La actriz mexicana Verónica Castro parece tener el secreto de la eterna juventud. A sus 71 años de edad, de los que lleva más de 50 de carrera artística, ha experimentado con distintas modas, estilos de maquillaje, colores de cabello y peinados. Sin embargo, mientras más pasan los años, mejor se ve. Su transformación a lo largo de su historia ha sido tan impresionante, como variada.
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A través de las últimas cinco décadas, la madre de Cristian Castro ha apostado por distintos looks y ha pasado por una impactante transformación, explorando diferentes estilos. A sus 71 primaveras, Vero ha dicho estar feliz con quien es, mientras acepta sus canas y arrugas orgullosa, dejando entrever que la edad no es más que un número y que seguirá reinando en el gusto del público. Te dejamos una muestra de su increíble metamorfosis en fotos.
Aunque es conocida por su música y su actuación, sus inicios fueron como modelo.
Así de bella se veía en su adolescencia. Sus hermosos ojos la hicieron una figura inolvidable. Fue en 1969 cuando fue nombrada el rostro Heraldo de México, un concurso al que llegó por recomendación del animador Raúl Velasco.
Inició en la televisión en 1969.
Sus inicios fueron en la telenovela Yo no creo en los hombres, cautivando a los productores con su belleza. Éste era su look clásico de la época. Esas pestañas postizas y el peinado de rizos suaves la favorecían muchísimo.
En 1975 realizó un protagónico en el cine.
Mira lo hermosa que lucía en la película Guadalajara es México, la cual estelarizó junto a Cornelio Reyna. La cinta fue grabada en la época del cine de oro mexicano en el estado de Jalisco. Hablando del look ese peinado y el toque castaño la hacían ver muy hermosa en su elegante vestido de novia.
Sus rizos se volvieron icónicos a finales de los 70.
Para entonces protagonizaba la telenovela Los ricos también lloran junto a Rogelio Guerra. Esta fue una de las primeras producciones en tener éxito internacional. Además, con la canción tema, "Aprendí a llorar", Verónica se consolidó como cantante.
A finales de los años 70 era una de las actrices y modelos más cotizadas de México.
Su rostro ya había engalanado muchas de las producciones en el cine y la televisión mexicana como Mañana será otro día, Pasiones encendidas y Los ricos también lloran. En ese momento su carrera continuaba en ascenso.
En 1974 tuvo a Cristian Castro, su primogénito.
Verónica se veía muy feliz cuando Cristian Castro tenía tres añitos. Su hijo, fruto de una relación con el actor Manuel "El Loco" Valdés, llegó al mundo el 8 de diciembre de 1974 en la Ciudad de México.
Así se veía cuando grabó 'El derecho de nacer' a principios de los 80.
En este rol protagónico para el Canal de las Estrellas, Vero ya había adoptado el look típico de la época, que impusieron Los Ángeles de Charlie. Para entonces había dado a luz a su segundo hijo Michel, fruto de su amor con el empresario Enrique Niembro.
Hasta de monja se veía hermosa.
Aunque esto fue parte de su personaje, la actriz ha confesado que quería ser monja pero su mamá no la dejó. "La verdad, creo que sí tenía vocación", señaló la actriz al respecto.
Lucía espectacular en 1988.
Así se veía cuando terminó de grabar la telenovela Rosa Salvaje. del productor Valentín Pimstein, en la que hizo de co-protagonista con Guillermo Capetillo. En la trama interpreta a Rosa García, una joven de origen humilde sin estudios que es encontrada robando ciruelas en una zona de gente rica.
En 1990 protagonizó la telenovela 'Mi pequeña Soledad'.
Se veía elegantísima en su doble personaje, donde la vimos de una madre y de la hija, Isadora y Soledad, separadas por personas inescrupulosas. La historia muy mexicana tuvo a Verónica como productora e intérprete del tema principal del melodrama, bajo el mismo nombre "Mi pequeña soledad".
Con el cabello largo lucía increíble a finales de los 90.
La actriz se preparaba para participar en la telenovela Pueblo chico, infierno grande. del productor José Alberto Castro. En su caracterización como Leonarda Ruán interpretó a una viuda millonaria que se enamora de uno de sus empleados de bajo estrato social.
Con rizos relajados recibió el 2000.
