen de los rayos dañinos del sol, principalmente los UVA y UVB.
Hoy en día hay bronceadores que traen filtro solar, pero no hay que confiarse. La mejor forma de proteger la piel es creando barreras contra el sol.
Mucha gente cree que no hay que preocuparse por el sol de todos los días, solo al ir a la playa.
La realidad es que el sol brilla y quema igual en todas partes. Para nosotras las mamás hay productos de belleza que traen ya protector solar y solucionan el estrés de tener un paso extra todos los días.
Sin embargo, con los niños hay que ser diligente y no dejarles salir sin tener la piel protegida.
También piensan que si no se ve el sol no hay que protegerse.
Puede que el cielo esté nublado, pero el sol sigue allí y si los rayos ultravioleta pueden pasar por cristal, imagínate lo que pueden hacer a través de las nubes. Si se va a estar expuesto al sol hay que usar protector solar.
A parte de estar bajo techo o taparte, la única otra forma de cuidar la piel del sol es con los filtros solares.
Hay muchos productos diferentes en el mercado, y con diversos precios. La realidad es que el factor de protector solar funciona igual en todas. Es algo que regulan las autoridades. Sin embargo, lo que sí cambia son los ingredientes. Algunas marcas usan aceites y aditivos de mejor calidad que tienen menos posibilidad de causar alergias e irritaciones.
Los protectores vienen con distintos números de factor de protección solar (SPF, en inglés) y hay gente que dice que es un cuento.
Nada podría estar más lejos de la realidad. Los números a lado de las letras SPF determinan la intensidad de la protección de los rayos ultravioleta.
A pesar de los estudios científicos hay quienes dicen que los químicos en las cremas solares pueden ser más peligrosos que el sol.
La solución para esta duda es comprar marcas reconocidas, pero la realidad es que es infundada. El riesgo de sufrir cáncer de piel a consecuencia de las quemaduras del sol es real y documentado.
Tampoco es verdad que si uno ya esta bronceado, no hace falta el protector.
Eso es como decir que si te has quemado un dedo cocinando, lo puedes poner otra vez en el fuego. El sol sigue quemando la piel. Siempre es importante protegerse y proteger a nuestros seres queridos.
Mientras más oscura es la piel, menos protección se necesita, piensa mucha gente.
Si bien las personas con menos melanina en la piel son más sensibles a los rayos del sol, usar protector solar es indispensable para todas las personas que van a estar al aire libre.
Se piensa que el factor de protección se puede bajar a medida de que uno se va bronceando.
Hay que aplicar la lógica que usarías para protegerte de una quemada con fuego o algo caliente. Eso hace de esto un mito ridículo. El SPF determina cuánto estás protegida de los rayos ultravioleta.
No solo hay que estar pendiente de la piel de los niños.
Obviamente, proteger a los pequeños es nuestra responsabilidad, pero también tenemos que protegernos a nosotras mismas, en especial porque pasamos nuestra infancia y adolescencia adorando al sol.
¿Y la vitamina D?
Solo los primeros 15 minutos al sol te ayudan a absorber vitamina D. Hay otras formas de recibir la dosis que necesitas, principalmente a través de alimentos como los huevos, el pescado y bebidas fortificadas con ella.
La vitamina D es indispensable para fortificar los huesos y manener la energía.
Lo cierto es que hay que ponerse el protector media hora antes de exponerse al sol.
El protector solar necesita un tiempo para comenzar a actuar.
Una crema protectora con factor de protección alto te ahorra preocupaciones durante todo el día.
Sería fantástico, pero la realidad es que independientemente del índice de SFP que tenga el protector solar, hay que reaplicarlos todos cada dos horas para que sigan funcionando igual.