Todo sobre la diabetes infantil y cómo prevenirla

Es importante considerar que existen varios tipos de diabetes: Tipo 1, tipo 2, y la que puede darle a la madre durante el embarazo que es conocida como gestacional. En la primera , que es la mas frecuente en niños y jóvenes, el cuerpo no produce insulina. En la tipo 2, el cuerpo no usa la insulina y aunque es menos frecuente en niños y jóvenes, también pueden desarrollarla ya que está relacionada con la obesidad. Por último, la gestacional que aparece en mujeres solo durante su embarazo ya que casi siempre desaparece cuando el bebé nace.

Los niños que la padecen, suelen desarrollarla entre los cinco y los siete años de edad y los síntomas más evidentes y comunes son la sed excesiva, la poliuria que significa que orinan con frecuencia, hay una pérdida repentina de peso, irritabilidad, visión borrosa, nauseas, calambres musculares, infección por hongos entre otros más. Es importante estar al pendiente y ante cualquier sospecha acudir con el médico para un diagnóstico adecuado.

Es importante que ante cualquier diagnóstico acudas con el especialista indicado y tu pediatra puede hacerte las recomendaciones pertinentes tanto de los centros especializados como de los expertos que atenderán apropiadamente el padecimiento en tu pequeño. Los médicos capacitados siempre darán un seguimiento pertinente en cuanto a los avances médicos y los tratamientos innovadores. Recuerda que la ciencia avanza día con día.

Aún no existe una cura para la diabetes y aún se desconoce la causa exacta, es una enfermedad que se puede tratar con dosis diarias de insulina vía intravenosa, esto lo hace un tratamiento eficaz que puede mejorar en gran medida su calidad de vida y normalizarla lo mejor posible con ayuda de la ciencia.

Muchas investigaciones sugieren que los antecedentes familiares, la genética, la raza y la presencia de algunos virus, pueden ser determinantes en el desarrollo de esta enfermedad. De hecho, hay un estudio que indica que en los Estados Unidos, este tipo de diabetes es más común en niños blancos que de descendencia hispana o de otras razas.

Con las inyecciones de insulina o las bombas de tratamiento subcutáneo, el organismo de los niños puede asimilar los azucares ingeridos en sus alimentos del día. A cualquier edad el objetivo debe ser realizar una sustitución insulínica lo más fisiológica posible, intentando conseguir controles glucémicos óptimos. Existen nuevos análogos de insulina, de acción rápida y prolongada, que han permitido cierta mejoría en el cuidado de la diabetes.

Ya que está muy relacionada con la obesidad, es importante el control alimenticio permanente con la intención de mantener los niveles de glucosa en equilibrio, sumado al tratamiento médico y a las revisiones periódicas con el especialista indicado. Por ello, se recomienda un plan de comida saludable y actividad física como un tratamiento preventivo o de seguimiento durante el padecimiento.

Existen muchos planes alimenticios saludables pero en el caso de la diabetes tipo 2 es importante que un experto en nutrición que se especialice en diabetes infantil, sea quien elabore dicho control. Se sugiere que incluya alimentos sin grasa saturada y con bajo nivel calórico, es importante el consumo de alimentos que contengan alto contenido en fibra, carnes magras como pollo y pavo y aceites sanos como el aceite de oliva.

Cuando no hay un control y supervisión permanente, los altos niveles de glucosa pueden provocar daños en diferentes organos del niño, entre ellos el corazón, ya que pueden desarrollar presión arterial alta y problemas cardiovasculares con el paso de los años. Por otro lado, también pueden tener daños oculares que les impidan tener una visión adecuada, así como lesiones en los nervios que les producen un estado generalizado de entumecimiento.

Además de que la respuesta inmunitaria es más baja, esto sucede porque el azúcar que se encuentra en la sangre propicia el crecimiento de los microorganismos que provocan infecciones. Las más comunes pueden ser las del tracto urinario y las infecciones de las partes blandas del cuerpo o incluso las infecciones respiratorias.

El hecho de tener un padecimiento ya los hace sentir diferentes al resto de sus pares. Sus amigos y compañeros de clase no necesitan recibir las dosis de inyecciones diarias y eso lo viven como algo que los excluye de la normalidad por lo que deben recibir apoyo emocional para saber manejar la frustración y la tristeza y así no excluirse por pena o aislarse por sentirse distintos.

Los efectos del diagnóstico recaen sobre todo el sistema familiar ya que implica preocupación, angustia y un cambio total de hábitos que pueden generar tensión en todos los miembros. Ante ello, es muy importante acudir a un grupo de apoyo que pueda orientarlos a todos ya que se pueden presentar desajustes en la organización, mismos que producen sobreprotección de los padres y en muchas de las ocasiones, rechazo de los hermanos por el exceso de atención que recibe por su padecimiento.

Aunque el niño no pidió desarrollar esta enfermedad en su organismo, debe aprender a cuidarse y a participar en su tratamiento de manera responsable. Es un trabajo en equipo por lo que muchos especialistas sugieren que aprenda a inyectarse la insulina en casos de emergencia, que sea responsable con su dieta aunque no esté presente la madre y que sepa la importancia del ejercicio y lo practique por el bien de su organismo.

Es importante que los niños que padecen diabetes expresen su frustración y que no repriman sus emociones. Las madres pueden favorecer la descarga de sentimientos cuando notan que los está reprimiendo, que griten o que lloren si así lo requiere. También es importante que consulten con un psicoterapeuta infantil que los pueda ayudar en el proceso. Por otro lado es básico que fomentes la independencia. Hay que evitar que se identifiquen con la enfermedad el niño es mucho más que la diabetes, así que no debe vivir en torno a ello.

Crear conciencia sobre esta enfermedad es muy importante, es por ello que el Día Mundial de la Diabetes, tiene como objetivo el compromiso mundial con la salud. El logotipo conformado por un círculo azul, es un símbolo que representan la salud y la vida y el color azul esta relacionado con el color de la bandera de las Naciones Unidas.

Karina Suárez Fernández es psicóloga clínica, psicoterapeuta y mamá de dos adolescentes.

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