No se arreglaba así a menudo, pero le quedaba fenomenal. Para ese entonces acababa de lanzar el disco Ave vagabundo. Además, estuvo en el homenaje a Chespirito, No contaban con mi astucia, donde el público volvió a gozar de toda la genialidad actoral de Verónica.
En 2008 fue parte de la exitosa serie 'Mujeres asesinas'.
Su imagen se seguía transformando. Ya para entonces tenía 56 años. Siendo una gloria del medio artístico dentro y fuera de su país, se encontraba en una etapa más madura, pero igual de guapa que siempre la emblemática mexicana.
Ese mismo año lanzó su línea de cosméticos.
La estrella debutó como empresaria en el renglón de productos de belleza. Verónica vendía sus productos por catálogo en México, para deleite de todo el público femenino que la admiraba desde sus primeras telenovelas.
Su última actuación en la TV fue en 2010, en 'Los exitosos Pérez'.
Era una empresaria de televisión bastante mala gente, encargada de hacerle la vida miserable al protagonista Jaime Camil. Así de bella se veía a los 57 años. El rubio le queda bastante bien.
Tuvo algunos cambios de imagen en 'Big Brother' y 'Big Brother VIP'.
Durante una de las tres temporadas que presentó, la vimos con el cabello oscuro. Fueron sus fans los que se dedicaron a opinar cuál corte y color de cabello le quedaba mejor a la diva mexicana en medio de las transmisiones del reality show.
En 2015 coqueteó con el cabello rojizo.
Así se veía en el homenaje al ahora fallecido actor mexicano Rogelio Guerra, para quién pidió ayuda para costear los gastos de su enfermedad. Verónica lucía estupenda de pelirroja y su público no paraba de halagarla.
Con un tono cobre deslumbró en el teatro en 2016.
Verónica Castro protagonizaba Aplauso: Un Musical para una Estrella, en el que interpretó a una actriz mayor que lidiaba con una industria que la consideraba vieja. Para entonces seguía de pelirroja, pero esta vez en un tono cobre muy atractivo.
Así lució en verano de 2018, durante el estreno de 'La Casa de las Flores'.
Se transformó por completo para su papel en La Casa de las Flores, donde dio vida a la matriarca de una familia cuya vida gira en torno a una floristería. Su personaje, según Verónica, no tiene nada que ver con los otros que había hecho hasta ese momento.
Siempre conserva su espíritu jovial.
Pasan los años y Verónica sigue impactándonos con su belleza. Aunque naturalmente no luce como hace 50 años, sí hay que reconocer que se conserva hermosa y que se lleva todos los cumplidos en cuanto evento asiste.
En 2020 se cambió el cabello a platinado.
La guapa estrella de telenovelas sorprendió a sus fieles fanáticos al mostrar su nueva imagen horas antes de cumplir las 68 primaveras. Mucho más rubia que de costumbre y con el rostro natural, Verónica Castro comprobó que siempre seguirá ocupando un sitial de honor entre las más guapas del entretenimiento latino.
Se mantiene activa en su profesión y orgullosa de quién es.
En 2021, la Vero estuvo en La Casa de las Flores: La película, y en la comedia romántica Dime cuando tú, de Netflix. Mientras que para el 2022 se estrenó el filme Cuando sea joven, el cual grabó hace tres años. En el mismo le sumó años a su aspecto, pues hizo de una mujer mayor. Eb la actualidad optó por lucir su cabellera blanca platinada y admitir en la revista Caras, que se acepta tal y como es.
"Yo sí lo he aceptado (mi edad) y me ha gustado. Me gustan mis 70 años, mis canas y mis arrugas. Me gustan mis abandonos de mi cabeza, porque a veces se me va la onda y que no me acuerdo de cosas, mas tengo a un público maravilloso que me recuerda toda mi carrera. Ese público me ha hecho regresar al pasado y me pongo muy feliz", admitió. Que sean muchos años más para esta gran actriz de trayectoria.
Es la más orgullosa de sus hijos.
Aunque Christian es el que se roba los reflectores por estar activo en los escenarios, Verónica Castro también le da su espacio a Mich Castro, otro de sus hijos, tal y como lo presumió en este video en los días previos a su cumpleaños 71 y en el que pudimos notar lo bien conservada que se ve.
