Muchos años han pasado desde que el periodista Upton Sinclair publicó su libro The Jungle en 1906, pero muy poco ha cambiado en los Estados Unidos en lo que tiene que ver con la producción de salchichas en las fábricas de carnes. En el libro, Sinclair reportó las deplorables condiciones higiénicas de dichas fábricas y los estadounidenses descubrieron que las salchichas en sus amados perros calientes no eran ni saludables ni nutritivas.
Desde ese entonces agencias reguladoras como la FDA (Administración de alimentos y medicinas) han sido creadas pero insólitamente las salchichas que se venden hoy se producen de la misma forma que se hacían en los años 1900.
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Gracias al documental llamado "How It's Made" del canal Discovery un grupo de cineastas tuvieron acceso exclusivo a una de estas fabricas y las fotos del proceso de producción de salchichas son espeluznantes. Las imágenes muestran residuos de carnes de cerdo, vaca y pollo reducidas a una pulpa y moldeadas a la forma de la salchicha.
A la mezcla producida se le agrega recortes de pollo procesado, sal, almidón, mostaza granulada y sabores artificiales. Después se agrega agua hasta que la mezcla tenga la consistencia y el color del helado de chocolate o el barro. Al final se le añade jarabe de maíz para endulzarla. Con todos los ingredientes mezclados, una máquina succiona el exceso de aire de la mezcla y el resultado es lo que los fabricantes llaman "la emulsión fina".
El último paso del proceso es empacar la emulsión en envolturas de celulosa y la salchicha de los perros calientes es creada. A las envolturas se les da un baño con "lluvia de humo" para darles más sabor antes de hornearlas. Después de enfriarlas, las salchichas son sumergidas en agua salada hasta que estén listas para empacar y transportar.
El documental explica que en sólo 35 segundos se producen suficientes salchichas para llenar dos veces a un estadio de fútbol. El promedio de salchichas que se producen en una fábrica al día es de 2.5 millones. ¿Se imaginan? Yo no aspiro a comerme un perro caliente más prefiero pasar hambre o comerme un montón de papas fritas.
Imágenes viaThinkstock, Klingon Spider/YouTube
