5 Maneras de lograr que tus hijos coman comida de verdad

Tras subir y bajar de peso toda mi vida, ahora sé que comer de manera saludable tiene todo que ver con no subir de peso, y estoy determinada a hacer lo mismo para mi familia. Por eso creo que es muy importante comer comida de verdad, y no comida procesada–y enseñarles a los niños a hacer lo mismo–. ¿Por qué? Bueno, los buenos hábitos se forman temprano. Si estás peliando constantemente con tus hijos para que se coman los vegetales y para que escojan comidas más saludales, tengo algunas sugerencias para cómo enseñarles a hacerlo, y que así sea más fácil para todos. ¡Sigue leyendo para enterarte cómo lograrlo!

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Lección 1: Come de verdad

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Antes que nada, debes enseñarles a tus hijos a comer comida de verdad y explicarles por qué es importante hacerlo. En vez de permitirles escoger cereales azucarados y comprar dulces, llévatelos por la sección de productos agrícolas en el supermercado, la sección de quesos, la de mariscos. Y mientras les explicas lo que es comida de verdad y lo buena que es para el cuerpo, trata de contestar toda pregunta que hagan. Pon énfasis en que sabe mucho mejor y que, a la larga, hará sus pancitas muy felices.

Lección 2: Plantas sobre todo

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Parte de comer comida de verdad es también asegurarse que los niños (al igual que tú) estén comiendo suficientes vegetales. A los niños no siempre les gustan, pero sí hay maneras de conseguir que coman más vegetales. Cuando pases por la sección de productos agrículos en un superemercado, pídeles que escojan algo nuevo para probar. Luego, aségurate de llenar sus platos de vegetales (la mitad del plato), de proteína (cuarto de plato), de granos (cuarto de plato), y un poquito de grasas saludables.

Lección 3: No les sirvas tanto

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Nosotros los hispanos solemos servir grandes platadas de comida, pero a la larga eso no le ayuda a nadie. Mejor sírvele a los niños comidas balanceadas y porciones menores. Si tienen más hambre, que pidan más comida, ¿no? Pero jamás le sirvas grandes comidas y luego les pidas que se la coman toda, como hacían las abuelas. Lo único que sí puedes pedirles es que se terminen son las verduras de hoja. Comienza por ahí y toda tu familia se sentirá bien y estará saludable.

Lección 4: Vayan de paseo

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¿Recuerdas que te dije que llevaras a tus hijos al supermercado? La razón es para que uses la oportunidad para enseñarles por qué la comida de verdad es buena, cómo es, y para fomentar la participación de ellos en la selección de estas comidas. También te animo a que los lleves a granjas locales o a un mercado de agricultores para que así aprendan qué alimentos están en temporada y que prueben por qué la sandía sabe tan rica en agosto y no en los meses de invierno. ¡Les hará apreciarla mucho más!

Lección 5: Sé una proponedora de comidas de verdad

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Por último, pero no menos importante, tienes que recalcar cuán buenos y ricos son los alimentos naturales. Esto también quiere decir que debes cocinar con los niños. No hay mejor manera que aprendan a apreciar la comida si no preparándola ellos mismos. Soy gran proponedora de que los niños ayuden en la cocina. Claro está que tienes que tener mucho cuidado y que ellos no pueden hacer de todo, pero ésta sí es una buena manera de aprender.