Ahora sí se puede comer durante el parto + 11 tips que harán menos duro el dar a luz

Las mujeres sanas sí podemos comer durante el parto, según revela un estudio reciente. Ya decía yo que es inhumano que una tenga que pasar hambre cuando da a luz. El trabajo de parto puede prolongarse por horas. Y si además de sangre, sudor y lágrimas, toca morirse de hambre, ya me dirás. Te cuento los detalles y 11 tips para que el alumbramiento sea menos difícil.

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Imagen vía Corbis

Antes era sólo hielo

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Hasta ahora las comadronas, médicos y parteros, sólo nos dejaban chuparnos unos miserables hielitos durante el laborioso trabajo de parto.

Motivos por los que no nos dejaban comer

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La razón por la que no nos permitían ingerir alimentos, era protegernos de que pudiera llegar algún líquido a los pulmones, provocando una neumonía de graves consecuencias.

¿Qué cambió ahora?

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El estudio en cuestión demostró que el trabajo de parto representa para la parturienta un gasto calórico similar al de correr un maratón.

Qué ocurre durante el parto

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Frente a tal desgaste calórico, al estar en ayunas corremos el riesgo de que aumente la acidez de la sangre, se prolonguen las contracciones y se demore el parto, y hasta se afecte la salud de nuestro bebé por nacer.

Lo que nos recomiendan hoy

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Las mujeres sanas podrían comer una sopa, un sándwich ligero, pan tostado y una que otra frutita. Según la American Society of Anesthesiologists, lo recomendable y sensato es preguntarle al médico anestesiólogo que atiende tu parto qué se puedes comer y en qué cantidades.

Mujeres en riesgo

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Las mujeres que sufran de eclampsia, preeclampsia, tengan problemas de obesidad o reciban tratamiento con opiáceos para tratar los dolores durante el trabajo de parto, deberían abstenerse de comer.

Cuándo ir al hospital

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Nadie dijo que traer hijos al mundo es cosa fácil: por algo le dicen trabajo de parto. Sin embargo, la dulce espera es la oportunidad perfecta para que hagas el curso de parto psicoprofiláctico para aprender a respirar, lidiar con las contracciones, y manejar el dolor y el estrés.

Cuándo ir al hospital

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Cuando tengas contracciones fuertes y constantes, rompas fuente, tengas una fuga de líquido amniótico o presentes sangramiento.

Qué hacer cuando empiecen las contracciones

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Aprovecha para ducharte y asearte. Es recomendable que el agua esté tibia. Avisa a la persona que se hará cargo de tus otros hijos mientras estás en el hospital. Arregla tu maleta o bolso si es que no lo tienes listo.

Cómo manejar las contracciones

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Utiliza la regla del 4-1-1, que es súper sencilla: si las contracciones son fuertes, se presentan cada 4 minutos, duran 1 minuto y llevas 1 hora sintiéndolas ¡estás en pleno trabajo de parto!

Al llegar al hospital

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Al llegar al hospital

Pide que reduzcan la intensidad de la luz en la habitación que te asignen, si te llevaste tus audífonos, escucha música que te guste, te conforte y te calme. Ten a mano fotos u objetos que te reconforten y que puedas tocar. Visualízate en un lugar hermoso, feliz, sin dolor, donde todo sea paz y armonía. Imagínate cargando tu bebé, sin pena ni dolor. Todas estas cosas te ayudarán a relajarte.

Tu comodidad ante todo

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Ya sabemos que es un trabajo y que duele. Por eso lo más importante es tu comodidad y tu tranquilidad. No te quedes en una sola posición. Camina tanto como puedas. Si estás acalorada, pide que te traigan paños húmedos fríos para ponerte en la frente, también puedes pedir ayuda para ducharte y refrescarte. Piensa en todo momento que pronto tendrás a tu bebé en brazos y todo será, Dios mediante, felicidad.