A lo largo de mi trayectoria he tratado a muchas mujeres que intentaron con todas sus fuerzas salvar su matrimonio. Pero cuando la relación es tóxica y la salud mental está en juego, no queda otra que la separación. No estaba en tus planes, pero sucedió y tú misma decides si te derrumbas o te levantas.
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Imagen vía Corbis
Abre caminos
Fortaleza no es evasión. Para empezar a recorrer un camino, primero hay que limpiar el terreno. Reconoce lo que sientes ante la magnitud del cambio que estás viviendo, porque solo así podrás atravesar tus miedos. Haz una lista de todos ellos, no los evites.
De la desesperación a la resolución
Como terapeuta, he visto lo paralizante que puede ser la visión de un futuro catastrófico. Cuando pienses "jamás podré sola", empodérate de forma realista y repítete a ti misma: "Sé que por momentos será difícil pero no imposible". Usa tu lista de miedos y encáuzalos uno por uno.
Sé tu mejor compañía
Cuando sientas el vacío del “antes”, habla contigo misma, abrázate, escúchate. No disfraces el dolor que sientes intentando evadirlo con frases como: “Ya basta de llorar" o "Tengo que ser fuerte”. La fuerza vendrá después de que aprendas a protegerte, ten paciencia contigo misma.
Mide el costo-beneficio
Elige lo que quieres pensar y cada vez que el miedo llegue, repasa tu lista y las soluciones realistas. Que diferencia hay entre sentir un "jamás podré encontrar trabajo" a un "quizá no encuentre trabajo de forma inmediata pero aparecerá algo porque soy capaz". Es muy distinto ¿no crees?.
Prioriza tu necesidad
Ante el desequilibrio emocional puedes pedir opiniones indiscriminadamente y en muchos casos puedes recibir comentarios de desaprobación aunque no sean malintencionados. No desenfoques tu necesidad, no son ellos quienes han vivido tu vida ni sentido lo que tú sientes.
Afronta la tentación del pasado
Cuando el divorcio es inesperado, quiza haya momentos donde extrañes el pasado y comiences a minimizar los aspectos por los que se seperaron. Así que evoca alguna escena fatal y revívela. Ahora pregúntate si quieres volver a sentirte así.
Recupera lo perdido
El matrimonio te pudo llevar a ciertas renuncias con tal de llevar la fiesta en paz. En este momento, puedes abrir tu camino a la luz de aquellos anhelos olvidados. Quizá las aspiraciones que pausaste o las actividades que olvidaste o hasta las creencias que abandonaste te den un sentido.
Ayuda a tus hijos a atravesar este momento
No olvides que aunque te sientas vulnerable, tus hijos siguen necesitando de tu protección. Hazles saber que la ruptura fue mejor para todos. Esa es la mejor manera de protegerlos. Así que refuerza con comparaciones entre el antes y el ahora, eso será de mucha ayuda.