En la puerta de mi casa tengo la más hermosa planta de sábila, o aloe vera, como también se le llama. La tengo desde hace varios años y está bien cuidada. Tiene las hojas gorditas y llenas de ese gel tan maravilloso para los seres humanos. Como me gusta aprovechar todo eso vivo buscando recetas de productos naturales y ¡estoy feliz! Encontré una para hacer una crema humectante que me ha dejado impresionada. Es maravillosa para combatir los efectos de los climas extremos. No estoy exagerando. Te deja la piel como la de un recién nacido.
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Lo primero que necesitas son los cristales de aloe vera. Es importante que sepas esto, para que el gel sea realmente efectivo, la planta debe tener un mínimo de tres años. Por eso, si no la cultivas tú misma, lo mejor es comprar uno de los tentáculos que venden en los mercados.
También hay que tener cuidado con la miel de abeja. Últimamente están vendiendo en los supermercados unas creaciones atificiales. Para evitar adquirir una falsa, fíjate que en la etiqueta no se indique ningún otro más ingrediente que la miel. Las que tienen un pedazo del panal adentro son las más puras, pero también las más caras.
Para hacer la crema: Saca los cristales, el equivalente a media taza. Machaca un diente de ajo o, aún mejor, mételo en un miniprocesador de alimentos para que quede lo más fino posible. Añade dos cucharadas soperas de miel de abeja.
Una vez que los ingredientes estén bien integrados, pon a cocinar la mezcla a baño de maría hasta que se espese. Cuando tenga consistencia de crema, retírala del fuego y una vez que enfríe, viértela en un envase que hayas esterilizado previamente.
Métela en la nevera y cuando esté bien fría, aplícatela sobre el rostro. Espera a que se seque y retíratela con agua tibia.
Imágenes vía Thinkstock, AliciaCivita