Más que una moda, la chía ha llegado para quedarse. ¿Cómo no?, si estas semillitas que apenas se notan tienen tantos beneficios que pueden hacer maravillas por tu cuerpo. Los aztecas, incas y mayas no estaban equivocados: las semillas de chía son tan poderosas que eran parte esencial de la dieta de estos guerreros. ¡Te sorprenderá lo versátil que es!
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Imagen vía Corbis Images
Agua fresca
Si te encanta hacer tus propias “pociones”, esta receta de agua fresca es ligera, baja en calorías y sobre todo, llena de antioxidantes que te ayudarán a pelear contra los radicales libres. Simplemente agrega media cucharada de chía en un vaso de agua, unas gotitas de miel o agave, exprime un limón ¡y listo! Disfrútala fría y de inmediato para evitar que la chía se espese. Ideal para esas mañanas donde necesites energía extra.
Germinado de chía
Los brotes o germinados son fáciles de digerir además de darle un toque crujiente y distinto a cualquier plato. Sólo espera que germine (¿te acuerdas del Chia Pet? ¡Esos precisamente son!) y agrégalo a tus sándwiches favoritos o ensaladas.
Pudines
Quizás el uso más conocido y comercializado de la chía… y la verdad ¡es facilísimo y económico de hacer! Gracias a su alto contenido de fibra y proteína, las semillas de chía absorben su peso en agua convirtiéndose en un gel súper espeso. Aprovecha esta ventaja mezclando la chía con leche, leche de almendras, jugo de frutas y hasta aguas frescas para crear tu propio pudín. Añade frutas, nueces… ¡lo que quieras! Verás que resulta un postre delicioso y que te mantendrá llena por varias horas.
Galletas
No creerás lo sencillo que es incluir la chía en las golosinas favoritas de tus niños. Cada vez que le hago un “treat” a mi bebé, como unas galletas de chocolate, me aseguro de agregarle un par de cucharadas de semillas de chía para aprovechar sus beneficios. Que aquí entre nos, es perfecta para unos huesos y dientes más fuertes si no consumes lácteos.
Pan casero
De vez en cuando me gusta hacer mis propios panes en casa. No es difícil y aunque toma un tiempo “agarrarle el truco”, verás que es económico y más sano que cualquier pan comercial. Ahí es cuando aprovecho para agregarle semillas de chía a la mezcla (además de las típicas semillas de ajonjolí) ya que ayuda a balancear los carbohidratos. Asegúrate de echárselas justo antes de meter el pan al horno, de lo contrario la chía absorberá la mezcla.